sábado, 11 de diciembre de 2010

La sonrisa de Jano


Están solos en la terraza. Es una noche tibia de verano. Las luces de las farolas los alumbran tenuemente. Dos polillas no dejan de chocares contra el cristal que les impide el acceso a la luz. Están condenadas a morir, pero existe algo que por más resistencia que pongan las impide moverse de allí. Acerca su mejilla a la tuya. Qué bonito andas hoy Dani, te susurra. Pone su mano encima de muslo. Te sonríe, y mira a tus ojos. Estás pasado de copas. Quisieras besarle. A él más. Desea tirarte desde hace tiempo, pero hay un problema, tu novio está preparando pisco sour en la cocina, y no es de buena educación flirtear tan descaradamente con el chico de su mejor amigo.

Te da risa tu manera de coquetear contigo. Sabes que es peligroso. Puedes quedar como una perra, o tener un buen orgasmo. El plan es simple. Le dirías a Andrés que vas a buscar unos discos para poner música, él te creería, Matías iría atrás de ti, luego te taparía la boca, te empujaría contra el mueble, se quitaría el polo, te bajaría la ropa de baño, y te haría sentir su fuerza dentro de ti, explotarían de éxtasis, y volverían felices a sus lugares. Nada mal para un chico que solo ha tirado con 4 hombres.

Estás exitado, y una leve erección resalta en tu entrepierna. Es suficiente por esta noche. Te paras, y te vas a la cocina. Le dices que jugarás en la piscina. Te acercas al borde, te sacas la ropa, menos el boxer, y te lanzas un clavado. Sientes el agua jugar entre tus muslos. Te ríes. Matías se acerca y se sienta en una silla observando cómo nadas de un lado a otro. Se lo aprieta de tanto en tanto. Tiene una cara de baboso alucinante, piensas, mientras le sonríes como solo tú sabes hacerlo. De pronto, ves que Andrés se aproxima, está más sobrio que ustedes dos.

Brindan por los hombres, por la vida, la plata, el trago gratis, los mejores amigos, y el novio del dueño de la casa. La jarra se va quedando vacía. Los efectos se empiezan a notar cada vez más. Los tres se quedan en ropa interior lanzándose las colillas de cigarros que quedan en el cenicero. De pronto, los dos se van hacia un rincón. Murmuran entre ellos. A Matías le brillan los ojos. Empiezas a correr hacia la sala, pero es tarde: alguien te ha jalado del pie, y has caído contra el pasto. Se pone encima tuyo, e intenta taparte los ojos para que no lo veas. Con un poco de fuerza, logras safarte de él, y te chocas con alguien adelante, es Andrés, quien te acaba de cojer de las manos.

Estás inmovil. No haces nada cuando te caes. Entres los dos te cargan, y te lanzan a la piscina. No entiendes lo que acaba de ocurrir. Se ríen entre ellos, hasta que empujan a tu novio a la piscina. Juegan, gritan, se rozan, accidentalmente claro. El tiempo transcurre infinito. Es hora de descansar. Le dices a tu tigre que te quieres ir a dormir. Salen de la piscina. Se quitan la ropa mojada, se empiezan a secar. Sientes que una mano no tan familiar te da una nalgada. Te sobresaltas, y vuelves a en ti al insante, te pones un boxer y te acercas a darle un abrazo de despedida a Matías. No te suelta, y medio ebrio te dice al oído que la próxima vez quiere compartir la piscina solo contigo. Lo empujas, y te ríes. Has aprendido que los escándalos no solucionan nada. Se despide de él con un abrazo, mientras que el otro te mira todo rato a los ojos, y se va.

Suben a su recamara. Te echas en la cama. Se pone delante de ti, se empieza a desnudar muy sensualmente hasta que termina sin nada encima. Decides mostrarle el camino con tu mano. Te desnuda, se besan, se paran, se aceleran. Se coloca en posición de ataque, tú de defensa. Estás a punto de perder. Apunta, y dispara: los ojos se te vuelven blancos. Duele, pero no quieres que pare. Empiezas a gemir, y él a empujar. Las piernas se entrecruzan. Mueves tus piernas de manera que estén amarradas a las suyas. Lo abrazas fuerte hacia ti. Quieres que sienta tu corazón. No pueden parar. Falta poco, ya casi. Gimes más hasta que vislumbras el Edén.

Ha sido una noche genial. Lo despiertas con un beso cuando suena el timbre. Se miran. Nadie debería venir, sino hasta el próximo jueves. Inmediatamente te colocas algo encíma, él también, y se aproxima a la ventana. ¿Quién puede ser a estas horas?

-¿Quién es, gordo?
-Es José, responde con la voz baja y mirando hacia otro lado.

Sí, él, su ex. ¿Cómo se entero que la casa estaría vacía?, ¿qué hace allí a esas horas? Giras tu rostro para que no verlo. Quieres salir, y decirle que no se encuentra, que venga otro día. Sin embargo, te levantas sonriente, vas hacia donde está él y le dices: ¿Por qué no lo invitamos a desayunar?

martes, 7 de diciembre de 2010

De mínimas y máximas

"Todos en la cama somos del mismo tamaño", "El tamaño no importa, sino como la mueves", "Las diferencias se pierden entre sábanas", "Gallina vieja da buen caldo" son frases que regularmente las oímos decir, pero, ¿son verdad? No lo sé, mas de lo que sí estoy convencido es que todas son altamente relativas. Por eso, hoy postulo estas 6 afirmaciones que tratan, en lo posible, de ajustarse a esta realidad.

Mínimas

1) Muchas veces he proclamado que el acting es mejor que la talla del miembro al momento de tener sexo. Sin embargo, no voy a negar que es mucho más fácil tener un orgasmo con uno que mida 14 cm y esté bien usado, que con otro de 7. Es cierto que algunos hombres pueden hacer mil y un acrobacias para tratar de satisfacer, pero por más malabares que hagan, los resultados al final para ambos no es lo mismo.

2) También, creo que la cantidad indispensable de corridas por sesión rápida son 2. No es porque crea en los pares, pero estoy casi seguro de que se necesitan dos para un buen entendimiento sexual. El primero funciona como uno de exploración, en cual se descubre los movimientos y zonas que más placer les da a ambos. Por otro lado, en el segundo se encargan de darse la mayor satisfacción mutua para que lleguen al goce.

3) Luego, considero que hay una talla base a nivel de personas con las cuales es mucho más cómodo tener sexo que con otras. Si mides 1.73 cm , no es cómodo tirar con alguien de 1.52 cm. Esto ocurre porque al momento de intercambiar diversas posiciones sexuales, las cosas ses suelen complicar un poco más. Ahora, si bien algunos son ingeniosos, o le gusta tirar con alguien más pequeño que ellos, no son la mayoría.


Máximas

1) No se puede tirar con un hombre que la tenga 23 cm si no se está listo. Es así de simple. Conozco muchos chicos que guardan muchas fantasías en follar con otros que la tengan así. Aunque, cuando se les presenta la ocasión, les invade el miedo y rechazan la oferta. Además, no todos tienen la misma vida sexual, ni las mismas "resistencias". Por ejemplo, mientras que un grupo dilata más rápido, otro no.

2)Después, existe un límite de tiempo en espera hasta que tu pareja se venga. Es cierto que bastantes pueden tolerar varios minutos a su pareja, especialmente si ejecutan un rol pasivo; no obstante , algunas veces eso llega ser molesto, ya que la espera viene acompañada de una incomodidad en la mayoría de los casos, que hace que al final quien recibe termine no tan a gusto con la situación.

3)Finalmente, no es lo mismo tirar con un hombre de 55 años, que con uno de 17, y eso lo sabe bien un proporcionado grupo de visitantes de esta web. Todo es distinto: desde la cosa más evidente, el cuerpo, hasta la de menos, la mente. Así mismo, la experiencia y el goce, de cada uno son claramente distintos. Pienso que hay un límite de edad según la cual posea cada persona. ¿Y por los menores? Bueno, para eso están las normas legales.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Exceso de confianza


No sé si me pueda volver lesbiana. No estoy seguro de qué tanto pueda disfrutar del sexo con una mujer. No obstante, estoy considerándolo muy seriamente. Este año he salido con un promedio de 4 chicos. Con todos en diversas épocas, y a diversos lugares. Me han tratado bien, y me han hecho sentir que querían algo más, sino fuera porque al final siempre reluce algo que me hace desistir: sus sentimientos encontrados con sus ex.

No puedo tolerar a un chico que ha acabado mal de una relación, y sale con otro. No porque considere que es incapaz hacerlo, sino porque muchas de las veces aún tienen sentimientos encontrados por su anterior bebe, y, cuando menos te lo esperas, lo sacan a la luz. Como si eso bastara, muchos de ellos te hacen sentir que todo marcha bien, aunque así no sea. Sin embargo, lo peor es cuando sabes que ellos no están dando lo mejor de sí, y te dejas de engañar.

Esto ocurre básicamente porque depositamos mucha confianza en el otro debido a diversos motivos. El más común es el hecho que aún queremos creer en que nuestro Príncipe Azul existe y puede ser él, y vivimos una ilusión, mas no la realidad. Otro es porque hemos sido muy dominantes con nuestra relación pasada, y somo más permisivos con el nuevo. También, puede ser porque nos dejamos llevar muy rápido por el momento sin pensar en el futuro, etc.

Razones hay varias. Ninguna lo lo suficientemente válida como para justificar esa manera de comportarse. Por eso, yo creo que lo mejor en esas situaciones es tomar un paso al costado, y analizar la situación. Estoy seguro de que la mejor solución es siempre dejar fluir las situaciones, a pesar de que inclusive quien escriba este post no sea espontáneo. Nunca es bueno forzar a nadie a algo que uno desea, porque eso no es luchar por lo que uno quiere, es dejar al otro tu destino. Uno al ser poseedor de su propio cuerpo, es dueño de su destino, y eso nadie lo debe manejar.

Solo perseverando, y afrontando con armonía y de manera las adversidades se llega a tener lo que uno desea.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Ojos de Dios

Mis padres siempre quisieron un buen hijo cristiano. Por eso, me metieron a un colegio de curas. Yo no sabía en que metía. Solo sabía que allí pasaría 8 horas de mi vida por 11 años sin opción a reclamo. No tuve muchos amigos al principio. Pero, con los años, me hice de varios. Era muy empático. El día más esperado por mí era el sábado. Todos los alumnos no reuníamos para jugar fulbito por turnos en las canchas del colegio. Era volante. Nunca me gustó ser arquero o delantero, menos defensa. Me divertía jugar y quedar empapado de sudor. Le gustaba a todos los de mi clase, menos a Gustavo. Él siempre rogaba por quedarse en banca. Yo no le entendía, hasta que un día decidí hablar con él.

No sé que tenía, pero me gustaba hablarle. No era exactamente el chico más popular, ni el que saca mejores notas, mas había algo que me atraía de él: su sencillez. Yo no soy del humilde. Lo sé desde pequeño. Poco a poco me junté más con él. Jugábamos juntos, en los recreos. A mí me encantaba competir. Una tarde, cuando estaba en tercer grado, un chico cuyo nombre no diré lo estaba jodiendo. Yo me molesté. Le dije que quién era para tratarlo así. El chico giró en el acto, y me tiró un puñete que me hizo sangrar la boca en el acto. Las cosas no volvieron a ser iguales.

Aquel muchacho fue visto como el chico malo del salón. Yo, como el que fracasó en su momento de hacerle el pare. No me sentía bien. A Gustavo lo llevaron donde el psicóloco. No comprendía nada. Luego de varios meses, volvimos a hablar. También se nos unieron otros chicos, entre ellos Juan Carlos y Sebastián. Me encantaba jugar con ellos. Cada recreo acababa sudadísimo, y me gustaba que sea así. Yo iba recuperando mi presencia en el grupo, y Gustavo se iba alejando de mí. Mis notan no era altas, eran buenas. "Para educar un niño, hay que amarlo", me decían en el colegio. Sin embargo, en mi casa parecía más a "Para educar un niño, hay que golpearlo".

