domingo, 29 de enero de 2012

Vómito sentimental

Llevo más de quince minutos sin encontrar una manera precisa de empezar a narrar una historia que me pasó hace poco. A veces, me resulta muy frustrante no tener las palabras exactas en la boca (o la cabeza) para decir lo que lo quiero. Quizá sea una barrera inconsciente frente al desborde emocional que me pueda ocasionar, una especie de escudo frente a mi propio ello.

El suceso es simple. Hace una semana estaba husmeando mi cuenta de Manhunt cuando recibí un mensaje pidiéndome si quería tirar por parte de un tipo que alguna vez me gustó. Lo particular del caso: él no sabía que era yo. Ahí se jodió mi mente, cuando noté el último detalle. Le respondí de la manera como solo yo sé hacerlo, y él inmediatamente se conectó al msn para conversar. Hablamos poco. Le dije que si no le reconocía, no hubiera sido capaz de hablarme. Me respondió que sí. Estaba mudo. 

Era otra vez un chibolo imbécil que se entera que no es el único. Comencé a cuestionarme todo. Me pregunté desde por qué él estaba allí pidiendo sexo a gritos hasta que qué de malo había conmigo para que sea incapaz de pedirme para tirar una vez que sabía quién era. Me miraba las manos intentando buscar una respuesta en ellas. Le pregunté qué tenía de malo. Me dijo que yo era un complicado; que debía relajarme más; que le molestaba que mis palabras suenen a reclamo; que no estaba seguro de que me querría volver a ver alguna vez, y que me apreciaba por que le gustaba cómo escribía.

Me sentí muy estúpido. Eran las tres de la madrugada ,y yo permanecía despierto con los ojos rojos  y vidriosos solo para charlar con un sujeto que le importa poco si me vuelve a ver o no. Era una imagen muy patética. Entonces, mis ideas volaron, y aluciné a todos los chicos a los que se debió tirar mientras andábamos en salidas. Las escenas transcurrían rápidamente por mi cabeza, y no me jodía verlo follar, sino sus ojos. Esa mirada constante sin pestañear y casi sin expresión que lo caracteriza, porque así es como el piensa, así es cómo el mira a los demás, como cosas comunes. Nada lo sorprende.

Saqué como conclusión que yo debía haber sido otro común y me sentí más estúpido que al comienzo. Me acordé del estúpido karma,  y pensé que tenía que ser algo más.  ¡Acaso voy a tener que volver a pagar el karma de hace cuatro años?, ¡acaso no me bastó estar jodido seis meses por un tipo que me cagó el alma y el verano? Yo no soy una mala persona. No soy un puto por tener una cuenta en Manhunt. Puedo tenerla, husmear cincuenta perfiles en un día; pajearme viendo algunos, ¡es eso malo? ¿Qué daño le hago a otros haciendo eso? 

No soy un santo, pero tampoco soy una maquina sexual empeñada en fornicar todo el día. No tengo una gran vida sexual; ni flirteo cuando salgo a antros con mis amigos. Pero sí suelo fijarme en hombres así,  y acabo mal. Es ahí cuando recuerdo por qué tengo una cuenta en Manhunt. Porque estoy cansado de que me gusten patas que se tiran a Lima indiscriminadamente y tienen la conchudez de tratarme igual haciéndome creer lo contrario. Es muy cruel estar del otro lado. Ya no pienso llorar más. He desperdiciado muchas lágrimas cojudamente estos tres últimos años como para querer estar así lo que me resta.

Yo tengo veinte. No tengo la experiencia del mundo, y no sé bien cómo son todos. También, soy un poco loco;  imagino cosas que no necesariamente ocurren; no creo en la venganza, y soy idealista con las cosas que hago, pues siempre apunto a que todo me salga bien. 

