miércoles, 9 de enero de 2013

Gracias

Siempre me ha resultado complicado acabar una historia. Quizá sea por mi egoísmo, o mi necesidad de alucinar, pero siempre las dejo inconclusas, en una especie de limbo fluctuando con otras ideas, hasta el punto en que se mezclan y crean otras historias. Por ello, tal vez, y por cierto afecto especial que le tengo a mis terribles primeros escritos, me cuesta decir que es suficiente.

Tenía la idea rondando en mi mente hace varias semanas, pero recién me decidí hoy cuando me leí.  No siempre reviso lo que escribo, terminaría por volverme esquizofrénico. Los últimos posts simplemente no encajan. Hay algo que los hace distintos, y está bien que así sea, pero este ya no es el espacio que les corresponde. Tampoco creo que vuelva a publicar mis andanzas como lo hacía anteriormente. Mis angustias, mis quejas con la luna, mis absurdos, todo ello, son parte de un capítulo que concluyó meses atrás y del que no me di cuenta hace unos días.

Debo madurar en mi proceso de lograr lo que anhelo, aun cuando esto suponga cierto vacío extraño en mí. Me he encariñado con mi blog, y me cuesta dejarlo, a pesar de que sienta que no debo seguir escribiendo más aquí. Me acongojo, siento, y eso me hace feliz. No pretendo ser comprendido. Nunca lo he hecho, a decir verdad. Por eso, hay cuestiones sin sentido a por doquier algunas veces.

En fin, es hora de madurar en varios sentidos. Dejar el blog es una de esas decisiones que le dan sentido a mi proceso. He crecido mucho junto con  él, y conocido varias cosas. He aprendido a convivir con mi perfeccionismo también. Debo continuar por otro sendero. Chopin me invita a hacerlo. Escucho su ballade n°1 Op.23 mientras tecleo, y una calma intranquila me abruma. Hay algo tan perturbador y hermoso cuando ésta llega al éxtasis... No me agradan las despedidas, aunque su melodía sea un despertar.

Seguiré escribiendo, pero publicaré ( bastante) menos. Posiblemente, lo haga en otro espacio. Quiero aprender técnica y desarrollar estilo. Ha sido un placer saber que he sido leído y maldito. El blog seguirá abierto para quienes deseen sumergirse en él. 

 ¡Hasta cuando llegue el momento!