Mostrando entradas con la etiqueta Amigos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Amigos. Mostrar todas las entradas

domingo, 31 de julio de 2016

'Marte es como Talara'



Y Benavides es our Chinatown.

Hace unos días regresó una amiga de viaje de Washington. Sí, esa ciudad llena de mausoleos por doquier que algunos la consideran un cementerio absurdamente grande con espectros (no tan muertos) viviendo allí.

Decidí con un amigo ir a verla luego de nuestras clases de Tarot. Sí, ahora llevo clases de tarot, y el carro y el loco indican que quizá tenga éxito en esta aventura. Por supuesto, tomo el presagio con pinzas, porque aún no tengo decidido el camino. Pero esa tarde sí lo tenía, o mejor dicho el destino.

Estaba igual que siempre, con sus dos hermosas pulgas y la nieta igual de loca que su padre. Charlamos alguna tontería que no recuerdo, y decidimos preparar pizza. Mi amigo se quitó porque teníamos un cumple al cual decidí no ir porque tenía mucha flojera. Además, ¿cómo rechazar un plan Netflix & Chill que incluye comida?

Preparamos la primera pizza y justo cuando la estábamos sacando del horno se cayó la masa contra el piso. Caos. La Torre invertida. Depresión. 5 de copas. Tal vez, como dijo ella, la deseamos con mucha fuerza. Quizá no debimos usar todo el queso parmesano y casi todas las aceitunas. Como sea, estábamos en un momento de crisis. Me sentía como Steve Jobs sin chamba: el destino me había arrebatado mi mayor deseo, el fruto de mi trabajo. Entonces, me decidí actuar como cualquier emprendedor optimista lo haría. Así es que limpié el piso y me dispuse a preparar una segunda pizza.

Mientras amasaba la masa (?), valga la redundancia, algo no estaba bien... La harina, la puta harina estaba vencida. Karma. Otra vez la Torre. 9 de espadas. No podía ser. Simplemente, no podía ser. Era un mensaje divino. Quizá era yo en la FIL luego de una búsqueda sin éxito de La Odisea y ese sentimiento de 'Todavía No'. Pero no podía vencerme. Simplemente no.

Así es que boté la maldita masa y preparamos una tercera pizza. Mis manos me dolían. La tensión se sentía en aquel minúsculo ambiente de 2 metros cuadrados mientras concentraba todas mis energías y amor en esta pizza. 25 minutos después vino la hora de la verdad: nuestros pecados habían sido perdonados. Derrotamos al destino.

Tragamos mientras veíamos la  inmensidad del cosmos en un documental que narraba las peripecias de un equipo de astronautas que intentaba reparar un noséqué del telescopio Hubble que, de no arreglarse, lo dejaría inactivo para siempre. Un movimiento en falso y décadas de años de chamba se iban al tacho.  Luego de un minitrip con las imágenes y la post reflexión sobre lo pequeño que somos en el cosmos, decidímos ver un documental de conspiración sobre si el hombre había llegado a la luna.

Terminamos el segundo documental y pusimos uno sobre la historia del último hombre en ir a la luna. No podía más, mi cuerpo estaba en pleno viaje interestelar y cayó muerto en pleno rodeo.

Desperté con una las pulgas lamiéndome la cara y otra el polo. Sí, como Fiona en Shrek 2, pero no se siente paja. Despertamos, mi amiga calentó dos tamales para el alma y terminamos de ver el documental. ¿Existe algo más hermoso que amanecer un feriado comiendo tamal y viendo películas? Por estos días, creo que no. Era momento de sacar a las pulgas. Mi amiga se duchó, yo me arreglé el pelo y salimos. En el camino, me contó: 'Oe, ¿sabías que Ana Banana una vez me dijo que Marte es como Talara? (Inserte risas.) Sí, estábamos viendo no sé qué sobre Marte y la huevona gira y me dice Oe', Marte es como Talara alucina. Mucha tierra y polvo. (Inserte risas.) Cague risa, ¿no?'

martes, 21 de abril de 2015

Palabritas Al Aire I

1) Parece que Ash consiguió su Brock. ¿Cuándo ocurrió? Ni cuenta me di. Solo sé que este espécimen es más celoso que el promedio. Esperemos no lo encierre en su pokebola. 