¿Decir esto me liberó? No, fue un simple vómito sentimental. La enfermedad permanece ahí. No sé qué hacer con esto. Estoy cagado. Estoy cagado.

lunes, 23 de enero de 2012

El amante de mis deseos

Todos tenemos un amor platónico. En mi caso, es un amigo, que es guionista. Él es simpático; casi no consume alcohol; vive solo; disfruta de las buenas películas y de comportarse mal con chicos hermosos. También, tiene un poder de atracción increíble. No sé cómo describirlo bien, pero podría aventurarme a decir que es una mezcla de fuerte sexualidad, carisma e inteligencia, lo que hace de él alguien muy atrayente.

Él me atrapó. La primera vez que lo conocí fuimos al cine, y luego al departamento en el cual vivía. Tuvo la gentileza de compartir conmigo sus revistas de moda, ya que tiene una fijación por los modelos, y de hacer lo mismo con su música. Me pareció un hombre increíble, pero yo a él no. Primero, tenía menos edad que él; el cabello muy desordenado para su gusto, y resultaba muy tranquilo, por no decir aburrido, como para satisfacerlo. 

Por cuestiones que no sé explicar, dejamos de hablar. El encontró el amor en su natal Trujillo y marchó a Cusco con aquel que lo volvía loco en la cama. Estuvo 3 meses viviendo en la ciudad del inca hasta que su pasión por él se desvaneció y regresó a Lima. Nos vimos una vez, pero ya no fui a su departamento, sino a caminar. A él le encanta andar, y hablar de música, y de cine. Yo no sé mucho de lo primero, pero me satisfacía con oírlo.

A mediados del año pasado intenté vagamente que él y otro conocido mio salieran, pero el desinterés del segundo impidió que las cosas avanzaran. Luego, el escritor conoció a un chico. Sí, un muchacho con un año menos que yo a quien usó a su antojo en la cama haciendo que él llorase y gimiese de placer casi sin poder separar uno del otro. Aprovechó de este hombrecito su juventud, ingenuidad y sumisión para hacer visible su fuerza endemoniada y exponer sus deseos sexuales.  Mi literato viajó de nuevo a Trujillo sin más. Lamentablemente, el alma del chico no pudo soportar mucho.

El sexo rudo había penetrado su inocencia, y tenía que frenar para no dañarse más. Mi amigo se dio cuenta que lo amaba, pero era tarde. No había más piel suave, ni gimoteos, ni amor para cuando el pisó Lima nuevamente. Lo visité para conversar; ver Manhattan, y autoflagerlame un poco con el pensamiento, mientras él me  porfiaba su secreto. Yo desarrollé un recelo muy particular por el hombrecito, pero me apiadaba cuando me imaginaba el huracán que debió haber sentido en su interior.

Mi querido dramaturgo se ha portado muy mal desde aquella vez. Ahora quiere viajar. Uno de sus amantes le ha pedido que vaya a Argentina, y él no resiste la oportunidad de tomar un aire en otros espacios. Me ha dicho que volverá, que no me preocupe. Solo espero que el aire sureño le dé un respiro a su corazón, y que eyacule su deseo con buenos hombres.

Noche de verano

Ayer tuve que esperar un buen tiempo, hasta que llegasen. Creo que el karma me empieza a cobrar factura por las veces que yo hice aguardar a mis amigos. Está bien, debo aprender. Sin embargo, mi parada fue muy especial. Me reencontré con Jojo por casualidad en la calle, y uso justamente ese verbo "reecontrar", porque pudimos establecer contacto. Fue genial verlo ayer, a pesar de que él andaba un poco estresado porque Javicho se demoraba en llegar.

Estábamos sentados, hablando, y me di cuenta de que en verdad lo extraño. Es mi Effy, mi amigo petoto; el hipster, artie, indie, que me acompaña. Nos pusimos al día con nosotros mismos, y luego vinieron los demás chicos. Me fui con un grupo a lola, y él con otro a luz verde. Nos debemos otro update.

