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martes, 10 de marzo de 2015

Noche de Luna

Para variar, Emo nos hizo esperar. Estaba harto. Parecía una novia loca de celos. Amenacé con dejarlo cuando apareció. Estaba acompañado de un patin chato, pero buena onda. Nos preguntó si nos molestaba la idea de estar rodeados de mujeres de “la mala vida”. Por supuesto que no.

Fue así que nos guió a un antro repleto de putas en trajes apretados. Creo que nunca había estado rodeado de tantas. Mejor dicho, de putas que sabían lo que eran, porque a Tracadero sí he ido.

El lugar era encantadoramente sórdido. Todo avanzaba sin pisa, lo cual me impacientaba. Supongo que esperaba algo surreal ¿Alguien dijo Paris, Texas? Quería verla, pero estaba en Lima. Ni fregando pudo haber llegado hasta aquí. Quién sabe. Tenía que salir. ¿Qué! Sí, su amigo era una cabra simpática. Tenía un aire a Barbie.

Ash miraba todo con detenimiento. Parecía un antropólogo figurándose una tribu no contactada. Emo, por su parte, se dedicaba a tomar y a hablar sobre el clima con el chico que nos había invitado. Mientras tanto, yo intentaba no alterarme y acomodar mi cara de culo para no parecer tan antipático. Los vasos pasaron, algunas palabras fluyeron, y decidí que era suficiente. Era momento de ir al re-encuentro de prom.

Llegamos y faltaban varios Diegos. Sin embargo, había pasivas casi todas. Todas más cabras. Todas ebrias. Me encantan las reus, porque sacan lo peor de las personas. Un par de tragos y coreos fallidas después, Ash murió. Nunca lo había visto en la shit. Obvio, me hice el loco. Emo me dijo que se encargaría de él. Ragio. Yo bailaba solo.

Cuando la situación se puso muy darks, y Ash pasaba más tiempo en el baño que en la sala, pues sentía que la música haría explotar su cerebro (?), decidí que era suficiente. Nos despedimos, y salimos. Estúpidamente, tomamos la ruta más larga para llegar a la avenida. Como si fuera poco, Emo intentó hacerle frente a 3 tipos random que lo jodieron en plena calle  y que nos duplicaban en talla. Ni cojuda que fuese,  lo jalé hacia mí. Por suerte, no pasó a más. Suficiente con cargar un trapo y un borracho necio.


Llegamos al grifo. Ash no pudo resistir. Murió por segunda vez. Lo reanimamos con Gatorade, y los despedí. Antes de separarnos,  Ash miró al cielo y dijo, ¡Hay luna llena, huevón! ¡Qué hermosa es la luna conchasumadre! Todo cobró sentido.

domingo, 1 de marzo de 2015

Nada fue un error

Por supuesto que no quería ir. Me hice el estrecho, pero ellos insistían hacer algo, así que los acompañé. Nunca tan pussy.

Llegamos y todo era la misma mierda. Ni siquiera estaba ebrio. Para variar, mis amigos asumieron una onda healthy y tomaron 0 alcohol. Creo que soy una mala influencia... Como sea, todo marchaba igual de tela que siempre hasta que recibí un mensaje de Nando, que me advertía que estaba allí, cerca al estrado. 

Como estaba aburrido y habían cancelado mis planes de tirar sí, me arruinaron los previos, decidí ir a su encuentro. Recorrí el punto donde me indicó que estaba tres putas veces y sentí que había perdido la dignidad. Obvio, le escribí de vuelta para decirle que era un puto mentiroso y que no estaba donde decía. Le dejé claro que si quería verme, que vaya a mi encuentro.

Vino hacia mí. Estaba ebrio y bañado en sudor. Y no, el no se veía nada sexy así. Intentó robarme un beso cuando se lanzó a abrazarme, pero me bastó con girar la cara para que entendiera el mensaje por suerte. Me dijo que me veía bien. Le respondí que yo lo veía hecho un asco, pero que era gracioso verlo así. Empecé a cagarme de risa, y él se chupó. Nos despedimos, y volví.

Luego, todo transcurrió con normalidad. No pude perderme tanto como hubiese querido. Por una extraña razón, algo me decía: no, ¿para qué huevón? Fue muy raro. De todas formas, en un instante me perdí y atravesé los otros círculos del infierno guiando a Ash a través de aquel mar de pasivas y falsos caletas. La travesía no duró mucho, pues el resto se quería ir: la vejez.

Los despedí. No sé en qué momento, pero, para cuando abrí los ojos, tenía a Nando bailando frente a mí. No entendía nada. Solo bailaba. (Por cierto, ya no me da miedo bailar solo, aunque parezca loquito, pero qué chucha. Yo bailo solo.) Recuerdo que sonó Rosa Pastel. Nunca una canción fue tan precisa. En aquel instante de éxtasis, apareció él, mi pasado, 2008. Seguía igual, pero con "pancita" ya que nada es perfecto. ¿Habrá hecho un pacto con el diablo?

No lo podía creer. Lo tenía frente a mí. Por supuesto, él estaba más ebrio que Nando, y le valió verga jalarme de la cintura para apartarme a su lado para bailar juntos. Solo bailaba. Él no dejaba de tocarme supongo para calentarme los huevos pero nada pasaba. Esta vez tenía todo bajo control. De pronto, Ni Una Sola Palabra. Bendita Paulina. De más decir que la canté hasta quedarme afónico.

Mi boca dice nunca más. Lo intentó varias veces, pero luego se dio cuenta que no valía la pena. Le pedí que me acompañé a la puerta. Nos dijimos hasta pronto con un fuerte abrazo. Por suerte, no bajó la mano más, estaba con un jock. Sí, eso también le dije antes de separarnos. Salí de aquel antro cansado, pero con una sonrisa estúpida en el rostro. Misión cumplida.

Nada de esto fue un error.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Paulamor II (o las travesuras de Ash)

 
 
Jamás pensé que se largaría con otro hombre.
 
Sí, se fue con otro que le metió letra. Yo estaba indignado. Era la despedida de Paul y la maldita moscamuerta de Ash nos había dejado para irse a cachar con un sujeto random dejándonos a la deriva. O sea, ¿KHA! ¿Qué se ha creído el castañito este!
 