2) Hace poco fui al tono de ¡Malditas Igualadas! promovido por el colectivo No Tengo Miedo. El local estaba pajita: ambiente amplio y buena ventilación. Los precios también me parecieron justos. Sin embargo, un problema técnico interrumpió la música en pleno momento de éxtasis cuando sonaba Soda, lo cual ocasionó la fuga de varios asistentes. Se pudo haber precavido. No obstante, como propuesta, me parece más original que las últimas fiestas de Matadero en las cuales Fernando Fiestas parece el productor.

3) Como algunos ya deben saber, desde hace unos meses vengo desarrollando con unos amigos un proyecto social que busca generar propuestas que mejoren la calidad de vida de personas portadoras de VIH en el país. Si bien algunas semanas han sido todo un melodrama, poco a poco las cosas comienzan a cuajar. Dentro de poco, los bombardearé de publicherry. 

4) Es verdad que con el tiempo se pierde la paciencia para algunas cosas. Cada vez soporto menos a los moralistas, los impuntuales y me distancio más de aquellos que no saben bailar solos. ¿Cómo diantres bailas con alguien más si no puedes contigo? 

5) Si bien me dio gusto ver a un mayor grueso de personas en la Marcha por la Igualdad, sigo creyendo que falta un mayor compromiso ciudadano. El mutis que le sucedió al evento confirmó mis sospechas. Si bien una marcha es un paso en la demanda de derechos para todos, no es más que un pendaño en toda la escalera que falta subir. Parece que muchos esperan un ascensor caído del cielo. 

6) Conforme afianzo mi seguridad en lo que quiero lograr, más me vale verga lo que piensen los demás. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Nada fue un error

Por supuesto que no quería ir. Me hice el estrecho, pero ellos insistían hacer algo, así que los acompañé. Nunca tan pussy.

Llegamos y todo era la misma mierda. Ni siquiera estaba ebrio. Para variar, mis amigos asumieron una onda healthy y tomaron 0 alcohol. Creo que soy una mala influencia... Como sea, todo marchaba igual de tela que siempre hasta que recibí un mensaje de Nando, que me advertía que estaba allí, cerca al estrado. 

Como estaba aburrido y habían cancelado mis planes de tirar sí, me arruinaron los previos, decidí ir a su encuentro. Recorrí el punto donde me indicó que estaba tres putas veces y sentí que había perdido la dignidad. Obvio, le escribí de vuelta para decirle que era un puto mentiroso y que no estaba donde decía. Le dejé claro que si quería verme, que vaya a mi encuentro.

Vino hacia mí. Estaba ebrio y bañado en sudor. Y no, el no se veía nada sexy así. Intentó robarme un beso cuando se lanzó a abrazarme, pero me bastó con girar la cara para que entendiera el mensaje por suerte. Me dijo que me veía bien. Le respondí que yo lo veía hecho un asco, pero que era gracioso verlo así. Empecé a cagarme de risa, y él se chupó. Nos despedimos, y volví.

Luego, todo transcurrió con normalidad. No pude perderme tanto como hubiese querido. Por una extraña razón, algo me decía: no, ¿para qué huevón? Fue muy raro. De todas formas, en un instante me perdí y atravesé los otros círculos del infierno guiando a Ash a través de aquel mar de pasivas y falsos caletas. La travesía no duró mucho, pues el resto se quería ir: la vejez.

Los despedí. No sé en qué momento, pero, para cuando abrí los ojos, tenía a Nando bailando frente a mí. No entendía nada. Solo bailaba. (Por cierto, ya no me da miedo bailar solo, aunque parezca loquito, pero qué chucha. Yo bailo solo.) Recuerdo que sonó Rosa Pastel. Nunca una canción fue tan precisa. En aquel instante de éxtasis, apareció él, mi pasado, 2008. Seguía igual, pero con "pancita" ya que nada es perfecto. ¿Habrá hecho un pacto con el diablo?

No lo podía creer. Lo tenía frente a mí. Por supuesto, él estaba más ebrio que Nando, y le valió verga jalarme de la cintura para apartarme a su lado para bailar juntos. Solo bailaba. Él no dejaba de tocarme supongo para calentarme los huevos pero nada pasaba. Esta vez tenía todo bajo control. De pronto, Ni Una Sola Palabra. Bendita Paulina. De más decir que la canté hasta quedarme afónico.

Mi boca dice nunca más. Lo intentó varias veces, pero luego se dio cuenta que no valía la pena. Le pedí que me acompañé a la puerta. Nos dijimos hasta pronto con un fuerte abrazo. Por suerte, no bajó la mano más, estaba con un jock. Sí, eso también le dije antes de separarnos. Salí de aquel antro cansado, pero con una sonrisa estúpida en el rostro. Misión cumplida.