Entré y era la misma mierda de siempre. Parece que Fiestas no tiene nada de creatividad para hacer algo diferente aun teniendo consejos y puteadas de otros, pero, bueno... Me encontré allí con Fer y Rafa. Empezamos la lora, y estuve con ellos tomando cerveza, hasta que un amigo me jaló para volver con mi grupo inicial. Luego de un rato, salí a fumar. En la puerta, vi al mismo sujeto que me tiraba con la mirada en el vale el año pasado; al mejor amigo de un ex-gyl, y a algunos pokemones nuevos.  

Volví a ingresar, el lugar comenzó a llenarse, hasta que abrieron el segundo piso, y un buen grupo se pasó a arriba. Entre ellos, mis amigos y yo.Yo no sé bailar latin, y ellos empezaron a joderme, mientras intentaban enseñarme a "moverme". Si alguna vez han visto a un gringo bailar salsa por primera vez, pueden tener una idea del fiasco que soy para bailar bachata, cumbia y toda esa nota... Sufría yo con mis pesadísmos pasos de baile, hasta que me acordé de Fer. Odio que siempre me pase esta cojudez.

Bajé a buscarlo, pero no lo encontré. Se había ido. Quería despedirme, pero no pude. Lo cortés no quita lo valiente, o eso intenté aplicarlo. Subí a seguir con mi tortura otra vez. No recuerdo bien por qué bajamos, pero lo hicimos. Estaba harto de bailar latin, y jalé a un amigo a la pista de electrónica cuando lo vi . ÉL bailaba guiado por los movimientos senxuales de su chico mientras las luces jugaban con las sombras de sus cuerpos. ÉL la estaba pasando increíble; yo intentaba ubicarme en la situación cuando caí en cuanta que sonaba Stronger. 

Pensé: This shit is real life. Me reí. Canté vivamente toda la canción hasta que termino. ÉL se llevó al muchacho a otro lado, y yo bailé un par más. It's my life no pudo ser más precisa en ese momento. Luego, me reuní con los míos. Estuvimos tomando un trago y riendo hasta el final. Embarqué a mis amigos, y tomé un taxi de regreso a casa. Felizmente, el conductor no era un tipo arrecho.

jueves, 19 de enero de 2012

Speak my mind

Algunas veces me pregunto por qué estudié comunicaciones si ni siquiera soy capaz de exteriorizar bien lo que quiero decir. Resulta más complicado cuando, conforme van pasando las semanas, y ese pensamiento se hace más profundo, te vas percatando de que en verdad te cuesta hablar con aquellos que te interesan. Soy un comunicador que no aprendió bien a relacionarse, pero qué puede hacer que otros sí lo hagan bien. Es un poco absurdo, todo esto, porque se supone para lograr que otros lo hagan bien, debo empezar por mí mismo, pero este caso parece una excepción.

Es una joda, mi celular nunca suena, y, si contesto, no sé qué decir. Tampoco puedo acercarme a quien me atrae. Ni siquiera decir hola. Supongo que he perdido "eso". Pero, no puedo decir; sin embargo, que soy una paria social. Es solo que me intimido ante ciertas personas. No sé, las veo un poco inaccesibles.  Eso me aturde. Me estresa terriblemente mal no saber qué decir algunas veces. Sé que hay momentos en los cuales nada surge, pero me exaspera el silencio. Mejor dicho "ese" silencio incómodo.

Por alguna razón, pienso en Maria Inés, una buenísima profesora, y me gustaría conversar con ella y decirle lo que me pasa. Quizá ella piense que estoy un poco quemado, o que necesito ayuda, o qué se yo. Quizá doy  muchas vueltas en mi cabeza cuando simplemente ella me recibirá con su mejor sonrisa y dispuesta a escucharme como siempre lo ha hecho. El punto es que me gustaría trabajar en mis habilidades comunicativas, y me gustaría también conseguir un trabajo, y creo, por alguna extraña razón, que ella me podría dar una mano. Me inspira mucha confianza. Debe ser su sonrisa, seguramente es eso.