Encima tuvo el descaro de chapárselo en nuestra cara. El mayor susto no me lo llevé yo, que acababa de perder a un hijo, sino otro pata que conocía al tipo, pues erra su jefe jefe. Sí, ese sujeto sudoso (y trepador) era su jefe y ahora se agarraba a nuestro amigo, mio figlio. Un verdadero incordio. No podía con el descaro del hijo que crié. Era suficiente para mí, así que me fui a mi casa y dejé que ellos vayan al Legentrashy mientras pensaba dónde se habrá metido la sabandija esta.
 
Un par de días después, la indignación se había esfumado, y pude reencontrarme con mi hijo, quien pudo contarme su versión de los hechos.
 
Resulta que este chico, the boss, con un perfil particular, efectivamente se fue en floro con  mi hijo. Luego de seducirlo suciamente, y agarrar descaradamente (lo que hizo que me cuestione fuertemente a dónde chucha se habían ido sus putos valores cristianos), acompañó a su cache a botar, digo, acompañar a tomar un taxi a su amigo, que estaba sufriendo un colapso etílico sin contar la sobredosis de amor.
 
Lo dejaron, volvieron a donde estábamos y ya no nos vieron. Duh, si pensábamos que se habían ido a fornicar. Después, ocurrió la parte más WTF de la noche. Ash, un "alma caritativa, ex-escolar católico cristiano romano apostólico" vio a un borracho sexy y le preguntó a donde iba. Este le dijo dónde vivía y que iría caminando, pero mi amigo, tan noble cachera, le ofreció acompañarlo en el taxi. Así, pues, se metió con el tipo que lo floreo y un sujeto random camino a su casa.
 
Obvio que agarraron. No con el jefe, que siguió su camino en el taxi cuando los otros dos bajaron, sino con el pelucón sexy desconocido a quien recogió. Estaba acompañándolo a su casa cuando el tipo reaccionó y le dijo, Creí que siquiera me ibas a dar un beso, ¿No! 
 
¿Y porqué no me lo das tú!, replicó mi amigo. Entonces, el tipo se giro y se fue solo... pero, volteó, volvió hacia la moscamuerta, y ZAS, se fue en floro de nuevo... Luego, volvió a su casa como si nada hubiera pasado.
 
Todavía no me recupero de esto. Mejor voy por mis Flores de Bach.

domingo, 22 de febrero de 2015

Paulamor


¿En qué instante pasamos de ser jóvenes que combinaban coca con Apronax a tías que toman jugo de cocona para previar? No lo sé, pero el cuerpo se desgasta y ayer lo pude palpar. Parece que mis amigos han recibido una buena dickslapeada últimamente, pues cuidan un poco más lo que ingieren. Las mezclas de trago corto con drogas duras y los Mc Donald's post-juerga han quedado atrás.

Sin embargo, uno igual es capaz de divertirse. Por supuesto, se necesita un vaso en mano, sino la cagada. Es una cuestión mental. Tener la mano llena engaña tu cabeza (?) Como sea, ayer fue uno de esos días en lo que te das cuenta que las cosas están cambiando. 

No, no fue solo la cocona, los postres veggie, la ausencia de humos y la despedida de  un amigo, BabyPaul a.k.a Paloma, lo que me hizo dar cuenta de ello, sino todo. No fue un elemento, fueron todos (más lo acontecido días previos) los que dibujaron este panorama. Parece loco, pero siempre hay señales, mas no siempre las vemos (no siempre queremos ver). Ayer todas estuvieron presentes y abrí los ojos. 

De pronto, la realidad:  tres de mis amigos están afuera del país, algunos ya viven solos, otro postula este año a Harvard y yo acá, recortando periódicos para subsistir. La vida tiene giros muy inesperados. Como sea, mejor recibir lo que se avecina con lubricante que sin uno. Por suerte, ayer estaba más que preparado.




La pasamos bien. La reu fue linda (sí, linda). Hubo postrecitos de chocolate y  flores, y me encantan las flores, por lo que presuponía que no todo podía acabar mal. Sin embargo, camino al tono PolioyAmor el drama apareció. Entró camuflada a través de una conversación de WhatsApp en el iphone de Emo. Todo era de la puta madre, pero tenía que aparecer la muy perra.

Yo no le hice caso, para variar, pero me alteraba ver al necio de mi amigo Emo pendiente del teléfono como maniático, así que opté por ser alpinchista y disfrutar. No estoy para más dramas. Me basta con las colas del hospital y las muertes inesperadas de GoT. 

Más allá de aquel incidente amoroso tragicómico, todo avanzó bien. Incluso un amiguito nerdy se fue en floro con el jefe de otro al final de la noche. Yo acabe solo, mejor que mal acompañado ya sé qué es floro pero déjame creérmela. Sigo aprendiendo a salir sin tomar. Me va bien, pero me deja muy arrecho. ¿Tal vez las ganas se espantan cuando intento acercarme  a un ebrio? Punto a favor: amanezco sin resacas.

domingo, 15 de febrero de 2015

Lonely Hearts

Ayer salí de mi caverna al mundo exterior.  Decidí ir a Tracadero sin la intención de pasarla increíble, ya que las fiestas suelen ser el mismo playlist repetido una y otra vez; sin embargo, fueron las ganas jodidas de ver a mis amiguitos lo que terminó empujándome hacia aquel sórdido ambiente.

Llegué temprano, para variar, y todo seguía igual: la misma música, las cabras más chibolas en el centro avistando quién les peche, y los aliens, como yo, dando vueltas como pavazos a ver qué sale. 

Afortunadamente, no tuve que esperar mucho, pues me crucé con Kenny, un amigo que me salvó de salir corriendo del lugar. Permanecí a su lado un rato, hasta que recibí un mensaje de un chibolo con el que había estado hablando hace unos días. Dije que me iría al baño lo cual todos sabemos que siempre es una burda mentira y me fui a su encuentro. Estaba con sus amiguitos. Me los presentó, y empezó a hablarme...

Dijo muchas pichuladas. Yo solo sonreía con gusto y le animaba a bailar. Dentro de tantas cosas que decía, pude darme cuenta de dos,  1) los dramas siempre son los mismos, pero con diferentes caras y 2) siempre van existir los mismos personajes a través de las diferentes generaciones...

Me moría por ver a un amigo, pues la cabra había ido con alguien de mi facul, y no podía con la puta curiosidad de saber quién chucha era.  Mientras tanto, el pulpin se cansó de bailar, y luego de llamarme 'perra' y 'mal catequista' por unas cosillas que le conté, se puso en un plan pussy que me aburrió. Me zafé a buscar a mis queridos. 

