domingo, 19 de enero de 2014

Soy soltero y no hago lo que quiero

No tiro cuando, ni cuanto quiero. A veces, ni con quien me da la gana. Tampoco amanezco en la cama que deseo; ni mucho menos de la forma más adecuada. No tomo descontroladamente; ni me juro el yolo del año cojudamente.  No tengo dinero; menos cigarros. Vivo con mis viejos. No consigo prácticas.  No hago ejercicios. No tengo un cuerpazo. Me pierdo entre la fantasía y la realidad. En fin, soy soltero, y no hago (para nada) lo que quiero.

sábado, 18 de enero de 2014

Cuming Back

Me resulta increíble pensar que ha pasado un año desde que decidí dejar este blog. Digamos que quería independizarme de todo, hasta de mí, pero, al final me di cuenta que hay ciertas manías personales con las cuales debo aprender a convivir, como mis viajes a Fantasía. Aún quiero salir de la casa de mis padres, pero ese es otro rollo, que aún no descifro cómo hacerlo, por lo que he decidido escribir una historia al respecto quizá con el fin de descubrir cuáles son los caminos certeros para lograrlo, aunque para ello tenga que perder la poca dignidad que me queda.

El 2013 ha sido un año increíble. Conocí a a un tipo que ha devuelto mi fe en la navidad y en buscar planes para el 14 de febrero: el chico Post-moderno (Post). Él estudia en una reconocida universidad privada; es libra; tiene un carro naranja (sí, naranja); le encanta la literatura, y tiene la terriblemente encantadora capacidad de relajar a este ser casi neurótico que habita en mí, que quiere destruirlo todo, con solo hablar. Sí, así de perfecto es él. Sin embargo; no somos nada, porque él no lo quiso, y porque en aquel periodo mi estabilidad emocional estaba por los suelos, y él, obviamente, no podía ser mi psicoterapeuta 24/7. Tampoco es que quiero que lo sea ahora, pero encontrarnos ha sido increíble.

También, he dirigido un corto; visto muchas e increíbles películas; fumado menos weed, y estado más stone; jugado a la procreación con diversos hombres, y leído más sobre problemáticas/cuestiones TLGBQ, lo cual ha abierto mi perspectiva de las cosas, y me ha permitido comprender mejor por qué carajo hay tanto clacismo entre gays, o por qué el mundo Trans siempre bordea el límite. 

En definitiva, fue un mejor año que el jodido 2012, que solamente quería desaparecer e irme a Neptuno, y tener sexo con cualquier tipo que me hicera olvidar dónde estaba solo para volar un poco más allá de lo normal. Sin contar que ese año subí 4 kilos, y estaba con la menopausia a flor de piel: insoportable.

Este año que comienza tengo varias metas. Algunas parecen utópicas, pero las tengo que/quiero realizar como sea. Más que la llegada, me interesa el camino. Quizá todo sea un caos, y acabe tipeando historias con mi laptop en Wilson a 30 céntimos la cara, mendigando por Alprazolam, pero lo habré intentado, lo habré intentado, y eso, como diría un amigo, ninguna puta conformista me lo va a quitar.