Aprender a comunicarme mejor conmigo mismo no es simple, pero creo que los métodos los voy descubriendo en el camino. Sé que no soy bueno expresando mis ideas a través del habla, pero sí de manera escrita. Ese es mi punto clave. Ya sé por qué pensé en Maria Inés. Ella es periodista (estudió periodismo). Algo más que teorías de la comunicación y de información tiene para ofrecerme, o eso quiero creer.

No sé cómo contactarla. Creo que buscaré su correo en la web de mi universidad. Debo aprender a no sobredimensionar algunos problemillas que tengo en mi cabeza también.

domingo, 15 de enero de 2012

No eres tú, o el mundo, soy yo. V

De nuevo vuelvo aquí, y siento que las cosas no van a ir bien hasta que aprenda a convivir con mi mamá. Ella y yo somos muy similares, y muy diferentes también. Hoy quería salir un rato. Entré a ducharme y, cuando salí del baño, la oí gritarme histérica sin siquiera preguntarme por qué me había arreglado. Me quitó absolutamente todas las putas ganas de salir que tenía. Estaba un poco inseguro, pero ella mandó al tacho mi inseguridad con su cara de mierda y su tono de voz amenazante cuando yo no había dicho ni una palabra.

Se supone que ya debería estar acostumbrado al carácter de ella, pero no lo estoy. Nunca he entendido, ni entenderé su manera de ver ciertas cosas. El problema no es que ella tenga una forma de pensar  y yo otra, sino que ella ataca cuando cree que no estoy en lo correcto, y yo no. No me gusta pelear con mi mama, ni con nadie. Me baja todas las ganas. Cuando se pone en ese plan histérico, recuerdo por qué felizmente soy cabro. También pienso en que debo hacer algo para crecer más rápido, lo cual es estúpido, porque aún me quedan 2 años más para que casi acabe la universidad, y quizá sea lo suficientemente maduro, y decidido, como para largarme a buscármelas yo solo.

El problema es que no me gustaría irme sin quedar bien con ella, pero ella no sede. Me llega al pincho eso, porque todo la desmoraliza, igual que a mi papá. Ambos se contagian creo, y despiden esos ánimos hacia mí ya sea directa, o indirectamente. Ya sé que puedo optar por decir NO, hoy no me vas a cagar mi día, pero todo la vida no voy a estar en ese plan. No merezco estar en un hogar donde desfoguen sus frustaciones conmigo. Comprendo que lo hagan algunas veces, pero ya son viejos. Se supone que deben saber cómo manejarlo. No me parece bien que cuando yo quiera hacer algo simple como salir a tomar un trago para regresar a casa temprano me miren con cara de mierda como si fuera un irresponsable y desconsiderado del carajo si no la están pasando bien.

Si quisiera largarme de la casa, lo haría, pero no lo hago porque no soy tan estúpido como para lanzarme al abismo así no más. Soy yo el que aún es mantenido en la casa, y soy consciente de eso, pero también hago mis cosas bien. No llevo tipos a mi jato para acostarme con ellos, ni les falto el respeto,  soy un buen estudiante, ni llego arrastrándome ebrio con ganas de molestar a todos. Me jode increíblemente que si  me equivoco, me lo hagan saber infinitas veces. Con que me digan mi error una, dos, hasta tres veces está bien, pero no todo el rato. Para mi mala suerte, soy muy sensible, y absorbo lo que otros me dicen con facilidad. Por eso, cambio de humor rápidamente. Aún debo aprender a controlarlo.

Le comenté a un amigo y me dijo que quizá no hago nada para cambiar la situación.. La verdad, es que no me dan ganas tampoco. Intenté hacerlo cuando tenía 17, y hace un par de años antes también si obtener resultados. Comprendí que quien debe hacer las cosas para sentirse bien soy yo, no ellos o el mundo, porque esa mierda se va transformando sin que yo sepa hacia donde va, a diferencia de mí. Las cosas están hechas, solo debo ver qué camino seguir.