Nada de esto fue un error.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Paulamor II (o las travesuras de Ash)

 
 
Jamás pensé que se largaría con otro hombre.
 
Sí, se fue con otro que le metió letra. Yo estaba indignado. Era la despedida de Paul y la maldita moscamuerta de Ash nos había dejado para irse a cachar con un sujeto random dejándonos a la deriva. O sea, ¿KHA! ¿Qué se ha creído el castañito este!
 
Encima tuvo el descaro de chapárselo en nuestra cara. El mayor susto no me lo llevé yo, que acababa de perder a un hijo, sino otro pata que conocía al tipo, pues erra su jefe jefe. Sí, ese sujeto sudoso (y trepador) era su jefe y ahora se agarraba a nuestro amigo, mio figlio. Un verdadero incordio. No podía con el descaro del hijo que crié. Era suficiente para mí, así que me fui a mi casa y dejé que ellos vayan al Legentrashy mientras pensaba dónde se habrá metido la sabandija esta.
 
Un par de días después, la indignación se había esfumado, y pude reencontrarme con mi hijo, quien pudo contarme su versión de los hechos.
 
Resulta que este chico, the boss, con un perfil particular, efectivamente se fue en floro con  mi hijo. Luego de seducirlo suciamente, y agarrar descaradamente (lo que hizo que me cuestione fuertemente a dónde chucha se habían ido sus putos valores cristianos), acompañó a su cache a botar, digo, acompañar a tomar un taxi a su amigo, que estaba sufriendo un colapso etílico sin contar la sobredosis de amor.
 
Lo dejaron, volvieron a donde estábamos y ya no nos vieron. Duh, si pensábamos que se habían ido a fornicar. Después, ocurrió la parte más WTF de la noche. Ash, un "alma caritativa, ex-escolar católico cristiano romano apostólico" vio a un borracho sexy y le preguntó a donde iba. Este le dijo dónde vivía y que iría caminando, pero mi amigo, tan noble cachera, le ofreció acompañarlo en el taxi. Así, pues, se metió con el tipo que lo floreo y un sujeto random camino a su casa.
 
Obvio que agarraron. No con el jefe, que siguió su camino en el taxi cuando los otros dos bajaron, sino con el pelucón sexy desconocido a quien recogió. Estaba acompañándolo a su casa cuando el tipo reaccionó y le dijo, Creí que siquiera me ibas a dar un beso, ¿No! 
 
¿Y porqué no me lo das tú!, replicó mi amigo. Entonces, el tipo se giro y se fue solo... pero, volteó, volvió hacia la moscamuerta, y ZAS, se fue en floro de nuevo... Luego, volvió a su casa como si nada hubiera pasado.
 
Todavía no me recupero de esto. Mejor voy por mis Flores de Bach.

domingo, 22 de febrero de 2015

Paulamor


¿En qué instante pasamos de ser jóvenes que combinaban coca con Apronax a tías que toman jugo de cocona para previar? No lo sé, pero el cuerpo se desgasta y ayer lo pude palpar. Parece que mis amigos han recibido una buena dickslapeada últimamente, pues cuidan un poco más lo que ingieren. Las mezclas de trago corto con drogas duras y los Mc Donald's post-juerga han quedado atrás.

Sin embargo, uno igual es capaz de divertirse. Por supuesto, se necesita un vaso en mano, sino la cagada. Es una cuestión mental. Tener la mano llena engaña tu cabeza (?) Como sea, ayer fue uno de esos días en lo que te das cuenta que las cosas están cambiando. 

No, no fue solo la cocona, los postres veggie, la ausencia de humos y la despedida de  un amigo, BabyPaul a.k.a Paloma, lo que me hizo dar cuenta de ello, sino todo. No fue un elemento, fueron todos (más lo acontecido días previos) los que dibujaron este panorama. Parece loco, pero siempre hay señales, mas no siempre las vemos (no siempre queremos ver). Ayer todas estuvieron presentes y abrí los ojos. 

De pronto, la realidad:  tres de mis amigos están afuera del país, algunos ya viven solos, otro postula este año a Harvard y yo acá, recortando periódicos para subsistir. La vida tiene giros muy inesperados. Como sea, mejor recibir lo que se avecina con lubricante que sin uno. Por suerte, ayer estaba más que preparado.




