Odio el verano porque el calor es sumamente insoportable; porque sudo como un cerdo cuando estoy echado tranquilamente en mi cama, a pesar de que tenga ambas ventanas abiertas de par en par. No me gusta porque me quita a mis amigos. Todos se van al sur o a las playas del norte, y me dejan en Lima hasta que decidan que sus cuerpos están lo suficientemente bronceados de color naranja por las sales marinas. Desprecio el verano y a los bañistas que osan mostrar sus excesos por el placer de generar un contaminación visual, mal llamada "auto-superación". Me desagrada, porque todo mundo se corrompe y manda al tacho estúpidamente todo por lo que trabajaron todo el año con la justificación del clima y el buen humor que les da el sol. Detesto el verano, porque mi familia se va al club y siempre soy el único que anda sin ropa de baño.
Me jode el verano, porque el sol hizo de mis veranos de infancia en Piura y Sechura uno de los más dolorosos del mundo gracias a las jaquecas que me dieron. Lo detesto, porque cada año tengo que comprarme litros de bloqueador, debido a que tengo la piel muy sensible, y me sale erisipela rápidamente. Me molesta aún más recordar cuando estaba parado de pie en la tonta formación escolar de los Lunes del mes de Marzo con el increíble sol sobre la cabeza y sin un puto aire frío que provenga del mar, aun cuando mi colegio se encontraba cerca a este.
Y los zancudos, cuánto odio a los zancudos que se proliferan increíblemente en verano y que hacen de mis piernas su manjar favorito en las noches. Aborrezco las caminatas solitarias por la playa en verano y ver a tantos chicos y chicas besuqueándose y tocándose mientras yo sigo más solo que la Monalisa. Detesto tener recuerdos amorosos tan pésimos de verano. Maldigo una y otra vez el día que conocí a la chica que me juró era prima de JLo cuando tenía 12 años solo para atraer mi atención y así poder besarme. Pero, maldigo aún más haber caído en sus malas redes. Odio el verano, porque las terrazas de los cafés paran infestadas de personas que buscan lucirse más de lo habitual. Me llega el verano, porque el tráfico en Miraflores se vuelve insoportable, y camino al sur más aun.
No me gusta el verano, porque es la época del año en la que me año más susceptible a adquirir nuevos vicios, como me ocurrió con los cigarrillos, el porno, el weed y otras drogas más, que felizmente ya las dejé. Odio el verano, porque todos lo aman, y yo no tolero seguir con la corriente.