Mis viejos creen que apunto a un bienestar económico, igual que su hija mayor, pero esa no es mi prioridad. Básicamente por dos cosas. Primero, porque yo no tengo un hijo que criar al igual que ella, y segundo porque mi rumbo está dirigido en lograr un bienestar de vida, que puede implicarme ciertos lujos, sí, pero no es mi primacía. El dinero se trabaja, eso lo tengo claro, y me puede aportar cosas para hacerme sentir bien, pero no es mi autorrealización la que el dinero me va a conseguir, esa me la forjo yo. Soy yo el que quiere escribir el mejor cuento y tiene que idear cómo hacerlo. 

Solo tengo que respirar, y descansar. Mañana será otro día. Al menos ya expelé un poco de la mierda que tengo adentro. No más por hoy.

PS: Hoy son de esos días en los cuales sí hace falta un amante a quien abrazar fuertemente con mi brazos y piernas. Quizá un poco de sexo rudo...

sábado, 14 de enero de 2012

El pequeño bufón

Converso contigo y me doy cuenta de lo estúpido wannabe que eres. Simplemente me sonrío para mí. Es más fácil hacerlo cuando estoy del otro lado de la pantalla también. Si estuviera delante tuyo, creo que te habrías ido hace un buen rato al ver mi cara de burla. De alguna manera, me haces recordar a la perra con la diferencia que tú eres más chibolo y más empático, pero estúpido. Ahora, el problema no es que lo seas, sino que tienes que saber qué tanto serlo y con quien.

Esto me lleva a pensar que quizá yo también soy un poco estúpido cuando intento conocer a un hombre que me agrada. Pero, así soy yo para esas cosas. El problema contigo,  es que te crees la gran cagada, y no soporto los hombres así (ni tampoco muchos lo hacen), y si sigo hablándote es solo para reírme. Sí, soy un hijo de puta. Pero, tú me das motivos. ¿Qué puedo hacer?

Claro, hablar contigo es totalmente distinto a hacerlo con la perra. A ese huevón puedo darle su abrazo, saludarle con besito, y conversarle. Pero, siempre nuestro mutuo odio está presente, nos atacamos con indirectas, porque no nos sabemos soportar del todo. Es simple. Además, tú tienes modales, aparentemente, mientras que la perra no. Si los tuviera, quizá podría ser llamada una zorra, pero, como es marginal, no los tiene. Aunque, ya he hablado mucho de la gordita.

Pensándolo bien, sí eres distinto a la perra. Ella está en la condición que está porque es astuto y sabe con quién meterse para joder a otro o para beneplácito propio, ¿pero tú? Tú entretienes, y eso te hace ver más tonto de lo normal, pero inocente. Es tierno, ¿no? Así le gustan a ciertos hombres mayores. Tu mente aún divaga en la inmadurez, y está bien, pero es risible.

Ya he pasado por eso, solo espero que los ácidos del peeling no te quemen la cara y que no te choques tan fuerte. Eres un bufón, y me divierte verte así, pero qué pena me das. Peace.

jueves, 12 de enero de 2012

Un placer visual

Hace pocos días tuve la exquisitez de encontrarme con Arion's Archaic Art, un blog que expone las relaciones de un comic guy para con su ciudad, sus creaciones y sus gustos. Llama la atención de manera inmediata el hecho de que aquel hombre publique tanto en castellano, como en inglés, con el fin de hacer más comprensible para cualquier lector aquello desea compartir. Así mismo, su anonimidad hecha dibujo, tanto como su buen gusto para seleccionar las imágenes que acompañaran a sus escritos, nos dan indicio de un interesante, pero oscuro autor.

Visitar su blog es transitar en un pequeño espacio de éxtasis y buen gusto por el arte (audio)visual. Sus bocetos, fotografías,  y anexos a vídeos artísticos, que no necesariamente son de su propia creación, hacen de este un lugar muy particular y rico para nutrirse con formas peculiares y diferentes de arte a las que comúnmente nos hallamos relacionados. La calidez de su primera persona en ciertos textos, como Bunny, nos dejan ver su lado humano haciéndonos casi creer que hasta Arion puede llegar a ser un personaje real.