La pasamos bien. La reu fue linda (sí, linda). Hubo postrecitos de chocolate y  flores, y me encantan las flores, por lo que presuponía que no todo podía acabar mal. Sin embargo, camino al tono PolioyAmor el drama apareció. Entró camuflada a través de una conversación de WhatsApp en el iphone de Emo. Todo era de la puta madre, pero tenía que aparecer la muy perra.

Yo no le hice caso, para variar, pero me alteraba ver al necio de mi amigo Emo pendiente del teléfono como maniático, así que opté por ser alpinchista y disfrutar. No estoy para más dramas. Me basta con las colas del hospital y las muertes inesperadas de GoT. 

Más allá de aquel incidente amoroso tragicómico, todo avanzó bien. Incluso un amiguito nerdy se fue en floro con el jefe de otro al final de la noche. Yo acabe solo, mejor que mal acompañado ya sé qué es floro pero déjame creérmela. Sigo aprendiendo a salir sin tomar. Me va bien, pero me deja muy arrecho. ¿Tal vez las ganas se espantan cuando intento acercarme  a un ebrio? Punto a favor: amanezco sin resacas.

viernes, 14 de febrero de 2014

Bon Voyage, Bel Ami

Por alguna extraña razón, cuando he salido con un chico que  me interesa, no me he podido involucrar sexualmente de una manera que me haga sentir satisfecho; sin embargo, cuando hemos dejado de hacerlo, y ha transcurrido cierto tiempo, hemos tenido un par de encuentros casuales que, más que sorprendernos, han terminado por ayudarnos a cerrar un ciclo.

¿Qué tanto "necesitamos" tirar con esa persona para acabar con todo de una buena vez? No lo sé. En mi caso, tiene que ver con una cuestión de orgullo+ganas+pajazosmentales que deben ser resueltos para poder mantener una relación tranquila, sino sana, con quien alguna vez salí, y fue la fuente de mis pajas nocturnas, mis falsas esperanzas y mis histerias. 

Hace unos días le contaba a un buen amigo, que tengo un pata que está por hacer un gran viaje. Este sujeto fue alguien con quien salí hace un par de años, pero con quien nunca intercambie más que saliva las míseras veces que nos besamos. Ahora se va por no sé cuanto tiempo. Me ha dicho que fácil es un año, pero que si todo le va bien, se queda allí. Esa vez que me contó yo me estaba cagando de risa de cómo afinaba su bajo; todo lo malinterpreto, y él me sigue con la cochinada, y eso me encanta. Estaba tan perdido, entre mi arrechura y la sorpresa, que solo pude decir, ¡Oh!.

Sí, ¡Oh!, como si mi sorpresa fuese a penetrar sus oídos hasta traerlo a mí para conversar una última vez, pero yo soy muy ingrato, y él peor. Quizá debería llamarlo. Lo embriagaría con un vino, como me dijo mi amigo, y luego vería qué pasa. Soy el peor; tal vez, pero es que se va, y aún nada. Supongo que él me dirá "No, Maxtian, ¡no! ¡Estás locazo, carajo!", se reirá, solo se reirá (y yo con él).  



Besos, besos, abrazos, y que tengas un buen viaje.


martes, 11 de febrero de 2014

La Gran Baba

Llega un punto en la vida en el cual descubres que has intercambiado fluidos con el ex de tu amigo. Llega un punto en el cual simplemente asumes que es normal tener algo del otro, porque todos han tenido algo con todos, así sea un quicky en el baño de tu universidad, o de aquel bar. Sin embargo, lo gracioso es cuando se decide asumir  la postura del estrecho ignorante.

La situación es así.  Una reu;  todos en círculo, y XXX cuenta que alguna vez se la chupo a AAA mientras todos caían alcoholizados en el piso de abajo.  Luego, te sorprendes, te indignas -obvio-, y encima llamas perra a tu amigo, aunque hace un par de semanas le hayas enviado un par de fotos porno a su smartphone. ¿Por qué somos así? ¿Por qué nos cuesta admitir tanto que también hemos fornicado, o hecho sexting con AAA? ¿Por qué negamos ciertos encuentros sexuales?

Quizá sea una cuestión de dignidad(?). Claro, si dices que no te metiste con ese huevón, no tienes mancha, y apedreas pendejamente. Tal vez así parezcas menos puta, también. Parece floro, pero decir con quienes te has acostado es también una carta de presentación, que va desde del "Arrecho que nesecita testearse" hasta "Hasta las huevas".