Fue la etapa donde conocí a mi primer rival: el niño porcelana. Todos le molestaba al mocoso ese. Él se creía malo, porque jodía a los demás. Pero, la verdad, es que nadie le respetaba. Se hacía odiar, más de lo que yo lo hago ahora. Solo los más fuertes continúan, ¿no? Hice mi primera comunión con Gustavo y mis demás compañeros en cuarto grado. Ya era un niño grande, o al menos yo me sentía así. El siguiente año no lo recuerdo mucho, creo que no quiero hacerlo en el fondo. En sexto grado, Gustavo se fue. No lamenté tanto su partida como me hubiese gustado que sea.

Después, empecé la secundaria. Las cosas en casa iban bien, demasiado para ser cierto. No obstante, a finales de junio, llegó dios, y juzgó a vivos y muertos. Yo no merecía estar juzgado, pero lo estuve. Mis notas bajaron drásticamente, y mi inocencia se interrumpió. Nunca quise que así sea. Las cosas pasan por algo. Fue el año que entendí que una persona también puede ser la angustia de otra. Nunca había pensando que alguien fuese capaz de ocasionar tal tristeza en una persona solo con actuar. Mis padres fueron aconcejados por el psicóloco del colegio para que yo entre a terapia. Fui muy pocas veces, como 5. Le mentía a la pobre mujer para que me dé mi chocolate "Princesa", y me deje volver a mi cama para dormir. No fui más porque mis padres creían que era un gasto innecesario. Tenía 12 años.

Pasé los siguientes años quejándome de la soledad, de la libertad, de mí mismo, de los demás. Estaba mal. Me refugié en varios libros que leí. Ellos eran mi compañía. Me dieron muchas ganas de robarme varios de la biblioteca, pero robar es pecado. Por eso, no lo hice. También dejé de jugar fulbito. Empecé a entrenar en Atletismo. Quería correr. No sé en qué dirección, pero huir de allí. Descubrí por esa época que la sangre no es una buena tinta para escribir varias veces, que las heridas se las cura uno, que callar tiene un costo muy alto. Yo quería gritar, pero, ¿cómo hacerlo? No había lugar. Gustavo ya no estaba de mi lado, los otros desaparecieron en el camino. ¿A quién recurrir?

Por cuarto de media, vino un chico nuevo, Eduardo. Era distinto a los demás. No solo provenía de un buen colegio de curas, sino que este sí parecía tener valores. Era bronceado, alto, con sus cabellos dorados, un cuerpo atlético y una mirada noble, incapaz de hacer daño. Era la primera semana de clases. Yo me encontraba tranquilo, y José, un vivo de la clase, no dejaba de fastidiar. No podría hacer casi nada. Sabía que entre él y yo, me las llevaba la de perder. Tenías más fuerza, y no era tan cojudo de enfrentarme ante alguien que sabía me podía sacar la mierda. Pasaba un mal rato, cuando escuché aquellas palabras mágicas para mis oídos: "Oe, ¡qué te pasa? Ya deja de joder." Era él.

Sí, el chico nuevo, el bicho raro había hablado. José lo miró pésimo. Yo me dije, ahora se arma la bronca. Me paré de mi sitio, lo mismo Eduardo. José le dijo que para la próxima no se meta si le convenía y se marchó. Se quitó picón. Lo sé. Yo estaba mudo. Nunca antes un chico me había defendido. Pude comprender, entonces, como se sintió Magdalena antes de ser muerta a pedradas. Estaba con Dios. Él me ayudó a tranquilizarme, me habló muy seriamente de que no debiera dejar que nadie me fastidie, y me dio un abrazo. Toqué a Adán, y no quería renunciar al pecado.

Desde aquel instante todo cambio. Me empecé a fijar en aquel muchacho de una manera alucinante. Me infundía respeto cariño, y también le deseaba. No comprendía lo que pasaba. ¿Era normal? ¿Qué mierda tenía él que no tuviese los demás? ¿Era su forma de ser, su belleza? No lo sabía, mas lo que sí puedo afirmar es que después de aquel incidente él no me habló mucho. Yo sufría por eso. Me preguntaba si lo amaba. Amar no era un pecado. ¿Pero amar un hombre? ¿Qué era eso? ¿Estaba bien? ¿No iría al infierno?

Me pasé preguntándome mucho esas dudas, hasta que llegó el último año. Eduardo ya no estaba. Solo me quedó su recuerdo, su olor luego de las clases de Educación Física, su sonrisa. Ese año tocaba hacer La Confirmación. No la hice. Mi madre murió un poco más. Si mi hermana le había quitado media vida, yo le había quitado un cuarto. Fue un año inconsciente, un poco rojo. Nada fuera de lo normal. Fue, en marzo, la última vez que vi el SanMartin incrustado entre mis piernas blancas. También decidí que estudiaría algo de letras, nada de números. No porque sea malo, sino porque no soy del todo racional después de todo. Dejé el colegio con mi alma vacía, sin Gustavo, sin Eduardo, sin novia, sin novio, sin haber estado allí 11 años. No sabía qué me deparaba el futuro. Solo esperaba que sea mejor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Carta a Maxtian


Querido Maxtian:

Disculpa si no te escribo seguido, pero es que quiero que te olvides de mí. No te envio la dirección, porque no quiero que me ubiques. No creas que no agradezco tu besos y la afectividad de tu familia, pero ya no puedo volver a aquel lugar. ¿Por qué? Ya no debes verme más. Tienes que olvidarte de mí, dejar mi sombra en paz. Tienes que buscar un buen hombre, sonreír más, y dejarte de cojudeces. Quizá lo último te haga llorar. Sé que eres sensible, pero esa es al verdad. Te lo digo porque te quiero. Me importas.

Sin embargo, ya no quiero compartir mi vida contigo. Necesito probar nuevos espacios. Tu cuarto es cómodo, la vista al jardín preciosa, mas encarceladora. No he salido de tu casa por ti, sino por mí. Tampoco voy atrás de un chico si te interesa saberlo. Sé que necesitas leer esto. Tratas de ocultar muchas veces tus celos, pero tu histeria los reluce de la manera más natural. No sabes mentir, pero sí actuar.

Dile a las chicas que las extraño, que son las mejores mujeres que un hombre puede desear. También, envíame un pote de mermelada de la tía Chachi, y dile al tío Andrés que junto a la letra le envío una caja de habanos, por todos los hurté alguna vez. Además, te envío a ti una caja de lapiceros nueva. Sé que los usarás.

Eres un buen chico y quiero que seas feliz, mas no a mi lado. Sal de tu casa, ríe, grita, llora, pero nunca te calles. A veces, puede ser extremadamente jodido tener que sacarte la información por cucharitas. Por lo demás, todo va bien. Creo que estás muy bien como estás. Sigue teniendo sexo. Búscate un buen amante. No me gustaría que bajes de nivel. Es un extasis tirar contigo, aunque eres muy exigente determinadas veces.

No te recomiendo que te drogues. No es bueno. Tampoco te expongas mucho al sol. Tienes la piel muy sensible, y te la puedes cagar con el paso del tiempo. Toma té en las noches, no te desveles, y no me escribas tan seguido. ¡No seas tan masoquista, carajo! Disculpa si me dirijo a ti de esa forma, pero sé que no aprenderás si lo digo con ternura. Mucho menos podría golpearte. Eso te dolería más. Además, no soportaría verte llorar tanto.

Cuídate mucho, por favor. No te maltrates tanto. No dejes que lo hagan otros. Come, aunque sea cualquier cojudes que venden en tu escuela, pero hazlo. No sé qué más decirte. Supongo que ya te he dicho todo lo que sentí que mereces saber. Disculpa si no escribo del todo bien. No lo hago tanto como tú. Sigue haciendo. Eso te libera, te hace ser más tú.

Sonríe, y protégete (de ti y los demás)
Santiago

lunes, 8 de noviembre de 2010

Carta a Santiago




Ay, Santiago, Santiago. ¿Qué paso con nosotros?

¿Cómo estás?, ¿dónde estás? Llevo meses sin saber de ti. Parece que ya no vives allí. He pasado cada viernes religiosamemnte frente a tu puerta esperando ver tu ventana con la luz prendida, pero ya no brilla más. Se te extraña por acá. La tía Chachi me pregunta por ti. Ya sabes cuánto ama tus ñoquis. Mi nana también. Cree que fuiste el único chico que mereció mi cariño. Pobre mujer. Se reciste a creer que te perdimos hace mucho.

Pero es que esto no tiene nombre. Nos has dejado a todos peor que madgalenas, y mira tú que acá no hay ninguna virgen. Ay, Santiago. ¿Por qué te marchaste? ¿No fueron suficientes mis besos a hurtadillas, las cartas que te escribí, las veces que me acosté contigo, o las otras tantas que te dejé probar otros cuerpos? Ya no sé qué pensar. Me has hecho daño. Me has dejado plantado y más descepcionado de los hombres que otras veces. Y sabes que soy sensible. Sabes que soy propenso a los vicios, aunque nunca me atreva a probar de la yerba de tu cajita de metal. No. Esa es tuya, Santi. Yo respeto propiedad ajena.

¿Te acuerdas de los mellizos? Ya están grandes, igual que la higuera. Los deberías ver. ¡Ahora hasta se pelean por coger los higos más grandes! ¿Te acuerdas de la mermelada de la tía Paula? Jamás has probado tal placer en tu paladar, o eso me decías tú. Acá tenías todo. Un grupo de mujeres que te amaban, unos niños que te veían como hermano, la mejor mermelada del mundo, los habanos del tío Andrés, y a mí, Santi, para que hagas lo que se te antoje, pero nunca fui suficiente para ti.

Siempre quisiste más. Yo nunca supe qué fue más para ti. ¿Más amor, más sexo, más hacer el amor sin sexo? ¿Qué era para ti más? Necesito saberlo. Pero es que no sabes como estoy. Llevo 87 noches llorándote y aún no me logro curar de tu partida. Chachi me ha dicho que me relaje, que busque nuevos tipos. Claro, como ella ya está preñada con el hijo es fácil. Si yo también me manejase un par de ovarios, tal vez tendría un pequeño Santiaguito creciendo dentro de mí. Pero no. Me dejaste tu aliento y no tu boca, tu esencia y no tu ser, tu recuerdo que provoca.

Es que tú tienes que regresar. No es justo que te vayas sin dejar rastro. Yo nunca quise hacerlo, pero tú me obligaste. Mi cuerpo lo pedía, ¿sabes? Noche tras noche buscaba en tu sexo la respuesta, pero no la hallaba. Me estaba volviendo loca o loco. Ya no lo sé. Con tanta mujer acá, se te pega la mariconada. Pero eso no es lo que importa. Lo que realmente quiero que sepas es que tú fuiste el causante de todo esto, de mi histeria, de mi pasión, de mi locura, de mis lágrimas, de mi amor.

Ay, Santiago, nunca quise destruirte. Solo quería más atención para mí, porque tú sabes que soy sensible. Requiero cariño, afecto, mimos. Me estabas dejando de la lado, y no lo podía permitir. Por eso, lo desaparecí. No aguantaba verte trasnochado tras el. Por eso, te molestaste. Me dijiste cosas muy feas. No las diré porque simplemente trato de recordarlas, pero te lo repito: Me dijiste cosas bien feas, que hirieron mi alma. Luego, al día siguiente, ya no estabas. Lamentablemente, te habías olvidado de ti.