Sin embargo, lo más llamativo es el trato de él para con los comics. El hombre es amante de aquellos, y tiene un menú amplio y delicioso de las mejores  historietas, como para no decir que no pensó en todos. En su página, se pueden encontrar links para seguir recorriendo blogs con la misma temática, así como un must de aquellos que son infaltables para cualquier hombre conocedor del tema. Sus películas recomendadas suelen ser clásicos, y otros no tanto, de un buen cine, aunque no suele hacerlo con continuidad, vale la pena ver cuáles son.

Simplemente, una experiencia gráfica fuera de lo común y altamente recomendable.

PS: Espero verte el próximo domingo!

miércoles, 11 de enero de 2012

La lista

El año pasado cometí el terrible error de no trazarme metas literarias, por lo que resultó muy flojo para mí. Flojo en ese sentido, porque por lo demás fue un poco más pesado que el anterior. Tampoco pensé en metas personales tan claras... A decir verdad, lo único sobre lo que estaba seguro es que quería hacer algo por mis 20 años, y que quería escapar de Lima, aunque sea una vez en todo el año. Ambas las cumplí. Por ello, he asumido la responsabilidad de aumentar la lista. Sé que lo puedo lograr.

Me he propuesto idear mis metas según los ámbitos que son más importantes para mí: el literario, el interpersonal / personal y el académico. No cometeré el error de plantearme imposibles, ni muy fáciles de llevar, sino retos. Quiero mejorar algunas cosas que ya he hecho, y hacer otras nuevas. Es parte de mi evolución.

En el literario...
  1. Acabar de leer La nausea. Siempre la empiezo, pero me exaspera mucho Eso a mitad del camino. 
  2. Escribir 4 cuentos. Tengo que hacerlo. He estado muy poco aplicado el año pasado, y eso no está bien. Como dice mi amigo el loco, "la ociosidad es la madre de los frustrados".
  3. Eso me lleva a  que debo definir más un estilo de escritura...
  4. Y debo leer más de lo habitual.
  5. Tratar (y ahora sí es tratar) de conseguir mi guión de Narrativa Audiovisual corregido... Ojalá mi profe no lo haya botado a la basura.
En el  interpersonal / personal...
  1. Abrirme a nuevas personas, nuevos círculos. Quiero conocer más gente. Siempre es bueno y liberador conocer más puntos de vista.
  2. Quiero reencontrarme con ciertos amigos.
  3. Enamorarme de un chico... ¿Ya toca, no? Pero, hacerlo de alguien que valga la pena, no de un cojudo. Esto no implica tener novio. Solo quiero enamorarme.
  4. Aflojar un poco mi carácter (con gays).
  5. Tener más sexo. En serio, sí.Un buen amante nunca está de más. Probar a "Hacer el amor". Siento que nunca lo he hecho, y me gustaría experimentar.
  6. Realizar mi fiesta de cumpleaños.
  7. Escaparme de Lima, al menos una vez, para tomar un respiro.
 En el académico...
  1. Llegar puntual a clases, y no 10' después.
  2. Aprender por el gusto de saber más, como lo he hecho hasta ahora.
  3. Seguir siendo un buen estudiante.
  4. Aplicar lo aprendido en algún proyecto personal. No tengo aún definido qué rama, o cómo hacerlo. Con el transcurso, lo iré descubriendo.

lunes, 9 de enero de 2012

Pero...

Existen dos cosas que me encantan del verano.

