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lunes, 16 de febrero de 2015

Mamar no es Amar

No es que no lo sepa, pero me olvido.

Hace unos meses salí con un chico a quien llamaré Nando (Ja!). Él era todo lo que no buscaba en un hombre, salvo por su verga. Ese hermoso pedazo de carne es increíble. Y su trasero... Es un gran chico. También, es bastante renegón, tiene metas claras, y no soporta a la gente débil.

Salí con él varias veces. Íbamos a comer, a caminar por el malecón, a manosearnos en alguna calle oscura y otras tantas cosas que todas las parejas impúdicas hacen. Por supuesto, yo me estaba enamorando. Me encantaba su sinceridad, sus gemidos entrecortados ante alguna nalgada imprevista, las poquísimas veces que sonreía porque fueron pocas y especiales, su gusto por algunos pequeños placeres y los anticuchos, y su seguridad. Amo los hombres seguros.

Claro, todo era demasiado hermoso, pero él simplemente no me quería. No quería nada con nadie, en verdad. Pero no quise ver, para variar. Cuando te aferras a algo, lo demás permanece fuera de foco. Me sujeté a la ilusión que había construido de él, y él a mi manera de tirar. Aquel sudor suyo cuando tirábamos me embriagaba y yo me encariño con facilidad, porque lo estaba ebrio de él.

Diría que fue un hijo de puta al final, pero no lo culpo. Lo más doloroso fue cuando me llamó "inestable mental". ¿Cómo se atrevió a llamarse así si era ÉL quien me tenía idiota! Claro, esa vez no dije nada como cuando callé todo el trayecto de Larco mientras el maldecía al clima sin parar porque estaba garuando olvidándose que estaba a su lado. Luego de gritar de manera desenfrenada en la calle diciendo estaba loco y que todo me valía mierda porque así son los hermanos menores, supuse que debía darle un espacio para que hable. Tal vez, de más. Los últimos días me enloquecía cruzarme con él. Él es tan Correo y yo tan Diario 16. Me alejé de Nando por mí. Tenía que arreglar mi cabeza.

Luego de un tiempo, hemos vuelto a hablar. Ya no me siento triste cuando lo hago. No aprendí nada de él, pero sí de estar con él. La primera, que no todo aquel que te la mama con cariño y loca pasión, te ama. La segunda, que porque alguien que quiero esté molesto y vomité mierda verbal, no significa que lo tenga que aguantar (y otros a mí cuando haga lo mismo)...

lunes, 13 de junio de 2011

Simplemente, no te quiere (,o NUNCA aprendes)

Es fácil decirlo, pero no que te lo digan. Quizá tú c ees que el chico por que no te habla y se hace el difícil, en verdad sí quiere contigo, pero juega a hacerse el misterioso para así crear cierta fascinación tuya hacia él. Entonces, te ilusionas, y crees que no te llama para seguir en el juego, sin embargo, tarde o temprano terminas dándote cuenta de que simplemente no te quiere, que no te hace caso porque no le interesas más que como un amigo, y que en realidad lleva semanas saliendo con tipo -sí, un tipo, porque no le puedes decir chico-, mientras que tú esperas que él venga de la nada un día y te diga: ¿salimos?

Ilusionarse apesta. Lo sé por experiencia propia, pero, lo peor de todo, es que es irremediable no hacerlo muchas veces. Cuesta tanto no dejarse llevar por tus sueños, y creer que todo va a ser lindo at the end of the road, luego de todas esas amargas esperas por su llamada o una muestra de afecto, y que van a vivir felices por siempre mientras el sunset te acoje con tu chico, hasta que tarde o temprano la realidad pasa factura, y bajas de las nubes.

Lo peor que deviene de idealizar el amor perfecto es cuando le pones excusas a todo, o para todo le encuentras una respuesta lógica. Así, si él se olvida de tu cita, está cansando. Si no te habla mucho, es que es tímido. Si te dice que no quiere ir al cine ver una comedia romántica porque le parece estúpido, quizá se hace el interesante. Si te regala chocolates, pero no te habla, le cuesta expresar tus sentimientos. Si dice fresh todo el rato, es que sus amistades no son las indicadas.

Esto no es malo en pequeñas dosis; sin embargo, lo terrible es cuando no consideras la otra opción que quizá el chico no te hace caso, porque no le atraes, no le importa salir contigo en plan de cita. Es ahí cuando surge el problema, porque de seguro tú, webon, webona, crees que el del problema es él cuando tu tonta cabeza ha sido la que ha creado esas respuestas para "salvarse" de la triste realidad.

Así que la próxima vez, no solo vueles, también aterriza. Tampoco le heches la culpa al mundo, fíjate primero en tus errores antes de rajar/criticar a los demás, o de explotar con el universo; y, si vez que el chico no te hace caso, asume que quizá no quiere tener una relación contigo, di next y sigue la vida. Aún existen muchas veces para que llores por tu enésimo primer amor, y muchas otras tantas fiestas con tus amigos para celebrar ese fin.