¿Esperanza o estúpido capricho?

Me pregunto muchas veces por qué a veces nos engañamos con cosas que sabemos nunca van a pasar como , por ejemplo, esa fijación en que el pata con el cual quieres estar va a seguir tu juego de seducción y van a vivir happily ever after cuando sabes que no es así. Escribo estas lineas y recuerdo lo que siempre me dice mi viejo, Las esperanzas son los último que se pierde, esto es cierto, o al menos para mí. El punto es, en realidad, hasta que punto esa esperanza deja de ser una y se transforma en un capricho irrealizable.

En un inicio, creo que cada uno de una u otra se ve motivado a seguir sus sueños porque siente éxito en lo que está haciendo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando este impulso deja de llegar? Es momento de decidir.

Por un lado, podemos dejarlo atrás y empezar algo nuevo, lo cual no estaría mal, pero es algo que yo no haría puesto que siempre me gusta intentar las cosas más de una vez para ver si sigo o no con lo que hago.

Por otro lado, podemos persistir con lo que empezamos. Ahora bien, si decidimos seguir este camino y vemos que por más esfuerzo que hacemos las cosas nos van saliendo mal, ¿por qué no simplemente buscamos otros medios?, ¿por qué nos empeñamos con cosas que sabemos no van a pasar? Porque nos cerramos en nosotros mismos y no vemos más allá que con nuestro corazón. Porque no admitimos que hay allá afuera un mundo aparte del que existe en nuestra cabeza.

Creo que uno, tarde o temprano, y con las experiencias que le van sucediendo, aprende a diferenciar las cosas irrealizables de aquellas que sí lo son. Eso sí, una cosa es tener caídas y aprender de estas; y, otra distinta, ser un completo huevón y olvidarte de estas.