martes, 7 de noviembre de 2017

Al final...

...capté que no entendía nada.

na     da     (punto)

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Hecho

I still can fuck it up

[punto]

sábado, 22 de abril de 2017

Visiones de otoño

So, I tried...

En realidad, algo.

Sí, algo, y las cosas no funcionaron como esperada que funcionen. Mejor dicho, era plenamente consciente que no funcionarían como quería que fuese, pero no lo quería ver. Nuevamente, la ceguera. Automne et brouillard.

And i'm lost, y es una mañana fresca, con ese aire frío que se dejaba extrañar luego de una verano insoportable cuya sombra soleada amenaza con expandirse por no sé cuántas más semanas. I'm lost y sabía que en cualquier momento caería aquí. Sí, resulta inevitable no volver sobre ciertos pasos, sobre ciertas áreas que creía superadas tontamente.

Dudo que avance mucho con el canal. Es más un pretexto para concentrar mi mente en algo, que algo del cual pueda beneficiarme luego. Como sea, dedicarme a editar videos toma mucho tiempo. Horas, en verdad. Más porque soy absurdamente ido y me levanto de mi sitio cada 15 minutos para meditar sobre lo que estoy haciendo, para recrear situaciones de éxito alucinantes que sé son improbables que pasen, para saberme presente y reconocer qué diantres estoy haciendo conmigo antes de tener la vaga conciencia que el tiempo se agota.

Sí, estas semanas he sentido que el tiempo discurre. El tiempo visto como una cuestión líquida. Demasiada sequía mental.  Algunos días despierto y siento que todo se a-gota. Con todo, el tiempo, y cada vez me encuentro más cerca de aquella terrible situación en la que no sé cómo haré para sobrevivir, porque me da pánico la rutina, porque me da mucho miedo encontrarme hambriento, sin nada más que ofrecer que una manzanilla.

No entiendo bien en qué devendrá esto. Me viene como un flash la cara de J.K Rowling hablando sobre su experiencia de fracasar en el preciso instante en que menciona 'I've failed'. El verdadero pánico encaletado tras un discurso de graduación. El pánico saboreado y almacenado en un rincón especial de la memoria.

A veces me gusta creer que tendré que vivir un estado de mierda para luego resurgir, pero me paraliza de sobremanera la idea de pasar hambre, pero, sobretodo, de no encontrar una salida y caer en aquel estado de pobreza absoluta que no solo te deja famélico, sino ciego frente a las posibilidades de avanzar.

No sé bien cómo afrontaría esa situación. Me aterra saberme limitado en mis capacidades de seguir. La verdad es que no encuentro una vía de escape clara, una rendija de aire. Y, sin embargo, el tiempo se a-gota. El tiempo discurre y con él los instantes no vividos de una vida que pasa sin más, que solo se deja llevar por el agua de la corriente hasta llegar al mar. El bendito mar que no discrimina.

lunes, 27 de febrero de 2017

Max Greene


Actitud.

martes, 21 de febrero de 2017

Maybe I'm a purse


So, estaba dialogando con un amigo sobre cómo las noticias y las series son una especie de Yin - Yang en nuestras vidas y cómo nos resulta imposible consumir exclusivamente unas dejando las otras de lado para poder sobrevivir al día a día sin cometer suicidio antes que anochezca, cuando me sugirió que escriba al respecto en el blog.

La verdad es que no tengo ganas de hacerlo. Me basta con decir que la fantasía es una droga muy rica y fácil de consumir y sí, todos necesitamos nuestro american dream de vez en cuando para poder 'estar' o seguir.

Como sea, esto me llevó a una iluminación, casi casi un pajazo mental de esos absurdos, pero mágicos. Me di cuenta de que mi situación actual era como la de Rachel en el primer capítulo de Friends. Sí, totalmente. Y no, no era el hecho que no uso bra (?) o que me siento algo más plástico de lo que aparento (?). De hecho, no tiene nada que ver con la cabeza de la huevona, sino la imagen.

Sí, todo era una cuestión de imagen. De hecho, era (o es todavía) un espejo de mi persona. Allí estaba ella (y yo), perdida, extraviada en el medio de Manhattan (Sagitario) con un  vestido de novia abrazando una amiga que no ve hace años y que espera le ayude, porque, ¿porque no?

Era ella. Mejor dicho. Soy ella. Soy ella en ese estúpido vestido blanco, luego de rechazar a un novio perfecto que puede ofrecerme una vida práctica y cómoda con una culo de oportunidades (inserte aquí a amigos bien ubicados en espacios empresariales y a otros agentes x que podrían ayudarme que han intentado diversas formas de desahuevarme sin éxito) con el cabello hecho un desastre (ahora ya no, porque me rape) y sin la más puta idea de cómo generar dinero, pero bonita, medio cojudo, pero atractivo, medio plástica, pero honesto. En la completa nada.

Sí, era yo. Soy yo. Y hoy de puro sádico abrí Netflix y lo confirmé. Esa mujer tonta, perdida, que depende financieramente de sus padres para poder existir, que casi nunca ha trabajado y que divaga de una manera alucinante con programas de televisión soy yo. Pero ella tiene algo que yo no. Y no es solo un buen par de tetas, sino ganas, ganas terribles de salir de esa circunstancia que le aprieta peor que el corsé del vestido de novia. Y yo mientras tanto sigo en la nada. En la completa abulia.

Y ya no sé, porque me cago de miedo de terminar en un puto café atendiendo gente que lee cosas horribles, porque sé que me dará asco servir a alguien está leyendo la columna de Mariategui en Perú21 o cualquier idiotez, porque sé que no tengo tacto ni una cantidad absurda de paciencia con extraños. Y no sé qué hacer, porque, claro, ya sé que no puedo hacer nada práctico para el sistema, pero igual debo cancelar algunas deudas o estaré más en el hoyo y todo termina siendo un caos.

Y eso. ¿Es loco que 'caos' termine en una 'o' no? Como un ciclo. Como un ciclo. Espero este sea uno.