Tal vez, porque quieres no  arruinar tu relación con ese amigo que es más celoso que el carajo, y jura que aún tiene dominio y control total sobre el cuerpo de su ex, aunque él se acueste con medio Lima, porque es soltero y hace lo que quiere. Entonces, quedarte callado no solo está bien, "es lo que tienes que hacer".

Otra razón, y probablemente la más triste, sea que el polvo fue tan malo, que para no cagarlo más, mejor no opinas. Caridad, le dices. Así no te sientes mal.

Sea cual sea la razón, la noche avanza, la fiesta termina, los días avanzan, y en algún momento te enteras que todos ya saben que se la comiste a AAA. Entonces, recapitulas, y te quedas cojudo. ¿Cómo pudieron enterarse!, piensas. Estás indignadísimo, totalmente jodido, pero te acabas de olvidar de un detalle: hace dos semanas le contaste en secreto a YYY del polvo de XXX con AAA. Caíste en el juego.

¿De qué sirve negar ciertos tires cuando eres parte del mismo mundo? No digo que tengas a mano un portafolio de todos por quienes has pasado o que expongas tus experiencias, pero, vamos, ser sinceros con uno mismo y los demás es básico si se quiere entablar buenas relaciones.  Además, hablar de los penes de ciertos tipos con tus patas puede ser todo un tema de conversación. La performance incluso puede dar otra reunión entera. Hay que verlo de esta manera: mejor que se enteren de tu boca, que de un blog de mierda.

sábado, 11 de agosto de 2012

Twinks

Son todo un tema de conversación. Los hay de todos los colores y sabores. Tienen una sección especial en cada página porno, y casi siempre está llenísima de comentarios de hunks o sugar daddies que parece, literalmente, babean cuando ven sus videos.

Estos últimos meses  siento que varios amigos están en un fuerte plan teen hunter, así no les guste aceptarlo, y no entiendo bien por qué. Me han contado, según sus experiencias,  que "los chibolos" son medio brutos, arrechos, inmaduros, pero tiernos y cute. Claro, aquí un punto a anotar: no importa qué tan bruto sea el chico, si tiene una bonita cara y un cuerpo cuidado, pasa.  Lástima del que no. Además, a diferencia de otros, "lo tienen todo en su sitio". También, a menor recorrido, mayor interés.

Dicen que es exótico tirarse a un adolescente, que es rico porque los twinks son tiernos, cariñosos, les puedes hacer lo que quieras y luego te dan "cariñito". Además, "¿quién no se ha metido con un chibolo alguna vez?". Otros señalan que les da más vitalidad, pues "le chupan" la juventud. Eso me parece loco.  Yo creo que ahí existe un rechazo por parte de ellos a admitir la edad que tienen, pues sueñan con verse siempre jóvenes. Vamos, que se puede tener 32 años, ser ágil, pero tampoco se puede ocultar así no más las patas de gallo que ya empiezan a figurar.

No comprendo bien el filin de follar con uno. Me parece sexy, otras tierno, pero no tanto como para desarrollar un twink alert cada vez que voy a una fiesta a bailar, como ciertos individuos que conozco. Cuando tenía 17, salí con un tipo que tenía 10 años más que yo, y acabé con la mano sudada. Admito que no me ponía tan horny como creo yo a él, pero fue una experiencia interesante. Sin embargo, otra vez, salí con un hombre de 28 años de edad y... ¡QUÉ POLVO! ¡Fue increíble, lo juro, el mejor masaje prostático ever! No obstante, no siempre solía darse así.

Un poco de twink pie es bueno. Si es cherry, mejor. Pero, ¡tampoco hay que ser pastelero!

jueves, 9 de agosto de 2012

Apatía

Últimamente ando más apático que de costumbre. Estoy así por una razón simple: no encuentro motivos que me hagan sentir feliz para seguir haciendo lo que he venido haciendo hasta ahora. Yo no creo que se trate de egoísmo, sino de autoestima. ¿Cómo uno puede desenvolverse dentro de algo que lo hace sentir incómodo? A veces, trato de descubrirlo, porque no tengo otra salida, como vivir en mi casa, por ejemplo.