Primero, los diversos colores del cielo perdiéndose con la ciudad en el atardecer:


Luego, una hermosa compañía:


PS: La primera foto no es mía, sino prestada.
PS 2: No puedo tener un millón con vos, pero podemos intentarlo un millón de veces  (o más).

domingo, 8 de enero de 2012

La maldita estación

Odio el verano porque el calor es sumamente insoportable; porque sudo como un cerdo cuando estoy echado tranquilamente en mi cama, a pesar de que tenga ambas ventanas abiertas de par en par. No me gusta porque me quita a mis amigos. Todos se van al sur o a las playas del norte, y me dejan en Lima hasta que decidan que sus cuerpos están lo suficientemente bronceados de color naranja por las sales marinas. Desprecio el verano y a los bañistas que osan mostrar sus excesos por el placer de generar un contaminación visual, mal llamada "auto-superación". Me desagrada, porque todo mundo se corrompe y manda al tacho estúpidamente todo por lo que trabajaron todo el año con la justificación del clima y el buen humor que les da el sol. Detesto el verano, porque mi familia se va al club y siempre soy el único que anda sin ropa de baño.

Me jode el verano, porque el sol hizo de mis veranos de infancia en Piura y Sechura uno de los más dolorosos del mundo gracias a las jaquecas que me dieron. Lo detesto, porque cada año tengo que comprarme litros de bloqueador, debido a que tengo la piel muy sensible, y me sale erisipela rápidamente. Me molesta aún más recordar cuando estaba parado de pie en la tonta formación escolar de los Lunes del mes de Marzo con el increíble sol sobre la cabeza y sin un puto aire frío que provenga del mar, aun cuando mi colegio se encontraba cerca a este.

Y los zancudos, cuánto odio a los zancudos que se proliferan increíblemente en verano y que hacen de mis piernas su manjar favorito en las noches. Aborrezco las caminatas solitarias por la playa en verano y ver a tantos chicos y chicas besuqueándose y tocándose mientras yo sigo más solo que la Monalisa. Detesto tener recuerdos amorosos tan pésimos de verano. Maldigo una y otra vez el día que conocí a la chica que me juró era prima de JLo cuando tenía 12 años solo para atraer mi atención y así poder besarme. Pero, maldigo aún más haber caído en sus malas redes. Odio el verano, porque las terrazas de los cafés paran infestadas de personas que buscan lucirse más de lo habitual. Me llega el verano, porque el tráfico en Miraflores se vuelve insoportable, y camino al sur más aun.

No me gusta el verano, porque es la época del año en la que me año más susceptible a adquirir nuevos vicios, como me ocurrió con los cigarrillos, el porno, el weed y otras drogas más, que felizmente ya las dejé. Odio el verano, porque todos lo aman, y yo no tolero seguir con la corriente.




viernes, 6 de enero de 2012

¿Pasivo?

Aún recuerdo la primera vez que ingresé a un chat gay. Tenía un cierto éxtasis de curiosidad. Mi seudónimo consistía en un nombre falso, mi edad, y el distrito donde vivo. Ingresé, y, rápidamente,  varias ventanitas se abrieron en mi pantalla. Hice click en una y la conversación empezó:

X: Hola, qué talco! de dónde? (Sí, siempre preguntan eso, aunque lo escribas, porque puedes vivir en un lado bacán del distrito o no, o porque no te creen)
Yo: Al sur de _______.
X: Ok... me suena (Definitivamente, no fue la mejor impresión)
X: Oe, en verdad tienes __ añitos?! (Parece que no soy caso perdido)
Yo: Sí... (¡Y?)
X: Jejejeje (,o  sea: eres chico sin recorrido, lo cual 'es rico')
X: Tu opción?
Yo: ? (WTF?!)
X: Tu opción... (chibolo cojudo) pasivo, activo, moderno?
Yo: ?!

Por suerte, aquel sujeto tuvo la paciencia de explicarme qué era ser pasivo, activo y moderno/versatil. Le dije, como era natural, que era pasivo. Él se sobre-éxito. Yo no entendía. Quería conocer a otro gay para no sentirme una paria social, y para comprenderme un poco mejor. Estaba en el colegio por ese entonces. No tenía un amigo con la confianza requerida para hablar de estas cosas. Había tenido la oportunidad de tirar con un hombre, pero no sabía qué era ser gay, menos pasivo (solo en la práctica).