Lo mejor fue, definitivamente, cruzarme con muchos amiguitos que no veía hace varios meses. Luego de promesas falsas de salir juntos, besos, abrazos, y un encuentro no planeado, encontré a la cabra que quería... Estaba chinazo. Me dijo que había extraviado su punto, que estaba locazo a falta de chela, y no sé qué más que me hizo reír a carcajadas. Nos despedimos y decidí que era momento de partir.

En la salida, vi a un grupito de newbies cuchichear algo sobre un tipo. Ay, cabras, pensé, nunca aprenden... Salí del antro con cola, pues pulpin me había seguido. Nos sentamos en el parque próximo al local y empezó su vómito verbal. Por suerte, estaba de buen humor, así que no me costó mucho pretender escucharlo.  En el taxi de regreso, con él mirando la calle mientras sujetaba mi mano, volví a ser un desubicado universitario de quinto ciclo. Claro, esta vez era 'el otro' sentado a la derecha. Solo quería un pete y dormir.


domingo, 4 de noviembre de 2012

No eres tú, soy yo

Aquella madrugada, en el taxi camino a casa, recordé a Ortega y Gasset: Yo soy yo mis circunstancias. Estaba bajoneado. Si las casualidades existen, se habían puesto de acuerdo para encontrarse en Círculo bar. Esa noche el chico que me gustaba y el que me quería dar vuelta pasaban delante de mí cual espectros y no sabía cómo reaccionar. Jugaban con mis nervios y mi ansiedad haciéndome fumar más de lo habitual, y me provocaban más de un ataque de neurosis.

Me perdía en mí, y solo atinaba a negar con la cabeza todo tipo de preguntas que me caían cual flechas. Me imaginé al pobre de San Sebastián. La diferencia entre él y yo es que no vivía un estado de éxtasis, sino uno de desesperación, y cada disparo no hacía más que aturdirme. ¿Acaso no te gusta? ¿Por qué no tomas? ¿Te encuentras bien? ¿Quieres Irte? ¿Qué te pasa? ¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te importa? Solo negaba todo. Jugaba a sentirme desorientado y ebrio para así no tener que preocuparme más por mí mismo y los demás. Lamentablemente, mi plan no duró mucho. Salí de allí con quien no quería, extrañado por lo que acababa de ocurrir.

Volví temprano. No me acosté bien. Me retorcía entre mis sábanas reflexionando sobre mi culpa de un pecado que no cometí. Era como Ligia, sí, una prostituta virgen. Solo deseaba entregar mi cuerpo al destino para así librarme de las tentaciones de la carne, que me quemaban y arrastraban a pensamientos tórridos que me confundían y me hacían llorar. Sin embargo, dormí bien.

Me desperté  con ganas de saber de él. Quería verlo. Todo era muy estúpido, y me parecía surreal. Saber de él, ¿acaso estaba ilusionado? No importaba, se lo hice saber. Esperé unos minutos, hasta que recibí una respuesta suya: "No eres tú, soy yo". Allí comenzó el problema

¿Y por qué tienes que ser tú? ¿Por qué no puede ser simplemente una mala circunstancia, y el sábado continuar? ¿Es que tus decisiones están supeditadas a situaciones concretas dentro del ritmo de la vida? ¿Es que me has reducido a un mal encuentro nocturno y a un antifaz que ocultaba la vergüenza en mis ojos? No creo que comprenda el porqué de su accionar alguna vez. No pretendo indagar más tampoco. Pero, me consta, ahora más que nunca, que si él hubiese querido también que las cosas fuesen distintas, lo habrían sido.

No se puede ser mártir por siempre.

lunes, 2 de abril de 2012

Sábado por la noche

Nos vimos luego de un tiempo. Lo extrañaba. Jugué con sus manos más de lo normal. Le vi descansar sin hacerlo. Sonreímos mucho sin razón. Él  me insistió en salir. Yo quería permanecer así; tomar una botella de ron; embriagarme para poner como pretexto mi debilidad y así dormir juntos. Echaba de menos sus sábanas; su manía de girarse a media noche; mis caricias tontas sobre su espalda. Pero, él buscaba más. Por eso, salimos sin esperanza para mí de volver.

Ingresé a la fiesta glorioso, feliz. Nunca antes tan feliz. Me sentía extraño, porque extrañaba ver mi cara deformada de una manera que resulte del agrado de mis invitados. Me divertía fumando, hablando tonterías, oyendo cosas absurdas. Él buscó lo que quiso, y se perdió. Yo me extravié, y el otro me encontró. Aquel tenía un acompañante. Ambos me sustrajeron mi ebriedad, luego mi fuerza. Empecé a sentirme a débil, moría por volver. Cuando me encontré de nuevo con él,  yo había desaparecido. El otro permaneció.

Mi cuerpo me bailaba, y empecé a marearme. Él me dejó, ellos también, pero el otro y su amigo siguieron a mi lado sin estar. Al cabo de unas canciones, el sueño me atacó. Me enfrentó. Lo había visto antes aquella noche, y si no lo he mencionado hasta ahora, es porque no he querido recordarlo, pero es mi deber hacerlo.El sueño se mezcló con la ebriedad absorbida por el otro y desfallecí. La luz se hizo intensa.

Las luces me enjaularon, la esfera venía amenazante con derrumbarme. La miraba cansado y con miedo. Cuando esta se aproxima, no puede ser un buen indicio. Escapé con ayuda del acompañante, de la bola de luz, y la luna me aplastó al darle su encuentro.Llegué sin ver. Dormí con frío.



lunes, 26 de marzo de 2012

Damito de compañía


El martes pasado salí con un chico que escribe comics. Resultó más interesante de lo que creí, y no sé si fue el vino o el whiskie, que estuve más suelto de lo que esperaba. Nos encontramos en barranco y entramos a una galería, relativamente conocida, pues ese día se inauguraba una muestra de arte. La fachada de la casa era de principios de siglo bien conservada, pero por dentro otra cosa. Me encantaba el lugar con sus paredes blancas.

Estaba en lo que parecía un encuentro de gente elegante que ya se conocía bien entre sí. Había varias mujeres con vestidos y collares largos, bien peinadas. Muchas usaban perlas grandes.También había chicos guapos, artistoides, damas de compañía, esposos, coleccionistas, hippies, fotógrafos, diseñadores, de todo.