Conozco varios amigos que viven super cómodos en sus casas, y otros, como yo, que tienen que salir de estas para así encontrar tranquilidad. Es curioso, porque, dentro del torbellino de ruido y luces de la ciudad, soy capaz de sentirme tranquilo conmigo y los demás. Confío en el extraño, confío en no enfermarme, en que no me atropellará un carro, o en mi andar, y es que tengo el control. Cuando estoy en casa, no me ocurre eso, lo pierdo. Eso me altera. Tampoco puedo estar solo encerrado en mi habitación sin hablar con nadie, sin siquiera bajar a saludar, solos mi cama y yo, porque "no es correcto". Sin contar que debo aguantar el carácter de los demás, que no me agrada en su mayoría.

He decidido que para cuando acabe la universidad saldré de allí, así pase hambre y frío. Lo hago por mí, no por nadie más.  Mi cuerpo no aguantará vivir 8 años más, como lo hizo mi hermana mayor, con mi mamá. Es complicado. Por momentos, me llena de miedo enfrentarme a los demás solo, pero es algo que debo aprender a hacer para subsistir. 

Ahora, respecto a salir con mis amigos, me gusta salir con ellos, pero me aburre ir a bailar. No sé por qué desde hace un par de semanas esta idea me hastía de solo pensarla. En realidad, no me desagrada el plan, sino lo que suele ocurrir, que cada uno se disperse. Como es habitual, cada quien toma su rumbo, se va con su agarre, y debo empezar a buscar otros amigos o conocidos para juntarme un rato y pasar el rato, aunque eso no haya sido en absoluto lo que haya querido. Curiosamente, cuando no salgo, todos van, y todos permanecen en grupo. No lo entiendo.

Tengo que agregar también que me es difícil acercarme a alguien que no conozco y hablar. Simplemente, no puedo. No me sale. Eso es algo que admiro de varios amigos míos, su capacidad para ser sociables. Me jode que muchos piensen que por ser comunicador voy a ser así, pues no. No siempre soy así, y mucho menos en una discoteca. Me siento imposibilitado de hablar con alguien cuando estoy frente a alguien poco conocido o extraño. Encima, me han dicho que miro horrible, lo cual sí lo creo, porque tengo una mirada de mierda en esas ocasiones. Pero, nuevamente, no es que quiera mirar así, mas me agarran en un momento desprevenido en el cual me siento indefenso. Es como un escudo invisible que me protege, aunque no siempre de la manera correcta. Por eso, en parte, no quiero ir a Matadero. A parte, va a estar el chato antipático, aunque a ese lo tolero.

No sé bien a dónde ir, o si seguir en esta dirección. Desearía dormir y encontrar una realidad paralela, aunque suena muy surreal, pero eso quiero. Ya veré cómo subsisto el fin de semana.



martes, 31 de julio de 2012

2012 - II

Llega un momento en el año, casi a la mitad de este, cuando descubres que debes tomar nuevos rumbos. La temporada pasada acabó con varios dramas. Un amigo terminó peor que Adele, después de su desengaño amoroso, cantándole al  desamor en su FB, luego renegando de él, y  finalmente publicando canciones de Ashlee Simpson. Otro, Jojo, viajó a Cuzco para hacerse una limpieza espiritual (y vaya que lo necesitaba). Se quedará allí por dos semanas más, espero que también regrese limpio del intestino. Por último, mis dos ex gyles encontraron "el amor de su vida" y están "enamoradísimos".

Yo no tengo ningún problema en estar con ellos, pero a veces me siento tan desconectado, que me pierdo en mis pensamientos, y empiezo a reírme solo. Es entonces cuando mis amigos me miran con cara de extrañados y pienso para mí: la cagué. Afortunadamente, mi apatía y antipatía desaparecen  las veces que salimos, lo que me permite compartir un buen rato con ellos. Sin embargo, por momentos, aterriza esa sensación de hastío y tengo que salir rápidamente de donde estoy, o mi lado Black Phoenix sale.

Newbies

Ok, lo amito, tengo serios problemas cuando de acercarme a gente nueva se trata. Resulta casi irremediable no convertirme en un patán cuando conozco a alguien, pero es que tengo que hacerle pagar piso. Sí, es atorrante, estúpido y cruel, pero no puedo fiarme de alguien que recién manyo. De todo esto, le hecho la culpa a mis ex-giles, ellos me enseñaron a desconfiar de los hombres. Pero, ¿por qué digo esto? Porque ahora último se ha ido agregando más gente al grupo, y no congenio tan bien con todos, simplemente me cuesta acercarme, decir una broma negra, un comentario tricky y reír con ellos. Me es complicado, porque siento que no estoy "en sintonía" con ellos. Acabo de sonar viejísimo, i know...