Nos dejaste tu sombra paseando por la casa. No es que no nos guste hablar con ella, pero nunca se queda quieta como tú. Todos te extrañamos. Sin embargo, yo más, porque necesito de ti. Tu cuerpo es mi caliz, Santi. Requiero de él para estar en paz con el Señor y con mis hermanos. Ven pronto, por favor. Eso sí, que sea un martes, porque si vienes jueves no encuentras mermelada. Te quiero mucho. Prometo no quemar tus notas si vuelves. Piensa que a las chicas también les gusta fantasear con un hombre de vez en cuando.


Te desea y te quiere

Maxtian

domingo, 7 de noviembre de 2010

La enfermedad

Escuchando Contigo me doy cuenta de que pasará mucho tiempo hasta que alguna vez lo pueda sentir. Yo no comprendo cómo la gente se enamora. No lo entiendo. He tratado de hacerlo muchas veces, pero mientras más trato de buscar en mi historial, más me doy cuenta que nunca he amado. Solo he querido mucho.

No me gusta , porque la gente comete actos estúpidos en su nombre. Tampoco me gusta porque lo considero dañino. Amar es para idiotas o para gente que es buena de verdad. Es así. Lamentablemente, yo no soy lo suficientemene idiota ni bonadadoso como para entrar en él. Algunos de mis amigos piensan que es raro que siendo como soy vea al amor de manera tan sistemática, pero es que creo que es así. Estoy seguro de que existe una ecuación para amar. La gente no puede estar unida para siempre.

Quizá se me acuse de insensible, de chibolo inmaduro, de imbécil, pero es que esa es mi realidad. Esa es mi verdad. Yo he renunciado a enamorarme muchas veces, porque lo que he visto que es, no me gusta en absoluto. Me da miedo. Me he difícil concebir el hecho de que esté subyugado a algo que escapa de mí. Es enfermizo, casi maniático, y ya no estoy dispuesto a caer más de lo que he caído todo este tiempo.


jueves, 4 de noviembre de 2010

El país de los caletas

No estoy seguro de cuándo los roles se cambiaron, pero creo fervientemente que los caletas se computan las nuevas tapadas limeñas. ¿Cuándo ocurrió eso? Ni yo lo sé. En una ciudad grande, donde conocer varias personas es algo común, y donde todos buscan salvaguardar un poco su privacidad, autodefinirse como caleta es la mejor opción para un gay que no ha salido del closet. Un típico hombre así a) no frecuenta lugares de ambiente, b) no se relaciona con loquitas, ni esas weaaadas, c) busca "gente bien", d) vive una vida straight (obviamente) y e) es bien machito.

No sé cuántos habré conocido en mi vida. No he tirado con todos, solo con algunos. Por obvias razones, incluyéndo mi terrible voz aguda y mi cara de pussy, yo les resultaba mucho más gay de lo que ellos pudiesen serlo para mí. Todos me aseguraron llevar una vida "tranquila", normal. Claro, si te es común haberte tirado a medio lima entre 17 y 19 años. Luego, a la gran mayoría no le gustan afeminados. Sin embargo, en la cama, algunos te dicen perra o putita, y les encanta que gimas, pero suavemente. Nunca tan escandalosa.

Tampoco tienen muchos amigos gays. Los pueden quemar. Otros creen que siguen siendo bisexuales, aunque la última chica que se tiraron fue hace 5 años, y no tienen relación sentimental con alguna desde hace 4. No obstante, se acostaron con un tipo que encontraron en el MH la semana pasada. Con el tiempo, pasará. Alucinan que es casi imposible que un pata les diga que no, y su cuerpo como arma seductora es su mejor instrumento. Ni qué decir de sus relatos en cuanto a experiencias sexuales.

Lima es gris, porque está quemada. Al final, tarde o temprano, casi todos sucumben a los placeres desvergonzados. Solo unos pocos sobreviven, y de aquellos no se tienen cifras, porque aquí nadie sabe nada.

Primaveralmente jodido

Si existe alguien que pueda comprender este clima, comuníquese urgentemente conmigo. Es que ya no sé si estoy en invierno o primavera. Hace ya varios días que en Lima hace un frío terrible como si estuviésemos en pleno mes de Julio. Así mismo, uno ya no sabe si ese día tiene que salir más o menos abrigado de su casa, pues algunas veces sale un increíble sol a medio día, y otras son mañanas grises.

Ya sé que la culpa la tiene bush, yo, el calentamiento global, el movimiento de aire de las corrientes oceánicas y bla bla bla, ¡pero es que esto es demasiado! Uno puede ser humano, calcular, predecir, tratar de interpretar cómo sera el tiempo ese día, mas nunca saber a ciencia cierta, pues. Es hora de que alguien le dé un jalón de orejas a la madre naturaleza, y le haga saber que también somo seres vivientes, ¿no? Quizá un poco inconscientes algunas veces, pero con vida al fin al cabo.

Ahora estoy con una rinitis que me jode en todo lo que hago. No puedo escribir bien, pajearme gustosamente, o atender bien mis clases sin estar con mi klenex al lado. Es que, en verdad, ¡es un abuso! Como si no le bastase con enfermarme, también me hace gastar en medicinas y demás. Esta situación no puede seguir así. No niego que está bien cometer locuras un poco, pero que tampoco se pase, y más si hay muchas personas de por medio.

martes, 2 de noviembre de 2010

Danilo

Te gustaba ir de copiloto en aquella 4x4 del año, aunque te daba miedo. Los podían ver. Sin embargo, siempre te gustó correr riesgos. Por eso, salías con Sergio. Tenía 7 años más que tú, 25, pero te gustaba así. No trabajabas, y sus tarjetas siempre estaban dispuestas a satisfacer tus caprichos cada vez que quieras. Tú también satisfacías los suyos, pero de una manera más privada, claro.

Lo conociste por el chat, como cualquier chico ingenuo de tu generación que se aventura en nuevas experiencias pensando que aquel no podría ser tan mal lugar para ligar con hombres: eras nuevo. No tardaste mucho en conseguir uno. A ellos le gusta la carne fresca. Lo sabes. Ninguno te convencía del todo por cam, hasta que llegó él. Era trigueño, cosa que no te gustaba, pero tenía un cuerpo formado, y un bonito rostro. Aceptaste salir con él. Temblaste tu primera cita. Nunca antes habías salido con un chico. Luego, cuando te intento besar en su carro, ni siquiera podías mover los labios. No sabías qué hacer.


Para tu suerte, no te llevo a su departamento. Te quería levantar, pero se contuvo. Ya sabe cómo moverse con chibolos como tú. Te invitó unas 6 veces a la Trattoria, 5 a La Gloria, 7 a Antica , y no sé cuántas veces a tomar un té a San Antonio. Te compró tus Adidas, tu polo Lacoste, tu reloj, tu ser.Todo resultaba perfecto, pero sabías que tarde o temprano iba a tocar pagarle con creces, y no justamente con dinero.


Fue así que el día que cumplieron 6 meses luego de salir decidiste acompañarlo a su departamento. No irían solamente a tomar un vino, y comer postrecitos. Irías a tirar. Eras chibolo, pero no cojudo. Además, preferías hacerlo antes que él te empezara a recriminar los gastos. Aquel día te pusiste tu mejor ropa y un lindo boxer anaranjado. Se encontraron en KFC de Larcomar, subiste a su carro, y se marcharon a su departamento. Nunca habías entrado. Era lindo.


La sala tenía un gran ventanal que daba hacia el malecón. La vista era hermosa. Dentro de esta había varios estantes de libros, un escritorio con varios post-its alrededor, unos sofás antiguos, y una mesita de centro que sostenía una maquina de escribir antigua. Cogiste el primer libro que viste. Era un álbum de fotos. Viste muchos chicos lindos. Todos parecían tener tu edad. Te dio un poco de miedo. De pronto, oíste un click, giraste, y lo encontraste tomándote fotos.


No dijiste nada. Solo callaste, no querías saber para qué eran esas fotos, pues temías de su posible reación. Luego, entraste a su habitación, era blanca, con vista al malecón, y con unos grandes espejos en todo el closet, que estaba ubicado frente a la cama. Te desnudó rápido. Se denudó lento. Quería saborear su momento. Temblabas por lo nervioso que estabas, pero te exitaba la idea un poco. No lo puedes negar.


Se la chupaste un rato. Hasta ahí todo normal. No era la primera vez que lo hacías. Luego, se puso el condón, te puso boca abajo. Te agarró con un abrazo tus dos manos, colocó una almohada debajo de tu vientre, te abrió un poco las piernas, y con la otra apuntó. Disparó. Gritaste. Le pediste que te la sacara. En verdad, te dolía. Se detuvo, pero solo 20 segundos, y siguió. Cada embestida fue más fuerte que la anterior. Te dolía, y te exitaba. No entendías nada. Te viniste por la fricción del movimiento con la cama. En ese momento quisiste parar, ya era tarde. No tardó mucho en venirse luego de ti.


Al final, te pidió que le tomases unas fotos desnudo. Te fuiste a bañar a su ducha, y te cambiaste. Te sentiste sucio, muy sucio. Después, él te guió hasta el lobby del apartamento. Se despidieron, y no lo volviste a ver. Desapareció de tu vida.


Saliste con varios chicos luego de él. Ya sabías cómo era la huevada. Seguías temblando algunas veces. Otras ya no tanto. No acabaste en la cama con todos los que te convenían, pero sí con los que te arrrechaban. No fuiste flete, no. No cobrabas. Lo hacías por placer. Había algo que te

impulsaba a hacerlo, y que no sabías explicar bien. Todo iba bien, pero tu cuerpo se cansó de ti, y lo hizo saber. Te enfermaste gravemente, tus viejos te llevaron a París para curarte. Te sanaste, y volviste a Lima para ser quien eras, pero con más cuidado.


Han pasado 2 años desde aquella vez que lo conociste. No sabes qué será de su vida. Dicen que lo vieron con otros chicos castaños. Le gustan así. Te sientas en la cama de Ernesto. Te abraza la cadera. Haz vuelto a tus andanzas. Te pregunta qué quieres hacer esta tarde, bebe. Le dices que deseas dar una vuelta por el malecón. Te dice que corre mucho aire, y que hace frío. Le respondes que caminar por ahí te calentará.

jueves, 14 de octubre de 2010

Karma

Mi amigo me ha dicho que todo lo malo que me pasa ahora es porque he sido muy hijo de puta antes. Me ha advertido que si no cambio de actitud me iré a la mierda más de lo normal; que por ello y otras cosas malas estoy solo; que el mundo da vueltas, y que existe el KARMA. Yo soy muy escéptico al respecto.

Mi teoría es la siguiente: Si te sientes bien y realizas algo que te beneficia, atraes energía positiva; de lo contrario, negativa. Este acto no tiene que ser necesariamente considerado bueno a nivel social; basta solo con que quien realiza la acción lo crea así. Es incoherente pensar que otras personas tengan que sentirse bien con lo que uno hace, porque si así fuese no estaría satisfaciéndome, y mi trabajo ofrecido no sería el mejor. Por ello, es que primero pienso en mí, en lo que hago para sentirme mejor.

Muchos dirán que peco de mezquindad, pero no lo creo así. Hacer un comentario con sarcasmo sobre otra persona es el mejor ejemplo. Es muy difícil encontrar un individuo que no disfrute de este. Alguien envuelto en esta situación tiene dos opciones. La primera sería contraatacar con otro sarcasmo, y no solo aceptar la correspondencia del otro, sino reírse de la realidad y buscar placer, que puede transformarse en colectivo, si estuviese en una reunión. La segunda podría ser planear una manera de hacer perjurio sobre el otro, pero esto, por más exitoso que resultase, no causaría placer en el victimario, por lo que el otro individuo, bien sabido, se llenaría de un orgullo más insoportable del que él puede aguantar.

