viernes, 23 de abril de 2010

Hoy quiero ser

Hoy quiero ser acólito, casi virgen, casi casto, buen estudiante, alcohólico, fumador, renegón, optimista, sexy, depresivo, inglés, orgulloso, judío, light, gimnasta, acto, griego, cantante, compositor, dictador, alejandro, patricio, estrella porno, noble, burgués, profesor, petulante, dictador, brujo y escritor.

viernes, 16 de abril de 2010

Mi princesa de fuego

Tus gritos rompen mis oídos mientras forcejeas con los paramédicos para no entrar. Te he engañado. Todo no ha sido más que una trampa para que cuando llegues ahí, te encierren. Tú luchas con tus fuerzas, lanzas tu ira al viento como quien quiere hacer oír su queja hasta el infinito. Te liberas de sus brazos. Ahora corres, tu poco cabello danza sobre tu cara agitada, pero te caes y te vuelven a atrapar. Ellos no lo quieren hacer, pero no les das otra alternativa.

Me insultas, dices que me odias, que detestas al mundo. No te puedo ayudar, pues sé que me agredirás. Ya intenté medir tu fuerza, pero no puedo luchar contra esta. Uno de ellos va a llamar al enfermero. El que entró sale con cara de satisfacción y vuelve a sostenerte. Ahora él ha salido de la puerta de emergencia y se dirige hacia la acera del frente donde te encuentras. Empiezas a llorar. Veo que te retuerces, ya que sabes que no hay marcha atrás. Él se sigue acercando e intentas safarte, mas no puedes hacerlo. Él se agacha, te dice que no te dolerá, y te inyecta lo que será tu pasaporte a aquel lugar de cual siempre intentaste huir.

Ahora te sueltan, te levantas y corres hacia mi. Sin embargo, no tienes estabilidad. Te tocas la cabeza, algo no está bien. Caes de rodilla, voy hacia ti. De pronto, terminas cayéndote entera y frágil al suelo. No sé qué hacer, te ves tan débil así. Los otros, como les dices, vienen para ponerte en la camilla. Ellos te cargan suavemente ,y te hacen entrar cual Dafne dormida a tu cárcel. Yo te veo ir, y junto a ti se van tus abrazos, tus besos, tus golpes y aquella mesa rota.

Trato de entender qué sentirás cuando despiertes. Sabes que yo he pasado similar, aunque no he llegado hasta el punto que tú llegaste. ¿Me odiarás?, ¿me volverás a hablar?, ¿me querrás recordar, siquiera? No lo sé. Tampoco sé cuando te volveré a ver. Sólo espero que cuando vuelva, te encuentres mejor. Yo te estaré esperando con tus tallarines al lo Alfredo que tanto te gustan y tu vino tinto, porque detestas cuando no acompañas las pastas con algo. Te espero, también, con tu libro a media leer, tus lentes de sol y esa sonrisa que, según tú, tan bien me asienta cuando es sincera.

martes, 13 de abril de 2010

Desiciones...

Hoy camino a la universidad me preguntaba cuántas desiciones tiene que tomar un típico estudiante de mi edad a lo largo del día. Creo que muchas. Decidimos desde antes de levantarnos de la cama, ¿duermo 5 minutitos más o me levanto ahora?, hasta cuando nos vamos a acostar, ¿(duermo) con sábana o sin sábana? Toda nuestra vida está llena de estas, algunas más importantes que otras según los intereses personales. Así mismo, son influenciadas por nuestro entorno.

Me cuestiono hasta qué punto es sano dejarse influenciar por este. Yo conozco varios chicos que toman desiciones guiados de manera exclusiva por su círculo social, de tal forma que si este entra en desorden, ellos también colapsan. Por otro lado, sé de chicos que lo hacen según sus propios intereses de la manera "correcta" y que, si bien no son bien vistos socialmente hablando, tienen éxito en su vida. Y, digo "correcta", porque quizá no es la mejor, pero sí la más adecuada para satisfacer sus intereses de desarrollo personal.

Creo que las personas que llegan a la cima son aquellas que saben decidir. También considero que para saber hacerlo hay que ser una persona bastante segura de lo que se quiere alcanzar. No me gusta admitirlo, pero yo no soy un claro ejemplo de eso. Sé que puedo tomar desiciones rápidas y buenas para un determinado conjunto de situaciones, mas cuando tengo que enfrentar cosas nuevas, me quedo estático, mi mente se vuelve en blanco ,y pierdo. Lastimosamente, debo admitir que esta es la situación de otro buen grupo de gente que conozco.

La clave para solucionar esto es la confianza en uno mismo, pues es esta la que otorga de seguridad al que decide. Frases como, "¿qué sería si..?", "ojalá yo pudiera...", "quisiera hacerlo, pero..." no son más que la muestra clara de inseguridad en un individuo que es incapaz de tomar elecciones por propio albedrío. Uno tiene que seguir tras sus sueños y objetivos sea de la manera que sea, pero siempre por la vía justa, respetando al individuo. Ahora bien, no hay que entender respeto como complacencia.

Para poner como ejemplo de lo anterior, muchos adolescentes consideran que no ser complaciente con sus padres es una falta de respeto, porque sus elecciones les pueden hacer sentir "mal". Esto es falso. El tomar una elección que no sea del gusto de alguien es perfectamente normal. No siempre vamos a encontrar personas que estén de acuerdo con nuestras desiciones. Por esta razón, uno debe aprender a ser, además, asertivo.

La asertividad es la clave de una buena comunicación . Y, esta es la que te conduce para lograr las grandes metas. Solo si sabemos elegir bien, lograremos lo que nos proponemos.

sábado, 3 de abril de 2010

Carta a Yo


Estimado Yo:

Hola, ¿cómo estás? Espero que te encuentres bien, que sigas con aquella sonrisa tonta y coqueta que te caracteriza mientras hablas, que sigas dando vueltas cuando caminas por el gusto de hacerlo ,y que no te preocupes por mí. Te diré que todo aquí va mal como siempre. La plata sigue siendo mi mayor obstáculo y ni que hablar de los permisos. No sé cuando él será libre de nuevo. Su cuerpo se cansa sin cansar. Todo le aburre, tanto que hasta yo me canso de yacer reposado en él.

No quise presentarme por estos días, pero, ya ves, las cosas nunca pasan siempre como uno quisiera que sucedan. No sé si irme o no. Sabes que yo también necesito un cuerpo para subsistir. A decir verdad, todos necesitamos de uno. Tú eres más fuerte que yo y lo sabes. Esa es la razón por la cual no quiero que vengas. Además, él se olvidará de mí. Él manipulará su memoria para no hacerla capaz de recordarme y yo no permitiré eso tan fácil. Sé que no soy bueno, pero también que tengo seguir con vida. Te diría que no me odies, pero sé que no puedes hacerlo.
Cuando crea el tiempo necesario te permitiré entrar en él. Sólo te quedarás unos días y luego te irás. Yo sé que me harás caso, porque tu estúpido sentimiento de culpa y tu sentido de deber te obligaran a hacerlo. A veces creo eres más débil que yo, mas vuelve a mi memoria lo sucedido hace unos meses y no quiero que vengas. No sé cual será mi desición final.

Ya me tengo que ir. Como te dije, no me extrañes. Tarde o temprano siempre tenemos que vernos y usarlo.
Hasta pronto.

Yo