Con el tiempo, fui conociendo más gays; aprendí que hay pasivos caletas, pasivos que son medio loquitas, y que NO es lo mismo. Ser pasivo me brindaba ciertos pros y contras. No supe manejarlos bien, creo yo, porque me jodí muchas veces, pero agradezco tales cagadas, porque de ellas aprendí. En los pocos años que tengo en el 'ambiente', (estamos hablando desde verano de 2009) me he dado cuenta que muchos chicos que son pasivos se autofrenan en cierta manera para no sentirse menos hombres. Es decir, niegan su condición siéndolo.

No dudo que quizá ser activo sea socialemnte mejor visto. Es decir, por último aquellos hombres "se pueden haber equivocado de hueco", pero, ¿un pasivo! ¿Acaso va a jugar con un clítoris súperpronunciado para "heterosexualizarce"?  Nada que ver. Me parece tonto pensar que un chico que es pasivo pretenda masculinizarce a través de la negación  de un estúpido rol. Por último, no hay nada malo en serlo. Negarlo no hace a uno más hombre, es simple.

Es solo cuestión de sentirse cómodo con el cuerpo que uno tiene, y lo que espera del otro en la cama. Una vez que uno aprende a convivir con lo que tiene, y a adaptarse al ambiente que lo rodea, según el lugar en el que está, es que las cosas surgen mejor. No existen parámetros para ser un mejor o peor pasivo, o activo, o lo que seas. Solo hay buenos y malos tipos. Ser más rudo, amanerado, agresivo, histérico, sensible, son cualidades humanas, no de una particularidad.


martes, 3 de enero de 2012

Atrás de la sonrisa

Qué complicado es poder mirar adentro de las personas. Hace unos días no paraba de reír mientras estaba con unos amigos, y; sin embargo, había algo más dentro de ellos que no podía visualizar, pero sabía estaba allí: Su  verdadero rostro. ¿Será porque los trato menos que no puedo apreciar bien lo que arrastran, o es que he perdido interés por ellos? Siempre me hago interrogantes para tratar de buscar una respuesta dentro de mí y lo que me rodea. Algunas veces, es abrumador.

Me imaginé qué haría si tuviera delante de mí a Unnamed 1 en una situación en la cual no me encuentro bien. De seguro, sonreiría, pondría mi mejor postura, y movería el brazo ágilmente para saludarlo. ¿Él se daría cuenta de lo que oculto? Y, si lo hace, ¿ me respondería con una linda sonrisa o me daría un pequeño abrazo?, ¿qué haría? Intenté responderme, y caí en cuenta es estúpido estar en ese plan. Entonces, lo mejor quizá sea simplemente estar en silencio, y sonreír, porque sí me gusta su presencia, pero no tengo muchas ganas de hablar. 

"Así que haces de tu cara una máscara.
Una máscara que esconde tu cara.
Una cara que esconde el dolor.
Un dolor que come tu corazón.
El corazón que nadie conoce."

'Bang, bang, you're dead'

Y así, vino este fragmento de la obra a mi cabeza, como un flash. ¿Es que mi inconsciente me está brindando una respuesta, o qué? ¿Acaso solo podemos mostrar con naturalidad la tristeza? No lo creo, eso sería funesto. Además, no sabríamos distinguir entre quienes se dice son hipócritas, y quienes no. 

Pero, ¿no estaría yo mintiendo sobre mis propios sentimientos frente a Unamed 1 al mostrarme así?, ¿no caería en ser algo que me parece malo?, ¿qué me diría Kant? Seguramente, que estoy obrando según mi buena voluntad, y que a pesar de que no pueda actuar de manera buena, aún guardo algo de moral.  Entonces, me siento bien. Además, no es que yo pretenda engañarle, sino demostrarle que a pesar de los mil y un rollos emocionales que pueda tener, aún voy a seguir predispuesto a regalarle cuantas sonrisas desee hacerlo.