Aunque, más que irritarme que se adhieran, quizá lo que más me jode es que algunos amigos, como Jojo, ya no me digan para salir a caminar o para hacer sus huevaditas arties, que no me agradan del todo, pero las acepto y convivo con ellas. Me molesta, supongo, tener que admitir que debo abrirme espacio entre nuevas personas para decir: Hey, soy Max, aún vivo...!

Status: En una relación (NO amigos)

 Encima, como si lo anterior fuera poco, algunos de ellos y exgyles han adoptado la postura de  no salir con sus amigos cuando están con flaco, o sea, ¿what! Me saca de cuadro que haya hombres que se cierran y solo paran con sus chicos de aquí para allá. No tengo ningún problema con que ellos tengan pareja, con que convivan con ellos, o hagan los que se les da la gana, pero iniciar una relación "formal" no es motivo para desaparecerse y luego, finalizada esta, volver cual perro arrepentido a la camada y decir: Ay, pucha, ya no salgo con fulanito... ¿Qué harás el finde? Mis pelotas si creen que los voy a recibir con los brazos abiertos, antes un lapo por cojudos.

Nuevos horizontes

No hay nada seguro sobre lo que me depare estos últimos meses del año. He cambiado de look. Me alegra saber que Proyecto de Cambio va bien encaminado. También, que en Octubre se realizará la Felafuck, será la mejor semana del año de lejos. Mi amigo sufrido tiene un plan entre manos, mis ex-giles están insoportablemente llenos de amor, y yo un poco harto de convivir con mi primo, no sé cómo avanzará todo.

Nos vemos!

domingo, 6 de mayo de 2012

Gay friendly, but...

Ser homofóbico no es cool. Eso es claro. El gran problema es que muchos no adoptan tal etiqueta por parecer "menos liberales" o "modernos" frente a los demás. Varias personas ahora son "tolerantes" con el otro, pero, ¿qué implica serlo? En resumidas cuentas, tolerar es coexistir con otro individuo con quien no se comparte características casi a regañadientes. Así, muchos ahora se consideran gay-friendlys, pero tienen un límite.

Yo tengo varias amigas, y muchas me consideran su amigo gay favorito. Así mismo tengo amigos que ven peliculas porno en las que aparecen alguna pareja lésbica manteniendo sexo, pero, ¿qué pasa si las primeras ven a dos mujeres besándose, o si los segundos ven a dos hombres haciendo lo mismo o con las manos cruzadas? Se asquean. De alguna manera, desarrollan una especia de homofobia selectiva. Entonces, la chica ragia, puede tener amigos gays, pero una lesbiana "le da cositas", o él, chico cool, "todo bien con los gays", pero se aleja si ve a dos cabros besándose. Ni qué decir si alguno se cruza con un transexual en la calle.

Tolerar no es reconocer los derechos individuales del otro a manifestarse con naturalidad; es usar una careta para escapar de un problema y reservarlo para la intimidad, aun cuando esta se discuta en términos legales y estancias públicas. Aceptar al otro, por el contrario, demuestra aprobar la diferencia de sujetos en un mismo espacio, y el reconocimiento de derechos y facultades individuales como personas en su sentido más básico. Lamentablemente, esta tolerancia se ha generalizado a tal punto, que muchos la adoptan como algo normal cuando no es así.

Me resulta alucinante ver cómo varios amigos proclaman la equidad de derechos y oportunidades para los homosexuales, menos para las locas, trans., etc. Es increíble ver cómo la discriminación está presente, aunque de forma subrepticia, en las mentes de varias personas que estimo. Algunas veces, cuando me encuentro en tales situaciones, opto por guardar silencio y escuchar cada una de sus palabras; después,  exploto y despotrico todo lo que sé, otras me quedo callado y pienso: qué cagada.

Sin embargo, lo más peligroso e impresionante es saber cómo entre mismos homosexuales se discriminan por conductas, como si una acción o gesto pudiese definir un grado de gaycidad, por así decirlo. Hay caletas que discriminan locas; ragios que discriminan cholas; homosexuales hipsters que discriminan gay plásticos; hombres old school que discriminan bebitas; y la lista continúa. No hay peor homofóbico que un homosexual mismo. 