Tampoco creo en el Karma porque cada quien es forjador de su propio destino. Uno es claramente consciente de las acciones que ha realizado. Así mismo, no creo que exista un accionar malo, sino, uno errado, más que nada. Creo que la toma de desiciones no es siempre categórica, y que uno decide obrar bien o mal. Todo lo contrario, considero que en esta se pueden dar concecuencias negativas o positivas a largo o corto plazo dentro de las cuales el ejecutor no es consciente muchas veces. Esto no es movido por alguna fuerza innatural, sino por agentes que propician que los resultados sean así. No es mi intención negar la primera manera de decidir, mas no creo que esta sea la más común en la vida diaria, salvo determinados casos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Pussy's nite

Salí de mi casa más tarde de lo normal, y tomé el primer micro que me llevase a Miraflores. En el trayecto, un pata le contaba a su amiga todas sus aventuras marihuaneras, y no pude parar de reírme, sino hasta llegar al paradero de Larco con Benavides. Bajé, prendí un cigarro ,y me puse a caminar con dirección al Knndy para darle el encuentro a D para ir a Lol por el cumple de Cuh. Estaba bien peinado, con mi pussypolo a rayas, y una sonrisa de oreja a oreja que hacía que, de tanto en tanto, un iluso girara para verme con cara curiosa. Era LA noche. Sabía que todo mundo iba a ir. No podía desperdiciar tan bella ocasión para entretener mis sentidos un rato.

Una vez que llegué, lo alerté, pero me dijo que bajase hasta mi casa, el DT, para vernos, pues se encontraba por ahí. Caminé a paso rápido por la avenida de las tracas, pussys y fletes, hasta que lo vi. Estaba acompañado. Había venido con un individuo con quien no me suelo relacionar mucho, Or I; sin embargo, debido a mi buen humor durante el día, antes de salir me propuse no ser tan perra esa noche, así que lo recibí de la forma más cortés que pude. Acto seguido, emprendimos rumbo a Lol para saber hasta qué hora se podía ingresar con la lista. La lista es válida hasta las 12. Perfecto. Fuimos a tomar una cerveza, que ellos pagaron, a un bar que pasaba música rock en Berlín para matar tiempo. D se creí rock star, Or I servía la chela pasivamente, y yo me drogaba con la música.

Salimos del lugar a las 11: 40 con dirección a nuestro destino. En el camino, los taxis paraban constantemente delante de nosotros o de mí. ¿Es que acaso nos ven cara de putos ?, pensaba. Entramos, el ambiente estaba recién poniñendose. En poco tiempo, vino Jojo con sus meangirls. Los saludé. Luego, lo acerqué y le dije que queria ver sangre esta noche. Se rio, hicimos pinki promisse, y me dijo que se iba a hacer unos previos. Al poco rato, se nos unieron dos amigos Or I. Eran dos chicos de mi universidad. Regio. Luego, acompañé a D a dejar su casaca. Me encontré con una parejita curiosa, sus amigos, y el cumpleañero. Saludé a todos, bien lindo yo, y regresé con mi grupo. Quería bailar.

Fuimos a la pista de electrónica, ya que todavía no abrían la de latina, pero mi aburrí, y dejamos a D bailando de lo lindo con un amigo. Después, pedí mi cerveza, y qué sorpresa la que me di cuando veo que un pata que me detesta es amigo de alguien grupo. Solo atiné a sonreír, como siempre. No obstante, me estaba empezando a aburrir. Por eso decidí ir a lobby a fumarme un pucho solo. Allí, me encontré con P y E, dos amigos de Jojo, que me preguntaron por él. Les dije que no los había visto, y que iba a subir a buscarlo. A primera vista, no lo encontré; sin embargo, cuando me acerqué para el lado donde están los muebles me quedé: OMG! Un pata estaba que sostenía a mi pobre pussyfriend medio ebrio entre sus piernas, mientras que este último se sonreía mucho. Yo lo miré, él mi vio. Nos cagamos de risa, y me salí inmediatamente. Cuando bajé, E y P me preguntaron por él. Les dije que se encontraba ocupadito, y que no, no estaba en el baño como otros.

Luego, me reuní con mi grupo, que se encontraba disuelto y bailando electrónica. Parecía la noche de los agarres. Había varias parejitas de lo más monas repartidas por el bar. Yo me conocía a varias de ellas, y no podía dejar de reírme de todas las situaciones y encuentros que habían transcurrido en la noche. De pronto, Little J se puso a mi costado con B L, y se pusieron a agarrar con furía. Mi estimadísimo quería bailar, y el webon no lo soltaba ni un momento. Me empecé a reír. Además, como si eso fuera poco, el chico que me detesta estaba de mi otro lado, ¿qué más podía pedir? Después, los amigos de Or I decidieron ir arriba, ya que no querían permanecer allí. Yo les seguí, aunque no me agradaba del todo la idea de ir a bailar latin.

Estaba con mi cara de leca activa cuando recibí una alerta de Jojo. Nos reunimos en las escaleras. Me estaba contando su shock de la noche cuando apareció él. Le saludó, le empezó a hablar como si yo no existiese, aunque jojo le dijo algo que hizo que se desapareciera en el acto. Un éxito. Después, le conté todas mis sopresas de la noche, nos reímos, y volvimos a la pista. La música estaba buena. Todo iba bien hasta que sonó "Hollywood". La gente entró en éxtasis, las voces se alzaron, y todos la cantaron a decoro como buenos maricas que son. Canciones de la década de los años 90 se apoderaron de la sala, y, simplemente, me encontraba viviendo un orgasmo auditivo. De pronto Jojo vio a su ex, no lo podía creer, y, del otro lado, un ex de un ex gil mio le hablaba a alguien que conocía de lo lindo.

Cuando eran las 4: 10, me hallaba cansado. Quería ir casa. Además, el local estaba full, y la ventilación era pésima. Me había visto con medio twitterland, y reído de otras tantas cosas. Era suficiente por una noche, por lo que le dije a mi amix para irnos. Nos sentamos un rato en el lobby. Me puse al lado de D, y cada uno conversó de cómo le pareció la noche. Él quería un pucho, y yo también. Estabamos así cuando una chica me pidió encendedor, prendió su cigarro, me regalo uno de una caja que tenía, y me sonrió: pobre ilusa. Nos despedimos de los demás, y nos marchamos a caminar por Benavides para hablar sobre nuestra salida. Me dijo que no sea tan hija de puta; que el karma me va a cagar; que me cuidara mucho, por favor; que estaba de vuelta a Blackout, y demás. Volví a mi casa apestando a trago mal. Mi vieja me recibió con una mirada de reproche. Me dije: Ahora calladito te ves más bonito, y pasé.

viernes, 8 de octubre de 2010

Blackout

Era octubre del año 2007. Britney Spears sacaba su quinto álbum luego de una espantosa presentación en los VMA's. Yo empezaba a frecuentar el ambiente. Mis ansias sexuales eran casi proporcionales al tiempo libre que tenía en ese entonces. Frecuentaba a varios amigos cariñosos, y restaurantes. Solo había ido al DT una vez, y no pensaba en volver, sino hasta un buen tiempo. Era un chico nuevo en un mundo nuevo: alguien interesante, pero altamente voluble.

Fue la época en la que para conseguir trago en un bar solo me bastaba con alzar mi mano. Mis borracheras eran en reuniones muy íntimas con algunos amigos de la vida. Solo tomaba vodka, gin y whiskie. Tampoco fumaba, y mi asco por la cerveza era increíble. Por ese entonces, vestía más bonito, caminaba más por Miraflores, y no había situación en la cual no sonriese. No podía dejar de ser coqueto, y a los demás parecía gustarle: bien por mí.

Recuerdo que cada carro era mejor que el anterior. Yo solamente les sonreía. Alguna que otra vez acabé en la cama, pero nada serio. No estaba en mis planes tener alguna relación formal. Tampoco conocía a nadie, y nadie sabía quien era, así que era imposible que surgieran chismes es torno a mí. Todo marchaba bien. Sin embargo, eso cambió con la llegada del verano 2009 y el reencuentro con el chato, que haría que mi vida diese un giro de 180º hacia otra dirección.

Han pasado casi 2 años, y he de admitir que he cambiado bastante. Supongo que eso es crecer. No obstante, últimamente he vuelto a esa necesidad de salir, y simplemente perderme por lima colorida. Es rico, lo sé. Uno se lleva muchas sorpresas con cada salida que hace. Además, será interesante volver a ver algunas caras,y recordar algunos cuantos olores y sabores capitalinos. Recordar es volver a vivir, ¿no?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Error

A veces me pregunto si en verdad soy prejuicioso, o si es que estoy pensando de acuerdo a mi sentido perfeccionista. No me gustaría serlo, pero tengo varias razones para pensar que sí, o que lo fui. Recuerdo a mi chico trujillano. Lo llamaré "Carlos" para narrar mi historia.

Lo conocí en una noche de invierno hace como dos años. No tenía nada que hacer, y entré a una de esas redes sociales para buscar un fuckbuddy, sin tener la más mínima idea de que me encontraría con este individuo. La primera vez que lo vi me pareció simpático. En efecto, él practicaba andinismo, y natación. Días después, me mandó un mensaje a mi bandeja que decía: "Hola. ¿Cómo estás?. Te ves lindo y loco." Me reí. Le devolví el mensaje y así fue como empezamos a conversar hasta que intercambiamos msn.

Él estudiaba Comunicaciones en una prestigiosa universidad de la capital, y yo postularía a otra en un par de meses. Tenía pensado volver a Trujillo, pero nuestras cálidas conversaciones le motivaban a cambiar de parecer. Además, yo le proponía alternativas de lugares de estudio, como la universidad donde ahora estudio. Él se iba animando cada vez más. Todo marchaba bien. Vivía solo en una departamento que sus padres le habían alquilado por Casuarinas. Luego, decidimos vernos, era tiempo de conocernos en persona.

Fui a nuestro encunetro a un cine en Surco con el corazón en la mano. Lo reconocí de inmediato. Era alto, castaño, lindo, serio, medio despistado: él. Lo saludé con la mano extendida. De pronto, habló. Su tono de voz. Su acento no era de acá, se notaba bastante. Yo le empecé a hablar sobre mi día, y empezó a pedirme que lo hiciese más lento. No pude. Me jodió terriblemente su forma de hablar, sus "más despacio por favor, hablas rápido", su timidez. Le dije que tenía que irme rápido, que ya no iríamos al cine esta vez. Claro, no le iba a hacer sentir mal después de todo. Se despidió de mí apenado, yo de la manera más apática posible. Supe que sería la última vez que lo vería.

Luego de aquella vez, conversamos cada menos. Me mostraba más desganado de lo acostumbrado, pues no quería saber nada más con Carlos. Sin embargo, aún así le respondía todas las veces que le hablaba. ¿Masoquismo?, no lo sé. Unos días antes de mi cumpleaños abrí mi correo y había un mensaje que decía: "Hola, me hubiese encantado decírtelo anoche, pero no pude... Hoy en la madruagda viajaré a Trujillo. Para cuando leas este mensaje, ya estaré allá. Abrazos, Carlos".

Intenté hacerme el disforzado, pero no pude. Traté de negar que me llegaba al pincho, mas no me salió. Me costó como mierda aceptar la idea de lo idiota que fui para cagarlo de esa manera. Sé que el sí se hubiera quedado por mí. Sé por los tramites de intercambio que me mostró esa vez, por cómo me hablaba, por su carácter, pero no lo pude ver. Su acento no me dejo ver más allá de eso. Me dolió mucho su partida, pues por varios meses me sentí como el limeñito estúpido que botó a un excelente candidato solo por ser provinciano.