Lo particular no era esa diferencia de personajes, sino su coexistencia. Mientras caminaba con el chico derramando saludos, no dejaba de pensar en cómo algunos de esos artistas que tanto critican la classe bougeoise de lima viven a merced del dinero de estos, pues son ellos quienes muchas veces compran su arte. Caminaba por la sala más grande donde se exhibían las pinturas deconstruidas y había tantas cosas absurdas e incomprensibles. Por momentos me paraba frente a una y comentaba con aires de reflexión sobre lo que quizá quería decir, una lectura de lo más simple, pero interesante. Él me oía y yo tomaba un sorbo de mi whiskie mientras daba mi punto de vista sobre la discriminación racial vivida en el perú colonial expuesta en las obras.

Me sentía tan sumergido en algo irreal, necesitaba fumar. El historietista me acompañó, me dio un cigarro. Al rato, vino su amigo de la infancia con su respectiva dama de compañía. Ellos empezaron a hablar sobre  muestras pasadas, yo solo sonreía. Era exactamente la flaca arreglada que estaba frente a  mí, con una dulce sonrisa, una copa de vino en la mano y un cigarro en la otra, pero con pene. Claro, participaba de rato en rato, ya que su amigo no dudó en presentármelo como un alcohólico. Estuvimos así un rato, hasta que nos dijo que iría a otra galería, que si íbamos nos tenía guardado vodka. Me dije a mí mismo, qué excelente compañía para contemplar arte.

Nos despedimos y subimos al segundo piso. Me quedé fascinado contemplando las esculturas dulces de Bambi muerto. La más hermosa era una celeste en la que el siervo yacía muerto con la sangre negra que se desparramaba a causa de un diamante inmenso incrustado en su pecho. Esplendida. Después de una copita de pisco, marchamos. Pásamos rápidamente por otra que no estaba en el plan, y caímos en lo que sería nuestro destino final. Un pasaje grande lleno de papeles para colorear me dio la bienvenida. "Cream pie" fue mi obra maestra aquella noche.

Hablamos buen rato en lo que No era una cafetería cuando sentí que mi mano empezó a sudar. Suficiente. Siempre el control y la decencia sobre todo. La cara de la Sra. de Larco se me apareció entre crayolas y me dijo que me comportase. Así lo hice. Permanecimos allí hasta que muy amablemente nos invitaron a retirarnos.  Su amigo había cumplido con su promesa y quería seguirla, pero el hombre del comic tenía otros planes. Yo también.

Le dije que tenía hambre, me invitó algo de comer, y él pidió un pisco sour. En verdad, le gustaba tomar pisco. Me acompañó a tomar mi taxi, se despidió y me fui. De pronto, esa película vino a mi mente. Empecé reírme solo. Mi mente no deja de sorprenderme.

lunes, 23 de enero de 2012

Noche de verano

Ayer tuve que esperar un buen tiempo, hasta que llegasen. Creo que el karma me empieza a cobrar factura por las veces que yo hice aguardar a mis amigos. Está bien, debo aprender. Sin embargo, mi parada fue muy especial. Me reencontré con Jojo por casualidad en la calle, y uso justamente ese verbo "reecontrar", porque pudimos establecer contacto. Fue genial verlo ayer, a pesar de que él andaba un poco estresado porque Javicho se demoraba en llegar.

Estábamos sentados, hablando, y me di cuenta de que en verdad lo extraño. Es mi Effy, mi amigo petoto; el hipster, artie, indie, que me acompaña. Nos pusimos al día con nosotros mismos, y luego vinieron los demás chicos. Me fui con un grupo a lola, y él con otro a luz verde. Nos debemos otro update.

Entré y era la misma mierda de siempre. Parece que Fiestas no tiene nada de creatividad para hacer algo diferente aun teniendo consejos y puteadas de otros, pero, bueno... Me encontré allí con Fer y Rafa. Empezamos la lora, y estuve con ellos tomando cerveza, hasta que un amigo me jaló para volver con mi grupo inicial. Luego de un rato, salí a fumar. En la puerta, vi al mismo sujeto que me tiraba con la mirada en el vale el año pasado; al mejor amigo de un ex-gyl, y a algunos pokemones nuevos.  

Volví a ingresar, el lugar comenzó a llenarse, hasta que abrieron el segundo piso, y un buen grupo se pasó a arriba. Entre ellos, mis amigos y yo.Yo no sé bailar latin, y ellos empezaron a joderme, mientras intentaban enseñarme a "moverme". Si alguna vez han visto a un gringo bailar salsa por primera vez, pueden tener una idea del fiasco que soy para bailar bachata, cumbia y toda esa nota... Sufría yo con mis pesadísmos pasos de baile, hasta que me acordé de Fer. Odio que siempre me pase esta cojudez.

Bajé a buscarlo, pero no lo encontré. Se había ido. Quería despedirme, pero no pude. Lo cortés no quita lo valiente, o eso intenté aplicarlo. Subí a seguir con mi tortura otra vez. No recuerdo bien por qué bajamos, pero lo hicimos. Estaba harto de bailar latin, y jalé a un amigo a la pista de electrónica cuando lo vi . ÉL bailaba guiado por los movimientos senxuales de su chico mientras las luces jugaban con las sombras de sus cuerpos. ÉL la estaba pasando increíble; yo intentaba ubicarme en la situación cuando caí en cuanta que sonaba Stronger. 

Pensé: This shit is real life. Me reí. Canté vivamente toda la canción hasta que termino. ÉL se llevó al muchacho a otro lado, y yo bailé un par más. It's my life no pudo ser más precisa en ese momento. Luego, me reuní con los míos. Estuvimos tomando un trago y riendo hasta el final. Embarqué a mis amigos, y tomé un taxi de regreso a casa. Felizmente, el conductor no era un tipo arrecho.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Matadero



Para variar, llegué tarde. De aquí a un tiempo parece que mi cuerpo se hubiera amoldado a la enfermedad de la impuntualidad.  Decidí, ya que no encontré a nadie, ir a comprar puchos a Metro. La cola era inmensa: típico de Miraflores en la noche. Esperé un rato, compré y me fui directo a barranco. No sabía si los vería  allí, pero no perdía nada yendo.

