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viernes, 16 de septiembre de 2011

Paradigmas Amorosos

¿Tienes que esperar 3 días luego de la primera cita para ver si te llama o no y así seguir con el plan?, ¿tiene que devolver la llamada el que invitó a la cita o el invitado?, ¿cuándo es apropiado poder decirle 'te quiero' a esa persona con la que sales?, ¿existe un tiempo adecuado de aguante antes de tirar?, ¿el sexo oral cuenta?, ¿y los jueguitos? Estas y otras preguntas más rondaron mi pequeña cabeza durante una serie de días, por lo que busqué respuestas en varios amigos, quienes en su mayoría me plantearon escalas de tiempo adecuadas para que ocurriese cada situación. Mi conclusión luego de oír sus repuestas: las reglas sociales son estupideces.

No existe un tiempo determinado para saber luego de la primera cita para saber cuándo es correcto comunicarte con esa persona, o para saber si las cosas van a  marchar bien o no. Son cosas que pasan y ya. Puede ser que las primeras tres veces que salgan la pasen genial, y la cuarta no, pero esa no es razón para dar marcha atrás. Todos tenemos días buenos y malos. Es cuestión de ver cómo avanzan como relación con el pasar de los días y ver entre ambos si las cosas van para más o no.

Luego, no existen restricciones para decirle a alguien "me gustas" o "te quiero". Uno lo dice simplemente y ya. Además, porque te diga te quiero no quiere decir que se va a querer casar contigo, o que en verdad te quiere de la manera que crees. El peso que se le atribuye a cada palabra varía por lo general entre personas, aunque tampoco es tan recomendable decirle "te quiero" a una persona que has visto 3 veces, porque puede parecer estúpido. Tampoco existe una ley para decir cuánto es apropiado decir "me gustas", o "te amo", son cosas que surgen con el tiempo y las experiencias que intercambian.

Sexo es sexo. Así sea un blow job, o un quickie, eso no quita que sea sexo, y hacerlo antes de establecer una relación formal no te va volver una puta,  y hacerlo después tampoco te va a hacer ver lento. Cada pareja es libre de decidir cuándo quieren tener sexo o no, cómo, dónde y demás interrogantes también. Además, es un componente importante para la relación, ya que afianza, generalmente, la pasión y deseo por la otra persona. Asimismo, ¿a quién le gusta correrse la paja si puede hacerlo con alguien?
Por último, cada relación es compleja, y no todos nos manejamos de la misma manera. Quizá para algunos sí funcionen ciertos paradigmas, pero para otros no. Es, como dije antes, cuestión de vivir.

martes, 29 de marzo de 2011

Ellos y yo

Mi psicóloga siempre me decía que uno escoje estar solo. Yo creo que es cierto. En mi caso, de una manera u otra, tiendo a espantar a los hombres. No, no soy brujo, tampoco tan feo como para lograr eso, pero sí soy apático. El mayor defecto que puedo poseer es el desgano; aunque, este no es gratuito, es el resultado de una serie de experiencias que me han desmotivado a tratar de enamorarme.

Alguien de mayor edad pensará que es estúpido que alguien a mi edad sienta eso, pero lo cierto es que no todos somos iguales, y la proyección de cada uno frente a un tema es distinto según los ojos que se ven. Soy así, en su mayoría de la veces, porque cuando salgo con alguien le encuentro muchos defectos. Esto debido a que soy perfeccionista. Esto es una mierda.

Siempre espero mucho de la persona con la que salgo, porque me exijo mucho, y creo que tengo el derecho de exigir a los demás tanto como a mí cuando en verdad no es así. Lo reconozco, y me duele admitir que he alejado varias personas importantes por ser de esta manera. Lo jodido de esa situación es que, ante la perdida, me frustro, y mucho, pues perder me resulta ilógico.

No soy tan espontáneo como muchos de mis amigos. No me siento mal con ello, pero sí me incomoda que los chicos que me agradan no vean otras cualidades en mí. A veces creo que me gustan puros cojudos, mas luego me doy cuenta que no. Si lo fueran, ni me habría fijado en ellos. Es parte de esa lucha conmigo y la soledad, pienso en ese momento.

Sólo espero no cagarla tanto en un futuro, y actuar en base a mi experiencia para que las cosas sigan mejor. Pensaré como una vieja de treinta años a la que se le va el tren, pero aún tengo ánimo y el cuerpo de un chico de 18. Eso es un gran plus.

domingo, 15 de agosto de 2010

Cool

Yo me llevo bien con 3 de los 4 chicos con los que he salido. Me hubiese encantado quedar bien con el primero, pero es muy estúpido y aniñado como para poder entablar una amistad con él. Por otro lado, con los demás me llevo muy bien. Esto es genial, porque no soy de aquellos que piensan que un ex gil es tiempo perdido. Creo, más bien, que cada historia que viví es una experiencia, de la cual he tenido que sacar el máximo provecho para continuar mi trayecto.

Al segundo lo conocí a mediados de Febrero del año pasado. Su nombre es Mr y tiene un año menos que yo. Salimos no más que dos semanas y media, o tres. Me llevó a su casa de playa, aunque no cumplí con mi sueño de día de verano. Sin embargo, una serie de problemas y malintepretaciones por parte de un sujeto, Vizcondelmort, hicieron que el grupo de fraccionara. Por ello, dejamos de vernos y hablarnos mucho tiempo. No obstante, en diciembre volvimos a vernos, y retomamos la comunicación. Es un buen chico, un poco alcoholico, un poco inseguro, pero de buenos sentimientos al fin y al cabo.