No puedo creer lo chibolo inmaduro que fui. Quizá esa sea la única acción de la cual me he arrepentido, pero todo pasa al final. Luego de su viaje, perdimos comunicación. No tengo la menor idea de dónde se encontrará. Pero, sé que está bien, que está por ahí cumpliendo sus sueños. Eso me recomforta. ¿Si aún sigo siendo igual de estúpido? Creo que no, he disminuido un poco. De eso, estoy seguro. Sé que ya no volveré a cometer la misma idiotez que hace unos años.

lunes, 4 de octubre de 2010

Aterrizando

Acabo de dar mi examen de Apreciación del arte. No lo he dado mal, tampoco bien, sino regular. Estoy cagado sentimentalmente, ayer lo reconfirmé. Por ello, no me he podido concentrar bien todo este tiempo. Yo sé que tengo un problema que debo solucionar con urgencia. También sé qué debo hacer, pero no cómo. Tengo miedo. Aún soy humano. Me aterra mirar atrás.

Siento que algo se repite. Ya he pasado esto. Soy consciente de cómo voy a acabar si no actúo, pero es que ya no estoy seguro de hablar o seguir mudo. Porque sí, soy mudo. Puedo decir muchas palabras, pero poco de lo quiero decir. Soy complejo, muy complejo. Por eso, me es difícil tratar de entenderme. No me gusta lo fácil, prefiero lo difícil. Así como prefiero esperar a que el semáforo esté en rojo para cruzar seguro la calle, y leer las indicaciones o instrucciones de un determinado objeto antes que usarlo. Soy perfeccionista, extremadamente detallista, a veces, pero apático la mayoría del tiempo.

Yo no tengo un problema con serlo, pero no mucha gente tolera que sea de esa manera. Les desespera. Me cuesta demasiado ser espontáneo. No me sale (quizá por eso no vivo sin agenda). Tampoco puedo modificar el hecho de que sea renegón. Me irrito por todo, porque mi pata se demoran 5 minutos y tengo que esperar más, porque no me sale un ejercicio, porque no estoy bien conmigo mismo, porque ha salido el sol cuando quería que esté oscuro, por estupideces.

Creo que desde siempre he sido así. Tal vez ahora más que otras veces. He crecido, pero no he madurado lo suficiente. Soy consciente de eso. Por eso, cometo huevadas, por eso ayer un buen amigo me dijo mis putas verdades hasta el punto de que cuando llegué a mi casa me puse a llorar. Lo realizó de una manera muy bonita, como sabe lo especial que es mi carácter. Gracias. Le agradezco, también, que no me haya terminado pegando. Sé que tenía ganas, mas no lo hizo: Gracias.

Ayer me di cuenta que caí en ser quien no quise. Me dolió, pero lo admití. No me gustaría que alguien pasara esto también; sin embargo, veo cómo un chico poco a poco va siguiendo el mismo rumbo. Está cagado, pienso. Vaya conchudo, dirán. Pero es que a veces uno tiene que alejarse para poder verse mejor. Y yo, aunque odie admitirlo, de una manera extraña, me vi en él. Fue raro. Quise llamarlo y decirle que nunca iba a ser eso, que era un pobre cojudo, que era como yo, básicamente, hasta antes de mi conversación con mi amigo, (¿o es que me cuesta admitir que ya lo sabía?).

Supongo que si lo hubiera hecho, mi amigo se habría molestado conmigo y me habría dicho: NO PUEDO CON TU VIDA, CARAJO. No obstante, el sabe que soy así, medio desbandado como Christina Aguilera, a veces un éxito, a veces una mierda. Solo espero que él tenga un buen amigo como yo, y que se de cuenta que nunca podrá llegar a ser, solo parecer. Demanda mucho ver la diferencia cuando no quieres, pero esa es la realidad.

No pensé que escribía tanto en tan poco tiempo. Me siento más tranquilo luego dejarme llevar por el teclado. Espero que esto no solo sea un post de desahogo, sino también de llamada de atención para otros como yo que miran sin observar cuando les conviene. Creo que eso es todo lo que debía decir. Me hallo menos tenso para seguir estudiando para mis exámenes parciales.


A ti, amigo, que me toleras y escuchas; aunque me halle muy ebrio, drogadicto, llorón, o simplemente muy yo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La serpiente humana

La ves pasada lo vi. Sí, estaba igual de chato como siempre, y seguía haciendo el mismo paso con sus pies al bailar. Lo reconocí de inmediato. Él no me vio, sino hasta cuando pasé por su costado. No lo podía creer: quien alguna vez había sido mi amigo ahora ni me saludaba. Intenté hacerme el webon, pero no pude. No quería. Intentaba acercarme a él para conversarle, mas no podía. Así transcurrió toda la noche. Al final, me fui sin haberle dicho nada: jamás en mi vida me sentí tan maricón.

Hace ya más de 7 meses que no me hablo con el chato, aquel personaje que solía acompañar mis pussyrelatos. Habíamos tenido discusiones hace tiempo; sin embargo, fue un post que publiqué lo que marcó el fin definitivo de nuestra amistad. Nunca pensé en las concecuencias de hacerlo. Tampoco me arrepiento. Dije lo que sentía, y él junto a otros no quisieron ver más allá de lo que sus ojos les permitían.

De hecho, el post no fue la única excusa para eliminarme de su vida: hubo algo más. No diré qué fue lo pasó; no obstante, sí afirmaré que me pareció injusta la manera cómo se me culpó de todo. Nunca pretendí hacerle daño a alguien, cosa que muchos piensan que sí; sin embargo, lo hice. Me sentí mal, claro está, pero no mucho. ¿Por qué? Porque, cuando empezaron a salir los pañitos al aire, solo salían los míos, los de los otros no. Obvio, ellos son incapaces de hacer algo así. Acá, quien posee el veneno, soy yo.

Aquello no me pareció bien. Pude decir varias cosas para tratar de revertir un poco esa situación, mas no lo hice. No me gusta andar diciendo cosas de la gente, me gasto. Ahora trato de vivir mi vida sin pensar en esas webadas; aunque a veces, como el sábado, las recuerdo y se me mueve el piso. Cada quien actúa según lo que cree más conveniente, yo también. No puedo retroceder el tiempo, arrepentirme menos.

martes, 28 de septiembre de 2010

Carta a mis lectores 2

Estimados lectores:


Hola, ¿cómo están? Espero que bien. Quizá piensen que soy un puto descuidado por no haber hecho mucho posts continuos, peor la verdad es que no. Todo este tiempo que no he publicado, he estado ideando un proyecto de renovación al blog para hacerlo más entretenido, y más interactivo con ustedes. También, vengo realizando otro proyecto de cine, que espero todo salga bien para expandir el plan.

Tengo un pincho de ideas que vuelan en mi mente, y no sé muy bien cómo organizarlas. Por ello, he acudido a 6 de mis amigos para que me ayuden con la remodelación del blog. Lo que quiero lograr es recaptar la escensia del blog, y hacer de este un mega espacio en el cual haya debate, chistes, historias, relatos, poemas, DE TODO. Poco a poco se irán agregando modificaciones al blog, las cuales ustedes las irán percibiendo. La idea es crear un blog de diversos estilos que compartan un mismo fin. Por ello, mis seis pussys tienen gustos semejantes, pero estilos diferentes.

Vengo de hablar con uno de ellos, y acaba de pasar por mi mente la loca idea de crear otro blog. Sí, lo sé, ¿otro más? Sí, porque creo que así podré administrar bien el tipo de información que deseo informar. La aventura ya empezó ayer en la noche con un mensaje por facebook y hotmail a ellos, y no va a parar. Espero, de todo corazón, que todo me vaya de la puta madre.
Saludos

Maxtian

martes, 21 de septiembre de 2010

Cuando nadie me ve

Camino en boxer por toda la sala. Prendo la radio. Bailo. Veo mis pies, mis piernas. Me gusta mi cuerpo. Sonrío en el espejo de la vitrina. Me insita a pervertirlo. Mejor no, luego. Voy a la cocina. Me preparo un sandwich. Lo como. Lo acabó y quiero más. No me puedo satisfacer tan fácilmente. Me sirvo un vaso con agua. Se me chorrea. Me río. Siempre se me derrama el liquido. Sonrío. Dejo el vaso en la mesa. Bailo.

Me canso. Tomo asiento en el mueble. Sonrío a la nada. ¿Estoy loco? No. Locazo. Me revuelco. Soy Narciso en soledad. Me levanto. Corro por toda la casa. La luz inunda mi casa. Regreso a la cocina. Platano con fresas. Éxtasis en mi boca. Me siento satisfecho. Subo a mi cuarto. Arreglo las almohadas. Abro las ventanas. Cierro la puerta, con seguro. Me hecho en mi cama. La pongo a mi lado. Espero, espero, espero. Ya está lista.

La uso. Me canso. Estoy en una posición incómoda. Me acomodo. Así está mejor. Mi cuerpo se relaja. Ha sido suficiente por hoy. La dejo de lado. Prendo el televisor. No hay nada bueno. Lo apago. Me pongo de pie. Me estiro. Pongo Bossy como música de fondo. Bailo. Ahora escucho Standing in the way of control. Me exito. Movimientos indebidos e inconscientes surgen en mí: me gustan. Yo se vuelve esclavo de mí, y simplemente me dejo llevar.

Juego en mi cama. Me enredo entre las sabanas. La oscuridad aparece. Ha sido un largo día. Es momento de recobrar energías. Bajo a la cocina. Leche sin lactosa. Me apresuro. Regreso rápido a mi habitación. Me lanzo un clavado. Me sumerjo. Me ahogo. Me gusta. Me acurruco. Pongo mi alarma. Mañana será otro día.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Odiamos a Maxtian


Desde hace ya varios días mis pussyfriends me vienen jodiendo con que gracias a mí, algunos de sus amigos los odian, o los están empezando a mirar mal. ¿Por qué? Existe infinidad de razones. Algunos simplemente no pueden ver mi cara pastrula de leca mala, porque les origina vómito. Un grupo no comprende cómo es que yo puedo tener el estilo de vida que llevo. Otros no han superado "el daño" que les hice, porque según ellos soy una puta. Etcétera.

Yo no soy un ángel, tampoco un demonio. Quizá un imbécil. Eso sí podría serlo. He cometido un pincho de errores, y no me arrepiento de ninguno de ellos, pues todos me han ayudado a crecer como ser humano. Algunos no ven más allá de las cosas de los demás. Yo sí. Es más, cada vez que descubro un nuevo heater, lo analizo para ver qué cualidad buena posee para así aprovecharme de esta.

Yo no amo a la gente que me censura o me insulta, pero tampoco les alabo. Simplemente pienso que son personas que, como yo en este momento, no tienen nada mejor que hacer hablar de otros. No obstante, hay una diferencia: yo puedo reírme en la cara de alguien de sus defectos o lo que sea, así como de mí también. ¿Si ellos pueden hacerlo? No lo sé. No me interesa tampoco. Sin embargo, espero que también lo hagan, sino están cagados.

Mis amigos son los mejores, y se merecen lo mejor. En verdad, me llega al pincho que otras personas les hagan escenas estúpidas solo porque estoy presente. Pero, lo peor no es eso, lo más desagradable es enterarse por terceras personas. ¡Diculpa enemix, el roche es conmigo, no con él!

Sí, soy consciente que esto dará mucho qué hablar, y por eso lo hago: porque necesito hacer crecer mi público a través de publicidad no pagada y, ¿qué mejor que tus enemix para vocearte cuando se les antoje?

sábado, 4 de septiembre de 2010

Soraya Montenegro

Yo no sé qué tan perra puede llegar a ser una mujer en la vida real. Sin embargo, de lo que sí estoy seguro es que ella marcó un antes y un después en cuanto a niveles de maldad. Nunca vi, en toda mi niñez, una novela en la cual el personaje antagónico pudiera ser tan insensible e icomprensible con los demás. Su carácter impulsivo, su postura, sus motivaciones, sus modulaciones de voz, su "¡Maldita liciada!" hacen de ella alguien único, imposible de comparar.