Me encontré con Loreto, Rodrogo, Laceado, Jojo y Almendra, nuestra happy amiga. Todo estaba tranquilo, hasta que la gente empezó a venir. De pronto, apareció la perra acompañada de punto #1. Nos saludamos con abrazo y besito, como íntimos que somos, y pronto volvimos a lanzarnos flores. De rato en rato aparecía con una nueva noticia. Había visto por ahí a su ex acompañado de sus amigos. Me hizo saber que allí estaba 6942386 veces, pero poco le importó para satisfacer sus necesidades caninas.

Laceado no solo estaba un poco aburrido, porque no pasaban Britney, sino también liciado. El costurero no paraba de hablarme, pero como mi atención es disipada no podía prestarle atención todo el rato, lo cual hizo que dejara de hablarme y se vaya con Jojo. Rodrogo, por su lado, gorreaba cerveza a más no poder. Yo me movía por todo el local viendo algo interesante o un suceso importante, pero todo parecía normal. Jojo desaparecía y venía cada vez más ebrio. Algunas veces me sonreía y me quería decir algo, pero se quedaba mudo y se iba.

Me llegó al pincho todo, y compré una cerveza. Empecé  tomarla, hasta que entró la ex-gordita escolar e inmediatamente desaparecí con Rodrogo. Sorry, pero hay figuras que mis ojos no toleran, y mi risa tampoco. Estábamos rajando cuando vi al pobre diablo enamorado de pie en una esquina con la chica de cerquillos de colores. Él me miraba con cara de mosca muerta, porque quería acercárcele a Rodro, pero no hacía nada. Ay, chico, tiene que ser más lanza. Después de que nuestras lenguas se gasten, volvimos con el grupo.

El punto #1 ya se había ido, y era turno del #2 . Estaba de morado, obvio, como un flete. No nos dirigió la palabra , por suerte. Jojo estaba ebrio, y emocionado. El chico que le había echo ojitos hace rato estaba solo en una esquina. Ni lento, ni perezoso se lanzó a la aventura. Admito que las siguientes imágenes que tengo registradas en mi cerebro son muy fuertes como para describirlas, por lo que pondré solo palabras para que se hagan ideas: Agarre, Abrazos, Hombros, Suciedad, Arrastre, Baño, Sofá, Caos. Un verdadero matadero, ¿o debería decir 'Social Suicide'?.

La perra acabó mezclándose con el otro pasivo formando un panetón de pura pasa. Yo no podía creerlo. Loreto y Laceado se habían ido luego del roche, y Rodrogo seguía tonenado con Almendra 'en memoria del caído'. No podía más. Mis ojos estaban cansados, y luego de todo lo que vi y oí decidí que era más que suficiente por una noche. Así que me despedí, tomé un taxi y me fui directo a casa. Fue una noche divertida. En el camino, agradecí que no me tocase un taxista arrecho. Milagro de navidad, dicen.

martes, 20 de septiembre de 2011

Noche Tinta

Mi tía estaba estresada. Todavía no pasábamos a mesa, y mi primo no tardó en explotar contra el mundo pasados 10 minutos de espera, pero eso no me preocupaba, sino qué iba a hacer el resto de la noche. Eran las nueve y treinta, había estado en el cumple de sobrinito hace no mucho, y no tenía planes. Había alertado a Asexual toda la tarde, pero no me contestaba. No existía la posibilidad de que pase un sábado tranquilo, y Jojo tampoco daba señales de vida. Entonces, llamé a Jork.

Me dijo que estaba en Luz verde con unas amigas, un poco picado, mientras que los demás en casa de Braulio. Como nadie nos atendió, entre todos acordamos ir al departamento de mi hermana, y me tomé un par de copas de vinos. Al cabo de un rato, ya estaba feliz, por lo que me despedí y me fui derechito a Miraflores. Llegué rápido, para mi sorpresa, pero más me asombró ver al ponja regio de brichero y a Braulio en bividí.  Sí, en bividí (¿ya dije que tengo los ojos sensibles?). También estaban Rodrogo, Jojo, Weird, Fil y She.

Como eramos muchos en en el cuarto, salimos a la sala. Sin embargo, faltaba trago, pues el poco que tenían se acabó rápido, y decidieron irse a comprar. Antes de que Braulio saliese a comprar con el gringo y el ponja, este me pidió mi lindo encendedor con una amable sonrisa y de la manera más cortés posible; no obstante, el pendejo nunca más se apareció con su amiguitow.  Braulio vino solo con tres botellas de vino, una cajetilla de lucky y un sixpack de cervezas para continuar la noche.

She destapó las botellas de vino al toque, y me sentí, ligeramente, un poco más inútil de lo normal. No hablábamos mucho, pero eso no podía seguir así. Entonces, me lancé al abismo sin saber si me miraría con cara de mierda o no y le empecé a hablar. Conforme fue avanzando la conversación, me di cuenta de que era una chica con muy buenas vibras y que nuestros temas se hacían cada vez más y más teóricos, cosa que habíamos estado criticando en un principio. 

Luego de un rato de raje sobre el esnobismo cultural, que ambos consideramos sí existe, se nos unió Braulio, y empezó la discusión sobre los robots y los humanos. Qué terco puede ser ese hombre, por dios. En fin, lo bueno es que mantuvo viva la plática por varios minutos, con ligeras intervenciones de Fil o Rodrogo preguntándome "¿Cómo haces para sobrevivir en la de lima?", o "¿Te gusta en serio tu universidad?" A lo que respondí que no tenía ningún problema, y que sí me siento cómodo estudiando allí.

Cuando se habían agotado los vinos, y Jojo estaba no tan bien, decidí que era tiempo de irnos, pero She tenía que ir a buscar a su hermana. Acordamos esperarla el rato que eso la tomase, y así lo hicimos, mientras Fil y Braulio acompañaban a Jojo al baño. Después de unos 15 minutos, llegó She, y el resto del grupo quería tomar, pero yasabenquién tenía que irse a su casa, y no podía dejarlo solo. Me despedí de todos junto con él, y partimos a casa. Mientras íbamos en el taxi hacia su casa, mi amiguito estuvo reposado en mis piernas y pensaba: De vuelta a las huevadas... Ja.

martes, 2 de agosto de 2011

¿QUÉ!

Ayer volví a caminar con Churro. Él es muy tierno, muy lindo, como cualquier chico al que le interesa llegar a conocer bien a la otra persona, pero se controla en ciertas cosas. A mí me gusta ser inquieto, especialmente con mis manos. A veces le toco el vientre desprevenido. Él reacciona rápido, y me dice que no le tiente, que quiere esperar, que no la quiere cagar. Entonces, yo me empiezo a reír como estúpido, y le digo RAWR! Sí, le digo rawr, y me siento tontamente cursi, y me río pensando en qué dirían mis amigos si me viesen en la posición que me encuentro ahora.