Después, le siguió Mr D. Sí, él. El hombre que me cagó la vida, según Jojo. Él estudia en una prestigiosa universidad de la capital, y tiene una gran pasión por la música. Toca en una banda no tan conocida, pero que suena muy bien. Si fuera un poquito más delgado, y fuera al gym, sería más simpático de lo que es. Yo lo conocí en Junio del año que pasó; no obstante, nos conocimos más en diciembre, el mes en el que salimos. Yo viví la mejor de las ilusiones, aunque él no, pues extrañaba a su ex. Eso me mató, lo admito. Debido a esto, y otras razones dejamos de salir. A pesar de eso, seguí adelante. Ahora tenemos una muy buena amistad, y hasta hablamos de sus gileos.

Luego, vino Raf. A mí me gustaba su mejor amigo, pero con el tiempo dejé de fijarme en él. Fue así que un día de marzo de este año decidí salir con Raf a caminar por el malecón. Al principio no me impresionó mucho, pero su trato, su manera extraña de hacerme reír luego de que me hiciera renegar, hizo que me fijase con él. Estaba loco. Él es distinto a mí, yo a él. No nos vimos muchas veces, más que nada, por cuestiones de horario. Aunque, cuando lo hacíamos siempre nos divertíamos bastante. Cuando inicié el ciclo, dejé de frecuentarlo, y él a mí. Así, lo que pudo ser, nunca empezó. Hace poco nos vimos. Tuvimos una discusión. Aun así, sé que todo saldrá bien al final.

De cada uno he aprendido algo que me ha ayudado a construirme como una mejor persona. Por todo eso, y más, estoy agradecido con cada uno de ellos. Con el primero aprendí a controlar mejor mis impulsos, con el segundo a no iluosinarme tan rápido, con el tercero a liberarme más, y no ser tan perfeccionista, y con el último a liberarme más, y no renegar por estupideces. Podría seguir deciendo más cosas, pero ese no es el punto, sino ver que de cada situación siempre hay algo provechoso que se puede sacar para ser mejores individuos.



sábado, 14 de agosto de 2010

Irealidad Virtual

Yo conocí a Hass por una página de encuentros muy conocida hace como 2 años. Su foto de perfil no me pareció la mejor; no obstante, lo que leí en datos personales hizo que interesara por él. Era blanco, de mi estatura, cuerpo normal, ojos claros, facciones no toscas, cabello negro: un chico lindo, con el plus de ser relativamente proporcionado. Luego de varios mensajes que me envió, y otros tantos que yo le respondí, decidimos intercambiar msn. Admito que si bien el chico no tenía tanta cultura, se podía hablar bien con él. Así mismo, las fotos que me mostró me otorgaron una determinada confianza en él. Fue así que un día acordamos en vernos en la puerta de Saga de San Isidro.

Estaba muy nervioso y ansioso a la vez porque lo conocería. Me había puesto mi mejor pussy polo, mi pañalón azul y olía a pour homme de Ck. Eran las 2:17 p.m cuando mi ilusión se fue al tacho. Del otro lado de la pista, en la puerta de ripley un hombre no paraba de mirarme. Me dije: de seguro, está buscando a su amigo. Pasaron como cinco minutos cuando ese sujeto se me acerco, y me dijo, Hola, yo soy Hass, ¿tú eres maxxie, no? Sí, respondí tímidamente. Luego de hacerle un check out en 10 segundos, quería que me tragara la tierra.

¡Cómo chucha me puede estar pasando esto a mí?, gritaba, dentro de mí, claro está. Conforme caminábamos más detalles le veía que me dejaban de gustar. En primer lugar, no se podía hablar con él. Era más tímido que yo y se creía algo que no lo era en absoluto. Después, era más chato de lo que me dijo, creo que se quedó con la altura que le dijeron en el colegio. Además, no vestía lindo, parecía que había escogido trapos para vestirse en vez de ropa. Y, como si no tuviera suficiente con humillarme públicamente, tuvo la osadía de invitarme a su departamento. Lo siento brother, yo en esas cosas no atraco. Soy virgen.

Sé que no soy el único chico al que alguna vez le han pasado estas cosas, pero es que, en verdad, desconciertan. No estoy seguro de si lo que favoreció el encuentro con el chico fue "el poder" del chat o "la magia" del photoshop. Sólo puedo decir que desde ese entonces he tenido que aprender mañas y demás artilugios para saber si es verdad tantas bonitas palabras que uno lee por la red. Como leí una vez, cada ves los internautas debemos aprender más a saber encontrar lo bueno dentro de lo malo en internet.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Mantengamos la promesa

Salí contigo, porque pensé que podría ser. Pero, no. Me equivoqué. Lo percibí desde que me respondiste con tu manera desinteresada. Te hice caminar un culo, lo sé. Me gusta caminar. Pensé que no te quejarías tanto. Conversamos sobre algunas cosas de mi interés, de tu interés hasta que llegamos al chifa. Creo que más nos allí cuando hablamos de dibujitos animados. Pero no fue suficiente.

Después, nos dimos cuenta que estamos condenados. Tuve demasiado. No sé si tú también. Luego, te hice ir hasta el malecón. Me encanta pasear por allí y oír el sonido del mar chocar con las rocas en la playa. Intenté hacerte sentir algo de mí. Sí, es una manera extraña de hacerlo, y confié en que de una manera te ibas a dar cuenta, mas no. Solo sentías frío, y , en verdad, no me daba ganas de abrazarte. Aun así te seguí platicando. Te la di. Me la recibiste con una sonrisa, y te la puse. Era hora de que vayas a casa.

En el micro, casi ni hablabas. Parecía como si un ratón te hubiera comido la lengua. Solamente sonreías. Se te ve lindo cuando lo haces. Pensé muchas cosas en el trayecto. Pasará un buen tiempo hasta que volvamos a vernos. Ojalá te cuides y cumplas tu deseo.