Aún hoy en día, cuando no tengo nada que hacer, busco en youtube algunos de sus videos en los cuales hay peleas fuertes. Son lo máximo. 25% hija de puta, 25% madre de nandito, 25% Montenegro de la Vega Montalvan y 25% esquizofrénica: Soraya rocks!

lunes, 30 de agosto de 2010

Rose rocks!

¡Feliz día Santa Rosa de Lima!: la primera santa de América latina, regia, alta, lacia, blanca, esquizofrénica, virgen, hardcore, de origen español y super limeña. So nice!

Rose nació a mediados del siglo XVI. Tuvo una vida fresh, a pesar de tener money. Luego, cuando cumplió la mayoría de edad, sintió el llamado de Dios, que no era más que una sombra imaginaria que la jodía de noche, y decició meterse en el convento. Gustosa de los lugares dark, de los azotes y la penitencia, se calcula que también vivió en la misma época que el negrito mazamorrero Saint Martin de Porras. Falleció joven y nunca conoció el botox, pues no lo necesito. Por eso y más you rock, honey R.

domingo, 29 de agosto de 2010

Get Outta My Way

Llegué al Mc a la hora acordada, pero no encontré a nadie. Puta madre, pensé, de seguro esta webona se ha largado de frente a la casa de Braulio. En ese instante, me alertó él mismo diciéndome que Papita ya estaba con él. También pude ver otra llamada de D. Lo alerté, hablamos. Él se encontraba esperando su punto. Envidia, fue todo lo que pasó por mente en el transcurso de la llamda hasta que llegué la casa de Braulio. Me recibió medio estúpido con una botella de whiskie en la mano. Se hallaba confused y mi amiga tenía cara de coqueada. Algo extraño pasaba allí.

Nos sentamos a conversar sobre nuestros amores y las anécdotas más importantes que nos habían ocurrido en estos días recientes. Él quería salir a tonear, ella no tanto. Además, no había traído mucha plata, por lo que al final mi amigo y yo tuvimos que prestarle 20 soles para que le alcance para la entrada en caso se animase a salir con mi amigo. Yo iría al chifa, pues ya había acordado con Jojo en vernos allí. Así mismo, D estaría presente en caso no esté al primero. Luego de unos cuantos vasos de whiskie, y de que Braulio me imitara hablando como gringow friloreow, partimos al antro. En la puerta, me encontré con Jojo y sus meangirls. Los saludé, esperamos a alguien que faltaba, y entramos.

Nos fuimos a bailar a la pista de electrónica, y a lo lejos pude ver a D agarrando con su chico. OMG, no lo podía creer. Después, me fui al baño. Ambos se toparon conmigo. Me saludaron, y conversamos un poco. Luego, me fui a dar mi por la pista . Un gringito de camisa negra me hechó ojo. Me sentí completo. Volví con el grupo, y me di con la sorpresa que todos tenían las caras largas. Jojo no estaba con ellos, por lo que me fui a buscarlo. Lo hallé con sus amigos, quienes creían que estaba molesto por mi cara de leca mala. Sin embargo, al final este les explico que así es mi rostro, y que no se preocupen.

Al cabo de un rato, despedimos a sus amigos en la puerta. Volvimos con el antiguo grupo. Todos seguían medio cojudos. Yo me sonreía pussymente delante de todos, hasta que alguien propuso ir a la pista latina. Fuimos, bailamos unas 4 canciones, pero se aburrieron y decidieron regresar. Después, conversé con Jojo. Le comenté que me había encontrado con tal y tal ex-gyl, y él me dijo que no era el único, que ellos también. Solo atiné a reírme, y seguirlos de vuelta a la de electrónica. Bailé con el grupo un rato, pero me retiré porque quería buscar al chico de la camisa negra. Me hallaba caminando al baño cuando me vio, yo también. Intercambiamos un juego de miradas que nos llevó a bailar a la pista latina. El gringito se movía bien. La estaba pasando de lo lindo, pero decidí volver donde mi amigo.

Cuando regresé con él y los demás, estaban dando un vs. de Lady Gaga contra Beyoncé. Me pareció divertido. Luego, ni bien finalizo el show, pusieron Get Outta My Way, y todos empezamos a saltar y cantar como desenfrenados. So bottom, como diría un amigo. Transcurrieron unas canciones, yo me estaba empilando, pero ellos ya se querían ir. Nos despedimos en la puerta, y me fui con mi amigo a caminar y hablar sobre los sucesos acontencidos esa noche. Es increíble cuánto drama puede aportar un ex a la vida, decía en mi mente, mientras caminábamos por la Av. Benavides. Yo me divertí mucho. Creo que él también. Además, esta vez el taxi no me secuestro. ¿Qué más puedo pedir?

martes, 17 de agosto de 2010

Kylie

La primera canción que oí de ella, si mi memorria no me falla, fue Can't get you out of my head cuando tenía 10 años, allá por el 2001, en MTV. Unos meses después, vi su presentación en lo VMA's Europe. Terminé simplemente fascinado por ella. Desde ese entonces, me volví su fan, aunque, muy lamentablemente, no pude ir a verla cuando dio su X tour y vino a Perú. También he tratado de seguir su carrera musical, y no puedo dejar de sorprenderme con la manera que ella tiene ir "evolucionando" en cada uno de sus discos. Es genial ver cómo cambian las temáticas y estilos sin que pierdan su esencia íntima.

Así mismo, no puedo dejar de sentirme identificado con sus canciones o con la manera cómo estas acompañan las situaciones que vivo. Por ejemplo, cuando ando demasiado horny, y "ya me toca", me gusta poner Slow de fondo. Sí, es un fetiche que tengo. Después, si me estoy alistando para salir, y sólo quiero pasarla bien sin pensar en los demás, oyo On a night like this. Luego, cuando escucho All i see, vuelven a mente la vez que salí con un chico, Da, y la pasé genial. Por último, si me siento muy gay y feliz, me encierro en mi cuarto, y bailó Wow a todo volumen.

De su disco más reciente, me gustan All the lovers, Get outta my way e Illusion, aunque no me sorprendería ver un video de Closer, he de admitir. Una podrá ser reina, pero ella es simplemente una Diosa.

lunes, 16 de agosto de 2010

Ciclo nuevo, vida nueva

Hoy empezaron las clases en mi querida universidad, y no puedo negar que ha sido un día de la puta madre. He tenido muchos orgasmos visuales, pues me he vuelto a encontrar con mis amores (amigos) luego de mucho tiempo. Así mismo, desde este ciclo ya puedo decir oficialmente que estoy en facultad. Esto me llena de mucha felicidad, pues ahora podré llevar cursos más relacionados con mi carrera.

Empecé el día un poco ansioso, ya que no estaba aseguro de si me encontraría con algún conocido en mis clases. Sin embargo, me he dado cuenta que, hasta el momento, en todas está al menos una zorrita (amiga) con quien lorear de lo lindo. Después de que finalizaron las clases, me fui al Jockey a arreglar el reloj de mi mamá en la joyería, y a darme un paseo por los stands donde venden teléfonos celulares. He descubierto una promoción super económica, por lo que pronto tendré uno.

También, me he llenado de muchas sorpresas a mi regreso: parejas que terminaron, otras que volvieron, algunas que mantienen una relación conflictiva, un twittero gay con el que no hablo y hasta un stalker sexy que ya me echó ojo. Este periodo tengo planeado una serie de proyectos, así como muchas salidas, con mis pussy-friends. Un nuevo ciclo está por empezar, y yo me siento más sano que Lindsay in rehab. ¿Qué cosas no pasarán!

domingo, 15 de agosto de 2010

Cool

Yo me llevo bien con 3 de los 4 chicos con los que he salido. Me hubiese encantado quedar bien con el primero, pero es muy estúpido y aniñado como para poder entablar una amistad con él. Por otro lado, con los demás me llevo muy bien. Esto es genial, porque no soy de aquellos que piensan que un ex gil es tiempo perdido. Creo, más bien, que cada historia que viví es una experiencia, de la cual he tenido que sacar el máximo provecho para continuar mi trayecto.

Al segundo lo conocí a mediados de Febrero del año pasado. Su nombre es Mr y tiene un año menos que yo. Salimos no más que dos semanas y media, o tres. Me llevó a su casa de playa, aunque no cumplí con mi sueño de día de verano. Sin embargo, una serie de problemas y malintepretaciones por parte de un sujeto, Vizcondelmort, hicieron que el grupo de fraccionara. Por ello, dejamos de vernos y hablarnos mucho tiempo. No obstante, en diciembre volvimos a vernos, y retomamos la comunicación. Es un buen chico, un poco alcoholico, un poco inseguro, pero de buenos sentimientos al fin y al cabo.

Después, le siguió Mr D. Sí, él. El hombre que me cagó la vida, según Jojo. Él estudia en una prestigiosa universidad de la capital, y tiene una gran pasión por la música. Toca en una banda no tan conocida, pero que suena muy bien. Si fuera un poquito más delgado, y fuera al gym, sería más simpático de lo que es. Yo lo conocí en Junio del año que pasó; no obstante, nos conocimos más en diciembre, el mes en el que salimos. Yo viví la mejor de las ilusiones, aunque él no, pues extrañaba a su ex. Eso me mató, lo admito. Debido a esto, y otras razones dejamos de salir. A pesar de eso, seguí adelante. Ahora tenemos una muy buena amistad, y hasta hablamos de sus gileos.

Luego, vino Raf. A mí me gustaba su mejor amigo, pero con el tiempo dejé de fijarme en él. Fue así que un día de marzo de este año decidí salir con Raf a caminar por el malecón. Al principio no me impresionó mucho, pero su trato, su manera extraña de hacerme reír luego de que me hiciera renegar, hizo que me fijase con él. Estaba loco. Él es distinto a mí, yo a él. No nos vimos muchas veces, más que nada, por cuestiones de horario. Aunque, cuando lo hacíamos siempre nos divertíamos bastante. Cuando inicié el ciclo, dejé de frecuentarlo, y él a mí. Así, lo que pudo ser, nunca empezó. Hace poco nos vimos. Tuvimos una discusión. Aun así, sé que todo saldrá bien al final.

De cada uno he aprendido algo que me ha ayudado a construirme como una mejor persona. Por todo eso, y más, estoy agradecido con cada uno de ellos. Con el primero aprendí a controlar mejor mis impulsos, con el segundo a no iluosinarme tan rápido, con el tercero a liberarme más, y no ser tan perfeccionista, y con el último a liberarme más, y no renegar por estupideces. Podría seguir deciendo más cosas, pero ese no es el punto, sino ver que de cada situación siempre hay algo provechoso que se puede sacar para ser mejores individuos.



sábado, 14 de agosto de 2010

Irealidad Virtual

Yo conocí a Hass por una página de encuentros muy conocida hace como 2 años. Su foto de perfil no me pareció la mejor; no obstante, lo que leí en datos personales hizo que interesara por él. Era blanco, de mi estatura, cuerpo normal, ojos claros, facciones no toscas, cabello negro: un chico lindo, con el plus de ser relativamente proporcionado. Luego de varios mensajes que me envió, y otros tantos que yo le respondí, decidimos intercambiar msn. Admito que si bien el chico no tenía tanta cultura, se podía hablar bien con él. Así mismo, las fotos que me mostró me otorgaron una determinada confianza en él. Fue así que un día acordamos en vernos en la puerta de Saga de San Isidro.