Pero, ya me desvié del tema hablando de lo lindo que es el chico. Decía que ayer andaba con él cuando mencioné algo medio morboso, y me espetó un ¿QUÉ! Yo le dije que sí sabía lo que había oído. Me respondió que sí, y que si a veces uno pregunta qué es lo que dijo aquella persona es para esperar, por lo general, una respuesta negativa, como es obvio, según él. La verdad es que a mí no me pareció tan obvio, pero como estaba embobado mirándolo le presté poca atención a lo dicho hasta que me dio hambre, y fuimos a Plaza vea, pero no había nada para comer. Entonces, marchamos a Tottus.

-Mira, ¡yogur de maracuyá!, le dije emocionado.
-¿Dónde!
-Ah, no, es granadilla... Es que las pepitas...
-Bueno, ¿lo vas a llevar o no?, me preguntó impaciente.
-Un ratito más.
-Ya hemos visto todo Tottus. ¡Solo tienes que escoger un yogur!
-¡Ok, ya! (No me apures.) Me encanta el maracuyá.
-Lo sé.
-Pero no hay.
-Así es.
-Uhmm, ¡y si llevamos la chica para probar?
-¿No quieres el grande?
-Sí, claro, pero...
-Ah, uhm, entonces te va a gustar.
-¿Qué! (¿Es en serio!)
-No, nada.
-¿Qué dijiste!
-¡Lo llevas o no?

Me pudo haber dicho que sí. Pero no lo hizo, sino hasta dentro de un ratito y forcejeando un poco la situación. Me acordé, pues, de lo que habíamos hablado hace un momento. No es que me haya parecido mala su respuesta, ni la mejor. Quizá si me hubiese sido dicho que sí, me habría reído, y le hubiera guiñado el ojo, o algo por el estilo, mas no lo hizo. En la cola, mientras esperábamos a que el cajero se digne a atender más rápido, volví en mí, pisé tierra, vi al chico de rulos bonitos, le sonreí, me sonrió, y pensé: No Max, no todos los hombres son iguales, y que bien que así sea, en verdad.


sábado, 26 de febrero de 2011

La salida

Caminas rápido hacia la puerta del centro comercial. Estás ansioso. Es la primera vez que saldrás con él. Crees que es un poco marica, pero qué más da. Luego, recuerdas a tus amigos. Si te ven con él tendrían con qué joderte, pero tampoco te importa. Crees que, con suerte, quizá acaben en tu cuarto. Te lo imaginas desnudo descansando en tu cama: la idea es exitante. Su cuerpo es delgado, sus ojos de color almendra, su piel transparente y su cabello castaño. Todo su cuerpo es hermosamente proporcionado. Sin embargo, lo que más te gusta son sus ojos. Más de una vez te has perdido en ellos cuando te has cruzado con él en la universidad. Cuando menos te das cuenta, estás de pie al costado de la farmacia. Se aproxima cautelosamente hacia ti.

Te recibe con una sonrisa tímida en el rostro mientras extiende su mano débilmente para estrechar la tuya. Viste converse, un pantalón gris y su chompa negra de toda la vida. Pareciera no que tuviese más ropa. Se quedan inmóviles unos segundos. Una vez cerca lo vez más niño. Percibes una ternura especial, a pesar de lo coqueto que es. Es una buena mezcla. Te encanta que sea así. El chico tiembla un poco y aun así persiste en tener sus ojazos clavados en ti, a la espera que le digas algo. De pronto, sueltas un "hola", y la sonrisa se desvanece de su rostro. Ha dejado de contemplarte. Te dice que quiere caminar, y dices que está bien.

Esquiva tu ser, pero quieres más. Persistes. Le cuentas cómo es un día en la vida de Víctor. Pero poco le interesa. Prende un cigarro y lo fuma a la par que camina a paso ligero y con la mirada perdida. Sientes que ya no está contigo. Te desesperas. No sabes qué hacer. Si pudieras, le sostendrías por la fuerza y le dirías qué pasa, pero no puedes. Hay algo en ti que te impide hacerlo. No, no es la vergüenza. Es él. En verdad, anhelas conocerle más a fondo, pero, ¿cómo hacerlo si aquel no se deja? Sudan tus manos, y tontamente te secas en los bolsillos del pantalón.

Su silencio te mata, ¡y a él no le importa, y lo sabes! ¿Por qué es así! La situación te resulta incontrolable. Eso te jode. Te molesta no saber qué hacer. Deseas golpearle, hacerle gemir de dolor para que después se vuelva hacia ti pidiéndote perdón. Solo lo harías por el placer de oír sus gritos que, aunque desdichados, son tuyos, y de nadie más. Sientes que lo odias y amas, pero sus ojos te hacen olvidar todo. Estiras tu mano un poco para acariciar la suya, pero pronto suena un celular. Él se retira hacia un lado sin más, parece que está discutiendo con alguien. Qué descortés de mierda.

Después de dejarte plantado unos minutos, regresa. Ahora sí se muestra dispuesto a halar, aunque sabes que eso no es un buen presagio.
-Tengo que irme.
Quieres darle un buen golpe para que se le quite lo cojudo, mas te aguantas.
-¿Por qué?, ¿no se supone que hoy estabas libre?
-Sí, pero mi vieja me llamo- responde él de manera tajante. Ha ocurrido un problema y tengo que irme ya.
Blanco. Tu mente se ha vaciado. Dudas si confiar en sus palabras o no, pero el temor de espantarlo te retuerce. Siempre ganas. Perder no es algo común para ti. Tienes que hablar ya, o quedarte callado siempre. Espera tu respuesta. Comienzas a pensar qué pasaría si hubiesen salido otro día, qué hubieses ocurrido si hubieras sido tú el que habría recibido tal llamada, y otras cosas más.
-Si tienes que irte, ve.
-Ok, un gusto- dice frívolamente.
-Adiós, ojalá nos veamos pronto. Y se marcha.
Vuelves en tu sitio. Tratas de entender lo que acaba de ocurrir. No está loco para actuar así. ¿Qué carajo hiciste? No comprendes su actitud. Sientes cólera, pesar. Solo te queda esperar. Si es que al final vale pena hacerlo, no lo sabes. Quieres creer que sí. Yaces de pie quieto. Él se aleja a paso rápido y con la frente en alto. Mientras avanza, dice para sí:
-Piurano de mierda...

martes, 1 de febrero de 2011

La pasiva malinterpretada

Hacía mucho que Carlos no salía. Estaba emocionado. Esa noche se vería con sus novios y algunos amigos después de mucho tiempo. Tomó una ducha, cogió su mejor pussypolo, unos shorts, sandalias, y se fue a W sintiéndose el chico más sexy del mundo. En el carro, se miraba de tanto en tanto las piernas. Por momentos, creía que se le veía muy perra, pero no importaba. A veces menos es mejor.


