Estaba muy nervioso y ansioso a la vez porque lo conocería. Me había puesto mi mejor pussy polo, mi pañalón azul y olía a pour homme de Ck. Eran las 2:17 p.m cuando mi ilusión se fue al tacho. Del otro lado de la pista, en la puerta de ripley un hombre no paraba de mirarme. Me dije: de seguro, está buscando a su amigo. Pasaron como cinco minutos cuando ese sujeto se me acerco, y me dijo, Hola, yo soy Hass, ¿tú eres maxxie, no? Sí, respondí tímidamente. Luego de hacerle un check out en 10 segundos, quería que me tragara la tierra.
¡Cómo chucha me puede estar pasando esto a mí?, gritaba, dentro de mí, claro está. Conforme caminábamos más detalles le veía que me dejaban de gustar. En primer lugar, no se podía hablar con él. Era más tímido que yo y se creía algo que no lo era en absoluto. Después, era más chato de lo que me dijo, creo que se quedó con la altura que le dijeron en el colegio. Además, no vestía lindo, parecía que había escogido trapos para vestirse en vez de ropa. Y, como si no tuviera suficiente con humillarme públicamente, tuvo la osadía de invitarme a su departamento. Lo siento brother, yo en esas cosas no atraco. Soy virgen.
Sé que no soy el único chico al que alguna vez le han pasado estas cosas, pero es que, en verdad, desconciertan. No estoy seguro de si lo que favoreció el encuentro con el chico fue "el poder" del chat o "la magia" del photoshop. Sólo puedo decir que desde ese entonces he tenido que aprender mañas y demás artilugios para saber si es verdad tantas bonitas palabras que uno lee por la red. Como leí una vez, cada ves los internautas debemos aprender más a saber encontrar lo bueno dentro de lo malo en internet.