Estaba muy nervioso y ansioso a la vez porque lo conocería. Me había puesto mi mejor pussy polo, mi pañalón azul y olía a pour homme de Ck. Eran las 2:17 p.m cuando mi ilusión se fue al tacho. Del otro lado de la pista, en la puerta de ripley un hombre no paraba de mirarme. Me dije: de seguro, está buscando a su amigo. Pasaron como cinco minutos cuando ese sujeto se me acerco, y me dijo, Hola, yo soy Hass, ¿tú eres maxxie, no? Sí, respondí tímidamente. Luego de hacerle un check out en 10 segundos, quería que me tragara la tierra.

¡Cómo chucha me puede estar pasando esto a mí?, gritaba, dentro de mí, claro está. Conforme caminábamos más detalles le veía que me dejaban de gustar. En primer lugar, no se podía hablar con él. Era más tímido que yo y se creía algo que no lo era en absoluto. Después, era más chato de lo que me dijo, creo que se quedó con la altura que le dijeron en el colegio. Además, no vestía lindo, parecía que había escogido trapos para vestirse en vez de ropa. Y, como si no tuviera suficiente con humillarme públicamente, tuvo la osadía de invitarme a su departamento. Lo siento brother, yo en esas cosas no atraco. Soy virgen.

Sé que no soy el único chico al que alguna vez le han pasado estas cosas, pero es que, en verdad, desconciertan. No estoy seguro de si lo que favoreció el encuentro con el chico fue "el poder" del chat o "la magia" del photoshop. Sólo puedo decir que desde ese entonces he tenido que aprender mañas y demás artilugios para saber si es verdad tantas bonitas palabras que uno lee por la red. Como leí una vez, cada ves los internautas debemos aprender más a saber encontrar lo bueno dentro de lo malo en internet.

viernes, 13 de agosto de 2010

Cecilia


Era Diciembre del año 2003. Tenía 12 años y tú 25. Me llevabas siempre al malecón de Barranco a ver el mar y dar vueltas como locos por la bajada hasta marearnos y vernos obligados sentarnos. Cargabas contigo, en todas nuetras salidas, unos puchos, tu Disc man, un album de Fito Paez, otro de Manu Chao y un chocolate sublime. Era el hermanito feliz, al que todos tus amigos le decían: ¡pero si son igualitos!

Algunas veces me hacías un recorrido por el centro de Lima. Caminábamos por la plazoleta de San Francisco, el ex parque Chabuca Granda, la plaza Francia, la Quinta heren, la plaza San martín: lugares poco convencionales para pasear con un niño. También me hiciste entrar a muchos museos. El que más recuerdo es el de la Santa Inquisición. Me fascinaba pasear por esas catacumbas viejas por donde antes había transitado libres, condenados, inoncentes.

Otras tantas te acompañé en tus borracheras luego de tus clases con tus patas de la universidad, mientras yo, el hermanito de la flaca, tomaba mi leche chocolatada. Ellos vivían fascinados por cuánto nos parecíamos. Siempre nos los recordaban. También me contaban, cuando no estabas, que eras muy altiva, muy tú. Les encantabas, y ellos a ti. Después, al llegar a casa, estábamos obligados a oír las quejas de mamá. ¿Cómo es posible que un niño de 12 años venga oliendo a cigarro!

Hoy han pasado más de 5 años desde que no volvemos a salir así. Escucho Cecilia, y me acuerdo de nuestros paseos, del monedero en el cual yo cargaba la plata porque eras distraída y de los politos de los "Loonie Tunes" que me los usurpabas para ponértelos, porque eran de tu talla. Pienso, algún día tenemos que volver a salir, yo sé que sí.

jueves, 12 de agosto de 2010

Gemidos

En el sentido estricto, es la expresión sonora de la pena y dolor. Por otro lado, en la vida diaria, es una acción que puede producir, en la mayoría de los casos, mucho morbo durante una sesión de sexo. Unos gimen como si les faltara el aire: ah... ah... ah... AAHHHHH... ah... ah..., otros como Britney: ouhh.., ouhhhh..., ouuuhh..... , OUHHHHHH, UUUUHHHH, ouhhh. También existen los quejosos: Ayy.... Ayyy.. AYY, AYYYYY, ayy.... ahhh yyyyy, ayyyy, los que pasan del dolor al placer: ARRRHHH, AHHHH, ahhh, ohh, ouhmmmmm, uhmmm, los mudos: mmm, mmmm, MMM, UHM,UHMMMM..., etc.

Existen muchas formas de gemir; sin embargo, no todos lo hacen porque estén experimentando un dolor que se transforma en placer, sino por diversos factores. El caso típico: la novia/novio que para no hacerle sentir vergüenza a su flaco porque no le hizo llegar a un orgasmo gime como desquiciada/do. ¿Por qué lo hacen? La mayoría de las veces, porque creen que así mejorarán la situación y lograrán impulsarlo a que dé una mejor performace la próxima vez, aunque pueda ser que esto no suceda.

Escucharlo es buenazo, pero ver que tu pareja lo haga porque en verdad se siente impulsado a hacerlo no tiene precio. Por eso, chicos y chicas, no teman en decirle a sus compañeros sexuales si no están pasando un buen rato. Así mismo, planteen soluciones, no solo quejas. Busquen alternativas que los ayuden a encontrar ese climax de satisfacción mutua.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Mantengamos la promesa

Salí contigo, porque pensé que podría ser. Pero, no. Me equivoqué. Lo percibí desde que me respondiste con tu manera desinteresada. Te hice caminar un culo, lo sé. Me gusta caminar. Pensé que no te quejarías tanto. Conversamos sobre algunas cosas de mi interés, de tu interés hasta que llegamos al chifa. Creo que más nos allí cuando hablamos de dibujitos animados. Pero no fue suficiente.

Después, nos dimos cuenta que estamos condenados. Tuve demasiado. No sé si tú también. Luego, te hice ir hasta el malecón. Me encanta pasear por allí y oír el sonido del mar chocar con las rocas en la playa. Intenté hacerte sentir algo de mí. Sí, es una manera extraña de hacerlo, y confié en que de una manera te ibas a dar cuenta, mas no. Solo sentías frío, y , en verdad, no me daba ganas de abrazarte. Aun así te seguí platicando. Te la di. Me la recibiste con una sonrisa, y te la puse. Era hora de que vayas a casa.

En el micro, casi ni hablabas. Parecía como si un ratón te hubiera comido la lengua. Solamente sonreías. Se te ve lindo cuando lo haces. Pensé muchas cosas en el trayecto. Pasará un buen tiempo hasta que volvamos a vernos. Ojalá te cuides y cumplas tu deseo.

martes, 10 de agosto de 2010

Talla: Large

De pequeño no comprendía por qué algunas primas se alborataban cuando veían a algún primo zapatón. Ahora sí. He de confesar que es un mito de los que más pena me dio darme cuenta que era una mentira. Pero ese no era el único, lo mismo decían con la palma de la mano, el pulgar, los chatos, hasta que una vez llegó a mis oídos el rumor de que quien la tenía más grande, otorgaba más placer que los demás.

Tenía 14 años. Era un muchacho virginal que dejó de serlo al próximo año para acabar en un drama como Britney luego de la desvirginización con Justin. Sin embargo, tuve una buen rehab y me recuperé rápido, por lo que probé suerte en otros cuerpos, pues no solo de pan vive el hombre. Como era de esperarse, no tardé mucho en percatarme que había sido engañado por enésima vez.

El hombre que la tiene más grande no da mayor placer. Eso está fielmente comprobado no solo por moi, sino por varias personas que en pleno acto sexual se han dado cuenta que su "macho" solo la tiene de adorno, pues no se sabe mover. Esto, chicas, pasivos, lecas, lecos, versatiles, etc, sucede porque muchas veces los que tienen una pieza de tamaño large creen que por poseerla no tienen que hacer ningún trabajo. Cuando las cosas no son así, el trabajo es mutuo, al igual que el placer.

Por ello puedo decir, según mi corta experiencia, que la única verdad es que más que el tamaño, lo importante es saber cómo moverse. Sí, porque si tu acompañante la tiene normal o tu también, lo mejor que puedes hacer es movimientos aleatorios a diversos ritmos, así como las poses, y listo: satisfacción asegurada.

lunes, 9 de agosto de 2010

Ellos y yo


No sé cuándo aprendí a leer. Mi hermana me contó una vez que de chibolito, cada noche, ella cogía un cuento de una colección que mi viejo había comprado, y me lo eía una y otra vez, hasta que un día yo cogí uno de esos y me puse a recitarlo. No sé si fue mi primera lectura o es que me lo había aprendido de paporreta, el punto es que "sabía hacerlo". Tenía 3 años cumplidos, y mis pobres viejos pensaron que de adolescente sería una especie de Rimbaud debido a mi creatividad y me afición a los libros. Qué fea alucinada la que se metieron conmigo.

Con el tiempo crecí, sus sueños se fueron al tacho, pero mi gusto por ellos no. Tengo una biblioteca repleta de obras vanguardistas, de terror, de suspenso, así como un sinnúmero de novelas clásicas de todas las épocas. Desde La Iliada hasta Orgullo y Prejuicio, que por cierto es una de mis favoritas. A decir verdad, casi todas las escritas Jane Austen me parecen buenas. Al tratarse de una escritora inglesa, trato de conseguirlas en su lengua materna. Me parece que así se disfrutan más que traducidas al español.

Cada ejemplar que leído ha puesto su granito de arena en mí. Recuerdo que el primer texto que escogí por mi propia cuenta fue "El principito". Tenía apróximadamente 8 años y luego de mi primera leída no entendí casi nada, salvo que existía un hombrecito que vivía en otro planeta que había pasado por otros y que estaba en la tierra. Tardé regular tiempo en comprender toda la gama de significados que encerraba tan lindo cuento. Pero, al final, me encantó.

Con el pasar de los años, los he elegido según se ha ido moldeado mi carácter. Es así que una época viví encantando con los de ciencia ficción, otra con los cuentos de corte realista y dramático, otra con las obras teatrales, etc. Son mi fuente de inspiración en muchas cosas que hago. Desde mis dibujos hasta algunas historias que voy creando en el camino. Son parte de mí.

domingo, 8 de agosto de 2010

Ojos que no ven, corazón que no siente

No sé qué diantres le vi, que me gustaba, por lo que salía con él. Sí, caminabamos por el malecón, hacíamos chistes, me abrazaba caletamente de tanto en tanto, yo me hacía el que no quería la cosa , y era feliz. Todo marchaba bien hasta hace poco, que fue el inicio del fin.

Resulta que mis viejos , a veces, son muy jodidos en esas cosas de otorgar permiso; no obstante, la mayoría de los casos, me surro en ellos e igual salgo, pues sé que tarde o temprano terminarán por calmarse. Por ello, tuve últimamente problemas para salir con Raf, el chico que me gustaba, porque nuestros horarios se cruzaban, y a veces tenía que hacer malabares para verlo. Cuando salíamos la pasábamos bien, salvo por una pequeña cosita: él no entendía el maldito esfuerzo que era para mí conseguir la plata para hacerlo (así no tenga permiso) con él. Muy mal.

Al principio pensé que no se daba cuenta. Claro, yo creía tener la culpa, ya que no le había dicho personalmente todo lo que significaba para mí llegar a salir con él. Entonces, lo tomé con calma. Supuse que acabaría por darse cuenta mi sacrificio, pero NO, estaba equivocado. Es por eso que las últimas citas, que empecé a notar mi malestar, él se mostró sorprendido. No es que Raf no estuviera acostumbrado a mis ataques de histeria-tan habituales en mí-, es que nunca le había dicho algo a él sobre su actitud indiferente que él percibe normal.

Ayer nos vimos luego de muchas semanas. Habíamos planeado este encuentro con días de anticipación para que me hiciera esperar, lo recibiese ebrio, y con compañía. La noche no estuvo tan mala (gracias a sus amigos), pero por la parte de él estuvo fatal. Creo que pasará un buen tiempo hasta arreglar la situación.

¿Se hacen los cojudos o son así?

