Ay, Santiago, Santiago. ¿Qué paso con nosotros?
¿Cómo estás?, ¿dónde estás? Llevo meses sin saber de ti. Parece que ya no vives allí. He pasado cada viernes religiosamemnte frente a tu puerta esperando ver tu ventana con la luz prendida, pero ya no brilla más. Se te extraña por acá. La tía Chachi me pregunta por ti. Ya sabes cuánto ama tus ñoquis. Mi nana también. Cree que fuiste el único chico que mereció mi cariño. Pobre mujer. Se reciste a creer que te perdimos hace mucho.
Pero es que esto no tiene nombre. Nos has dejado a todos peor que madgalenas, y mira tú que acá no hay ninguna virgen. Ay, Santiago. ¿Por qué te marchaste? ¿No fueron suficientes mis besos a hurtadillas, las cartas que te escribí, las veces que me acosté contigo, o las otras tantas que te dejé probar otros cuerpos? Ya no sé qué pensar. Me has hecho daño. Me has dejado plantado y más descepcionado de los hombres que otras veces. Y sabes que soy sensible. Sabes que soy propenso a los vicios, aunque nunca me atreva a probar de la yerba de tu cajita de metal. No. Esa es tuya, Santi. Yo respeto propiedad ajena.
¿Te acuerdas de los mellizos? Ya están grandes, igual que la higuera. Los deberías ver. ¡Ahora hasta se pelean por coger los higos más grandes! ¿Te acuerdas de la mermelada de la tía Paula? Jamás has probado tal placer en tu paladar, o eso me decías tú. Acá tenías todo. Un grupo de mujeres que te amaban, unos niños que te veían como hermano, la mejor mermelada del mundo, los habanos del tío Andrés, y a mí, Santi, para que hagas lo que se te antoje, pero nunca fui suficiente para ti.
Siempre quisiste más. Yo nunca supe qué fue más para ti. ¿Más amor, más sexo, más hacer el amor sin sexo? ¿Qué era para ti más? Necesito saberlo. Pero es que no sabes como estoy. Llevo 87 noches llorándote y aún no me logro curar de tu partida. Chachi me ha dicho que me relaje, que busque nuevos tipos. Claro, como ella ya está preñada con el hijo es fácil. Si yo también me manejase un par de ovarios, tal vez tendría un pequeño Santiaguito creciendo dentro de mí. Pero no. Me dejaste tu aliento y no tu boca, tu esencia y no tu ser, tu recuerdo que provoca.
Es que tú tienes que regresar. No es justo que te vayas sin dejar rastro. Yo nunca quise hacerlo, pero tú me obligaste. Mi cuerpo lo pedía, ¿sabes? Noche tras noche buscaba en tu sexo la respuesta, pero no la hallaba. Me estaba volviendo loca o loco. Ya no lo sé. Con tanta mujer acá, se te pega la mariconada. Pero eso no es lo que importa. Lo que realmente quiero que sepas es que tú fuiste el causante de todo esto, de mi histeria, de mi pasión, de mi locura, de mis lágrimas, de mi amor.
Ay, Santiago, nunca quise destruirte. Solo quería más atención para mí, porque tú sabes que soy sensible. Requiero cariño, afecto, mimos. Me estabas dejando de la lado, y no lo podía permitir. Por eso, lo desaparecí. No aguantaba verte trasnochado tras el. Por eso, te molestaste. Me dijiste cosas muy feas. No las diré porque simplemente trato de recordarlas, pero te lo repito: Me dijiste cosas bien feas, que hirieron mi alma. Luego, al día siguiente, ya no estabas. Lamentablemente, te habías olvidado de ti.
Nos dejaste tu sombra paseando por la casa. No es que no nos guste hablar con ella, pero nunca se queda quieta como tú. Todos te extrañamos. Sin embargo, yo más, porque necesito de ti. Tu cuerpo es mi caliz, Santi. Requiero de él para estar en paz con el Señor y con mis hermanos. Ven pronto, por favor. Eso sí, que sea un martes, porque si vienes jueves no encuentras mermelada. Te quiero mucho. Prometo no quemar tus notas si vuelves. Piensa que a las chicas también les gusta fantasear con un hombre de vez en cuando.
Te desea y te quiere
Maxtian
Hermoso!
ResponderEliminarWow!...Te juro que esta carta me ha hecho acordar de cosas taan bonitas que ahora son dolorosas. Amé esta entrada... :D!...Sigue así...Y si es real esto, ojalá Santi vuelva :(...Se lo que se siente estar así.
ResponderEliminarPD: EXTRAÑO TUS PUTEADAS WEBON...JAJAJAJA!
Santiago te dejó el corazón roto. Sé que un corazón roto puede durar eternamente, pero también se puede curar... Aunque estoy convencido que para curarse lo primero es quererlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lindo post. Cierto o no, ojalá vuelva Santi,
ResponderEliminarSaludos!
Este es el mejor post que has escrito, de lejos. esta genial
ResponderEliminarSimplemente fantástico... me gustan esas cartas de amor que se enviaban los novios en tiempos antiguos, tan cursis, tan románticas, tan pasionales.... me gusta la cotidianeidad con que lo relatas.
ResponderEliminarSaludos guapo!!