Entró con la cabeza alzada, y una mirada más seria de lo normal. En una esquina del lobby, lo esperaban Thiago y Esteban con otros. Corrió hacia ellos, y los saludó con un fuerte abrazo, luego hizo lo mismo con Nandito y Joaquín. Casi inmediatamente, se pusieron a hablar sobre el cumpleañero, Matías. Este era un chico no tan agraciado, medio ingenuo y tan gay o más que los demás, que había decidido dar un tono en W. ¿Qué clase de persona hace uno en un lugar para buscar puntos?, se preguntaban todos.



Como se les secó la lengua de tanto raje, decidieron comprarse unas jarras de cerveza. Estaban tomando cuando Nandito escuchó un ruido. Era su celular. Tenía una llamada, pero venía de un número desconocido; sin embargo, la contestó. ¿Dónde está Matías!, fueron las palabras de aquella voz grave y molesta que todos escucharon. En ese instante, él salió corriendo del grupo, dejándolos con la curiosidad de saber quién era.





Mientras discutían sobre quién podría ser, el chico volvió con una expresión en su rostro que denotaba mucha ansiedad y éxtasis. Es su viejo, les dijo, el webon se ha equivocado y les ha dado mi cel. Los presentes se quedaron soprendidos. Esteban se hallaba a punto de arrancarle el celular, pero como Thiago ya sabía lo que iba a ocurrir, se fue junto con Carlos y Joaquín a bailar. En la pista, los murmullos aumentaban más, los efectos del alcohol se comenzaban a sentir, y alguna que otra mano comprobaba el material del short. Todo iba bien.



Carlitos nunca había bailado tan pussymente delante de sus novios, ni lo había disfrutado tanto. Algunos roces no siempre son casuales, y esa noche lo corroboró más de una vez. Como se sentía cansado, se fue al baño a lavarse la cara. Atrás de él, Nandito le decía al señor que no localizaba a Matías por ningún lugar, y más allá un chico gordo escuchaba toda la conversación hasta que terminó de hablar. ¿Qué mierda haces hablando por el celular con su papa?, dijo el mudo.



Todos en el baño voltearon, la cara del chico se puso pálida, y Carlos lo jaló a un lado. Desaparece antes que se arme el chongo de la vida, le susurró al oido, y se hizo humo.





-¡Tú sabes algo!- espetó el grueso. ¡Sabes que sus viejos lo van a cagar!



-¿Qué chucha hablas, webon! A mí no me metas en sus roches- le respondió el divino, y se fue con los suyos.




Thiago y él pidieron una jarra más, y decidieron que era hora de irse con Esteban y Joaquín. No obstante, este último se quedaría a acompañar a Nandito en caso ocurra lo peor. Cuando salían, lady traca hacía un escándalo mostrándose como la víctima de una supuesta llamada a sus viejos para joderle la noche. Sus quejidos no lo iban a salvar cuando regrese a casa. En el taxi de regreso, Carlos divisaba cómo las nubes se volvían más celestes y el sol se hacía notar más. Sabía que tenía que volver temprano, pero ya no importaba.

jueves, 20 de enero de 2011

Hold It Against Me

Eran las 9 de la noche, y mi madre no daba señales de vida. Tampoco había llevado el celular. Le gusta joderme cada vez que sabe que voy a salir. Empezaba a sufrir de ansiedad, mientras mi hermana y la empleada me calmaban tontamente. Se suponía que volvería a más tardar a las 8 p.m., ya que solo iría a un té de tías con una prima suya, pero no. Cuando el reloj marcó las 9:15, me encontraba en la puerta, mas ella acababa de llegar. La saludé apresuradamente, y con una cara de molestia, me dio el dinero que tanto había esperado para poder salir. Partí casi corriendo al paradero para ir en el metropolitano. En el trayecto, pensaba, Ojalá estos webones no me hayan dejado, sino me cagué.

Sin embargo, cuando llegué, mis ojos se iluminaron al saber que no me habían abandonado. Allí estaban Ch, jo, Ri, La y dos chicas más. Saludé a todos de una manera muy impersonal y avergonzada, puesto que varios allí me habían esperado más de 40 minutos, y partimos a la casa de Que. Tomamos un micro hasta Javier Prado con Arequipa, y desde ahí un taxi hasta la casa del cumpleañero. Llegamos, y me di con la curiosa sorpresa de encontrar que mi amigo Jojo no sus estaba con sus "ameos". Le saludé con un abrazo, y me fui a comprar puchos con él. Hablamos un poco de la fiesta, las amistades, su rehab, entre otras cosas. Ese día estaba vestido regio, como siempre; no obstante, sus medias adYdas fueron las que llamaron poderosamente mi atención. Nada es perfecto en la vida.


Luego de ese mareo visual, recorrer las casa, saludar otras personas e intercambiar unas palabras, llegaron sus queridos. Lo dejé, y me fui a la cocina. Parecía el Sachi, pero la gente no era tóxica, y no había luces de neón. Me serví un poco de ron con coca-cola, mientras tanto I intentaba botar a todos a la sala. En el fondo de la casa se encontraba una habitación tan sombría, que parecía cuarto oscuro. Poco a poco algunas personas se empezaron a acercar más y más al dichoso lugar. Les picaba, creo; aunque, yo, joven inexperto de 19 años, decidí mejor ir a la cocina. En ese momento, acaba de llegar D con su estimado Mar y Ti. Inmediatamente, me acerqué a saludarles. Para mi suerte, fue más cortés de lo que esperaba, por lo que no tuve ninguna crítica que hacer. Los chibolos siempre ponen al fin y al cabo, ¿no?