No lo sé. No entiendo porque algunos hombres se comportan de una manera tan fresca y son incapaces de ver o aceptar el empeño que pone uno. Muchos dirán que les gusta mantener le perfil bajo, y que mejor acciones que palabras, pero eso no es suficiente. Es floro , y de la más barato, creer que una relación se basa solo en acciones y no en una puta muestra de comprensión o afecto. ¿Por qué? Porque es así. Como seres humanos nos gusta sentirnos mimados, nos gusta, a unos más que otros, que de vez en cuando la persona con la que sales te sorprenda con algo, te apoye, o que vea más allá de sus ojos.

No creo que todos los hombres son así (de incomprensibles). De eso estoy completamente seguro. Sería demasiado injusto de mi parte catalogar a todos de la misma manera, debido a que cada uno maneja un propio código de comunicación que vale pena conocer. Aún creo en mí, en la paz mundial, en que confucio inventó la confunción, en que de acá aunos años iré a putear a río, en que los orgasmos son buenos para el corazón ,y en que algún lugar del globo, por ahí, camina mi Rimbaud mientras canta una rola de sui generis por la playa.

miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Cuzco pone?


Hace unos días volví de mis vacaciones por la ciudad sagrada del sol, donde cada piedra que pisas tiene historia. No obstante, grande fue mi sorpresa al ver que no todo lo brilla es oro, y que hasta la sonrisa más inocente cuesta un dólar. Porque sí, amigo, one dollar the photo, es lo que cuesta la imagen linda de la chica autóctona, su llamita y tu sonrisa para el momento Kodak.

El viaje empezó bien. Llegué en la mañana, y me recibió un día caluroso y seco. Si bien no padecí de soroche, mi piel sí sufrió. El aire frío que va de oeste a este en la ciudad no es nada recomendable, según mi parecer, a las personas con tez mixta como yo, pues la reseca. A pesar de eso, seguí de buenos ánimos y llegué al hotel. La oferta de precios es variada, al igual que la calidad que cada uno ofrece. Primero estuve en uno en el barrio de San Blas. El lugar es lindo, bohemio y tranquilo; sin embargo, si no estás acostumbrado a subir escaleras en altura, ¡no te arriesgues!

Luego, en la tarde, fui a recorrer la capital incaica. Esta posee muchas calles en un solo sentido, así como muchos pasajes por donde subir y bajar escaleras. Si viajas por primera vez, no te emociones y heches a correr, más bien ve a tu ritmo hasta que te aclimatizes. Así mismo, existe infinidad de tiendas de artesanías por donde vayas. Si deseas conseguirlas ve al mercado artesanal, es más económico y seguro allí. Si quieres comprar algo cerca a la plaza, a menos que tengas plata, no lo hagas. Los vendedores te ven cara de tourist y te cobran hasta 3 veces más su precio normal. También es importante regatear.

En la noche moría de hambre, por lo que me fui a comer a Bembos. Sí, quizá no parezca la mejor opción, pero cuando no tienes mucha plata, y tienes promociones en tickets, es lo más recomendable usarlas para economizar. Al día siguiente, fui a comer a un menú de 5 s/. en la calle Choqechaka. Puedes encontrar menús de todos los precios, desde 3.50 s/. hasta 35 s/., como también platos a la carta, según el local.

En la noche hay variedad de discotecas y bares. Mis favoritos fueron Inka Team, Los perros, Mushrooms y Mama Africa. Una vez fui a Mithology, pero no pasó nada. La música me hacía tambalear de cansancio, y al final opté por pasarme a Inka team. Los lugares son generalmente no tan grandes, repletos de turistas, tragos caros y ambiente straight. Yo me divertí lo suficiente, aunque, francamente, no satisfizo ampliamente mis expectativas.

Por otro lado, he de recalcar que el trato al turista deja mucho que desear. Sí, y lo digo sin roche. Para ejemplificarlo mejor, propondré la anécdota de una amiga con la que viajé. Sucede que cuando estaba paseando por el mercado, ella vio una chompa que le gustó y preguntó por el precio a la vendedora, a lo que esta le dijo cuál e inmediatamente le advirtió si la iba a llevar. Aquella dijo que no, que solo se encontraba observando, por lo que la otra mujer le respondió: ¿para qué pregunta, entonces, si no va a comprar? Más es el tiempo que me hace perder...

Quosco es una ciudad de contrastes. Allí se puede encontrar un sinnúmero de fusiones alucinantes, como lo andino con lo occidental, lo antiguo con lo moderno, lo conservador con lo liberal, lo tierno con lo hipócrita, etc. Así mismo, tanto esta como la región están llenas de monumentos arqueológicos muy bien conservados que valen la pena conocer. Algunos por medio de guía turística, y otros personalmente. En definitiva, es una urbe interesante, "curiosa", que merece visitarse alguna vez.

jueves, 22 de julio de 2010

¡Ahhhh!

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miércoles, 30 de junio de 2010

Sima de esperanza

Su hermosura era cegadora; sin embargo, el sol del medio día había terminado por derretir todo ese caramelo suyo que alguna vez me endulzo. Ahora era mujer sufrida, ociosa, cansada, fastidiosa, ella. No entendía por qué seguía allí. A pesar de eso, seguía con ella, pues los árboles parecían tratar de animarme de tanto en tanto con su sombra ofrecida.

-¿Ves algo?
-No.
-Mira bien.
-Estoy cansada.
-No cierres los ojos.
-¡Te digo que estoy cansada!
-Si sigues así, nunca llegaremos.
-No sé para qué me fui contigo
-Yo sí “pero ya no estaba tan seguro de si creía estarlo”. Ya nos falta poco, Clara. Mira, allí, hay una fuente.
-Se ve seca.
-Pruébala y sabrás.
-¿Y si me pica una araña? Me habré bajado por las puras.
-Pues nunca más te acercarás.
-Solo los tontos cometen tales locuras.
-Como huir a la nada con la mujer que dices que amas sin dirección alguna.
-¡Cállate!, ¡no sé porqué me tuve que ir de la casa de mi padres! Ahora estoy en no sé dónde, contigo y sin ti, perdida, cansada.

Nunca antes me había gritado. Fue el principio del silencio. Intenté romperlo, pero fue en vano.

-¿Ves algo?

Silencio.

-Clara, responde, ¿ves algo?

Silencio.

-Está bien. Si no quieres hablar, calla. Quizá no es tu culpa, es mía. Sí, es mía. No debí mirarte esa vez. Tú tampoco, pero lo hiciste. Qué ingenuos los dos. Nunca hagas todo por amor, o ilusión, me decía mi padre. ¡Qué sabio era él! Ahora estamos aquí, con hambre, sed y, ¿desamor? No, nunca he amado. Lo sé, soy consciente de eso, pero guardaba fe de hacerlo. Ojalá tu también hubieses abrazado lo mismo que yo, pero no. Querías una aventura. Ahora la tienes, pero te quejas. No te entiendo. Creo que veo un camino más allá. Avance.
-Está bien.

miércoles, 23 de junio de 2010

Crimen en Tornado

Ellos me quitaron todo, mi dinero, mis libros, mi diario, mi alma. Me condujeron hacia algo que no era. Por eso, los odiaba. Tampoco podía hacer algo para mostrarme como soy, no era posible. Un movimiento en falso, y mi vida se acabaría. Esa era la razón por la cual había cumplido con cada una de sus órdenes, pero aquella última era demasiado. Nunca había matado una persona. Jamás había percibido el dolor que ocasiona la bala en una persona, ni había visto tanta sangre derramada. Yo no quería que fuese así. Juro que no. No tuve, siquiera, la intención de dispararle, pero tenía que hacerlo. Estaba obligado a decidir: matar o morir.

Me llevaron en un carro negro hacia el edificio “Tornado” en el centro de la ciudad. Nadie habló durante el trayecto. Ellos me miraban, mas yo no. Mi ojos se perdían observando las calles del otro lado de la luna. Pegaba mi rostro de rato en rato hacia la ventana como si así pudiese ser capaz de respirar un poco de, de humanidad. Era un día soleado, fresco, veía cómo los árboles jugaban al viento inocentes, seguros, quietos. Quise ser uno más, y no estar sentado en ese maldito asiento que me conduciría a mi propio infierno.

Una vez que llegamos me dijeron cómo lo tenía que hacer. El proceso resultaba simple: mejor. En la puerta me esperaría el recepcionista. Diría que soy su sobrino, e inmediatamente me indicaría cuál es la puerta de ascensor que debía tomar. Luego subiría, “Hipopótamo”, mi tío, me abriría la puerta que da para la sala. Ese fue el nombre escogido para la víctima, el juez que los había encerrado por más de veinte tras esas barras de metal de las que habían conseguido huir. Le saludaría cordialmente por su cumpleaños, y tomaría asiento. Después, le diría que tengo sed. Él, tan caballeroso como es, me ofrecería un trago de aquellos caros que guarda con celosía en su closet y yo le sorprendería por la espalda con “pompa de jabón”. Se desplomaría inmediatamente, y no sufriría mucho. No habría tanta hemorragia y, lo mejor de todo, no habría gritos de sufrimiento, solo un silencio puro. Al final volvería a ocultar el arma silenciadora y me subiría al carro. Era el plan perfecto.

Sin embargo, nada resulta siempre como uno quiere. Por ello, cuando le disparé, sucedió todo lo que no decía pasar. Su grito fue tan grande que por un momento pensé que las ventanas caerían. Después, sus piernas se doblegaron, sus manos se fueron directamente al pecho como intentando librarse de aquel sujeto extraño a su cuerpo, pero no podía. Los ojos se le empezaron a salir de sus órbitas, hasta que su obeso cuerpo cayó en el suelo retorciéndose de dolor.

Ahora sé por qué morí de angustia cuando perdí la agenda, y por qué mi madre me regañaba tanto cuando perdía las cosas. Soy un estúpido despistado. Ese fue mi único error aquella vez: no activar el silenciador.

miércoles, 16 de junio de 2010

Mi barrio

A veces confundo el gris del cielo con el de la avenida. La soledad se ve disfrazada por los diversos colores opacos de las casas. El silencio es imperante, tanto así que un cementerio puede llegar a resultar un espacio más entretenido. Por eso, no puedo comprender por qué le pusieron el nombre de una diosa tan bella a semejante lugar. Yo le hubiese puesto, sin exagerar, Averno.

Tampoco hay muchos árboles, ni flores, ni arbustos, parece un imperio de cemento. Las personas que la transitan van usualmente sólas, calladas, mirando todo y nada a a la vez. Solo quieren pasar rápido y llegar a su destino. Allí raramente se oye el cantar de los pájaros, el choque de copas de un brindis o la risa de los niños.

En medio de esta hay un almacén con una amplia cochera. Varios carros y camiones pequeños entran y salen de esta. La hora límite de ingreso es siempre precisa: 8:00 a.m. Basta que un automovil se pase un pobre minuto para que Jocho, el guardia de seguridad, vuelque toda su rabia sobre este por atreverse a levantarlo de su comodísima silla donde espera pacientemente la hora de salida. Exactamente al frente, cruzando la calle, hay un poste azul, que más que luz brinda noticias breves sobre la localidad por la increíble cantidad de anuncios pegados allí.

Mi casa se encuentra frente a este. Su fachada es sumamente contrastante. Mientras que las columnas que la rigen son de porcelana marrones, cremas y verdes sus paredes son azules y celestes. Sus ventanas son amplias, opacas, enrejadas, como una cárcel. Cuando la miras de frente, parece alzarce como un alcázar imponente, tétrico, sombrío.

Delante de esta existe solo rezagos de lo que antes fuese un bello jardín japones, un pasado más alegre. Ahora hasta la maleza se abre paso entre el pasto que yace seco. Ni los insectos se acercan allí, es muerte asegurada.