Como el amor hacia mí se incrementaba conforme avanzaba la noche, me fui a la sala a bailar con Son. Reventamos la piñata, todos buscaban sus condones. Me quedé con 2 sabor chocolate. No pasaron más de 2 canciones cuando pude ver cuatro parejas agarrando de lo lindo. El garaje tampoco estaba solo según recuerdo. La mayoría tenía su punto, e hicieron cuanto uso de sus labios pudieron. Me hubiese parecido normal, de no haber sido por la pasión emergente de sus besos que se hacía notar así no quisieran entre todos. ¿Hormonas revueltas? No lo sé, pero la gente estaba muy cariñosa. Lamentablemente, como no soporto tanto afecto, me salí de allí. Estaba entrando al baño, cuando un amigo lo hizo conmigo, y cerró la puerta. Dije para mí, ¿What the fuck está pasando acá! O sea, tú y yo nada que ver.


Me miró, y me dijo que también quería orinar. Lo hice, me coloqué a un lado y empezamos a hablar. Felizmente pensó igual que yo. Salimos, y Son nos observó con cara de miedo. Parecía que nunca había visto un par de gays saliendo del baño. En el patio, vi a mi amigo Jojo sentado con sus amistasis y dos chiquitos más, A y Ber. Me acerqué, y los saludé. A me pareció muy afable, Ber seguía con su "pancita". Después de platicar muy brevemente, quería tomar más, mas no había más gaseosa con qué mezclar el trago. Me quise morir. Entendí lo que sintió Lindsay Lohan cuando estaba en rehab. De pronto, la puerta prohibida se abrió, y los presentes fuimos testigos de "la subida de pantalón".


Como no sé mucho de las causas de tal accionar, me abstengo a decir más. No obstante, no voy a negar que tal hecho me causó una profunda conmoción igual que a los otros asistentes. Al cabo de una hora, los efectos del alcohol se hicieron sentir. Además, I comenzó repartir una sandía cuyo contenido hasta ahora me parece indescifrable. Cualquiera que había bebido de ese líquido lo escupía, o caía muerto. Me bastó un ligero sorbo para darme cuenta que después de esto la gente caería al suelo. Algunos seguían agarrando, otros se iban -caletamente- de la manita a la sala para hacerlo, unos se ponían histéricos, un grupo hacía de enfermeros, y un tanto se quería ir por otras razones.


Poco a poco, la casa se quedó con solo 12 gatos, entre los cuales estaba yo. No había más trago, ni puchos: mi tiempo allí había acabado. Ja tuvo la amabilidad de prestarme 10 soles con los que pude regresarme a mi casa, por lo cual le estoy agradecido. Al final, creo que muchos cumplieron con sus objetivos, a pesar del desagrado que haya causado en ciertas personas. Como dice la frase, "No todo en la vida es color de rosa".


domingo, 29 de agosto de 2010

Get Outta My Way

Llegué al Mc a la hora acordada, pero no encontré a nadie. Puta madre, pensé, de seguro esta webona se ha largado de frente a la casa de Braulio. En ese instante, me alertó él mismo diciéndome que Papita ya estaba con él. También pude ver otra llamada de D. Lo alerté, hablamos. Él se encontraba esperando su punto. Envidia, fue todo lo que pasó por mente en el transcurso de la llamda hasta que llegué la casa de Braulio. Me recibió medio estúpido con una botella de whiskie en la mano. Se hallaba confused y mi amiga tenía cara de coqueada. Algo extraño pasaba allí.

Nos sentamos a conversar sobre nuestros amores y las anécdotas más importantes que nos habían ocurrido en estos días recientes. Él quería salir a tonear, ella no tanto. Además, no había traído mucha plata, por lo que al final mi amigo y yo tuvimos que prestarle 20 soles para que le alcance para la entrada en caso se animase a salir con mi amigo. Yo iría al chifa, pues ya había acordado con Jojo en vernos allí. Así mismo, D estaría presente en caso no esté al primero. Luego de unos cuantos vasos de whiskie, y de que Braulio me imitara hablando como gringow friloreow, partimos al antro. En la puerta, me encontré con Jojo y sus meangirls. Los saludé, esperamos a alguien que faltaba, y entramos.

Nos fuimos a bailar a la pista de electrónica, y a lo lejos pude ver a D agarrando con su chico. OMG, no lo podía creer. Después, me fui al baño. Ambos se toparon conmigo. Me saludaron, y conversamos un poco. Luego, me fui a dar mi por la pista . Un gringito de camisa negra me hechó ojo. Me sentí completo. Volví con el grupo, y me di con la sorpresa que todos tenían las caras largas. Jojo no estaba con ellos, por lo que me fui a buscarlo. Lo hallé con sus amigos, quienes creían que estaba molesto por mi cara de leca mala. Sin embargo, al final este les explico que así es mi rostro, y que no se preocupen.

Al cabo de un rato, despedimos a sus amigos en la puerta. Volvimos con el antiguo grupo. Todos seguían medio cojudos. Yo me sonreía pussymente delante de todos, hasta que alguien propuso ir a la pista latina. Fuimos, bailamos unas 4 canciones, pero se aburrieron y decidieron regresar. Después, conversé con Jojo. Le comenté que me había encontrado con tal y tal ex-gyl, y él me dijo que no era el único, que ellos también. Solo atiné a reírme, y seguirlos de vuelta a la de electrónica. Bailé con el grupo un rato, pero me retiré porque quería buscar al chico de la camisa negra. Me hallaba caminando al baño cuando me vio, yo también. Intercambiamos un juego de miradas que nos llevó a bailar a la pista latina. El gringito se movía bien. La estaba pasando de lo lindo, pero decidí volver donde mi amigo.

Cuando regresé con él y los demás, estaban dando un vs. de Lady Gaga contra Beyoncé. Me pareció divertido. Luego, ni bien finalizo el show, pusieron Get Outta My Way, y todos empezamos a saltar y cantar como desenfrenados. So bottom, como diría un amigo. Transcurrieron unas canciones, yo me estaba empilando, pero ellos ya se querían ir. Nos despedimos en la puerta, y me fui con mi amigo a caminar y hablar sobre los sucesos acontencidos esa noche. Es increíble cuánto drama puede aportar un ex a la vida, decía en mi mente, mientras caminábamos por la Av. Benavides. Yo me divertí mucho. Creo que él también. Además, esta vez el taxi no me secuestro. ¿Qué más puedo pedir?