Ante tal situación, solo queda informarnos mejor frente al asunto y hablar, demostrar que no existen categorías más que las impuestas por el estado respaldado por ciertos grupos de poder, y que estas son, muchas veces, des-contextualizadas. Varias noches me pregunto qué podría hacer cambiar esta situación, y creo que lo mejor es hablar del asunto de cierta manera que pueda ser interesante y clara. Desde este pequeño rincón, hago un poco más, pero no es suficiente. 

En estos momentos, siento que me gustaría hacer más para informar mejor sobre tal asunto. Por ello, estoy en busca de ideas para desarrollar un proyecto que ayude a discutir, informar y desmitificar diversos asuntos sobre la cuestión gay en mi región. Todas las sugerencias serán bienvenidas. Finalmente, pero no por último, invito a mis lectores a conversar sobre esto con sus amigos, parejas, padres, hermanos, etc.; intercambiar opiniones; informarse más, y generar un pequeño cambio desde adentro.

viernes, 20 de abril de 2012

Relaciones "humanas"

Llevo un par de meses sin poder socializar bien. A decir verdad, siento que no hay mucho que pueda hacer en Lima para distraerme. No me gusta Sargento, Lola; Tizón más o menos. Tampoco he ido a Help, Aura, Gótika, Nikita, Voce, Ayahuasca, Picas, etc. Siento que todos los asistentes son brutos poseros. Mejor dicho, en mi experiencia, cuando he preguntado por quienes van, me he llevado varias decepciones con la gente. Sí, soy un prejuicioso de mierda, pero el que no lo haya sido una vez me puede spamear ahora mismo. Me gusta Matadero, pero es una vez cada mes, y acabo sofocado de calor.

Un amigo me dice que el problema soy yo, y que no es el lugar, y que la gente con la que me rodeo pesa bastante en mi experiencia. No me gusta estar rodeado de personas que no conozco. Me pone muy tenso. Cada vez que me ocurre, empiezo a pensar mucho y a observar todo, hasta el mínimo detalle. Desarrollo una especie de barrera contra la estupidez y lo extraño.

Hace un par de meses fui a la gorda. Estaba en la puerta fumando feliz y tranquilo mi cigarro con un amigo y una amiga cuando vino un conocido nuestro con sus acompañantes. Luego del hola/chau, un tipo se quedó fumando con nosotros. El sujeto no dijo ni una puta palabra. Con las justas, le dijo algo a mi amigo que ni él comprendió y, luego, el silencio. He de admitir, que el muchacho era guapo, pero su idiotez y silencio me asqueo horrible. Al finalizar mi cigarro, intentamos ingresar y el huevón nos dijo que lo esperásemos: O sea, WHAT?! Eres un maniquí, ¡y quieres que te esperemos? Me llegó al pincho y entré, mis dos amigos se quedaron con él. Claro, nunca me volvió a hablar.

Adentro, me quedé en off, como siempre, mirando todo. De pronto, me invadió el asco de nuevo y la frase vino más fuerte que nunca: ¿Qué carajo hago acá con estos? Sí, estos, porque no se les puede decir ellos, pues no sé si son personas o no. Claro, no todos los que participan son unas bestias, lo sé, pero me cuesta creer que entre todos esos desconocidos habrá alguien que use sus neuronas, y me pregunte algo más que qué hice la semana pasada o de dónde vengo.

El problema es que ahora, incluso con amigos, cuando ellos vienen con nuevas personas que me dan una mala impresión mi cara es tan poco expresiva, que me acaban dejando. Sí, pues, no tengo maneras de encaletar cuando alguien me cae hasta el culo. Simplemente, mis músculos faciales se transforman y expresan milimétricamente todo lo que siento. Es así.

Nunca me olvidaré de una vez que salí con un tipo que no conocía 500 days of summer, y que solo oía música bachata, pues lo demás era un plano paranormal  para él. Ese día quise suicidarme un poco cuando caminábamos por el malecón. Francamente, hay cada idiota. Recuerdo que no podía hablar de nada con él. Le intentaba conversar sobre diversos temas, pero nada. Parecía una asquerosa máquina, que solo escucha música tipo Mr. Fish, va al gym, tonea en Aura, y asiste a una universidad para que digan que está en una. Un desastre total.

Lo mismo me ocurre con los imbéciles hipsters asquerosos que van a Sargento o al Centro, porque son darks, y los demás son parte del mundo consumista, pro-capitalista; es decir, ¿qué carajo? Todos acá consumen de una u otra manera, y hacerce los antis para ir a bailar a un sitio "underground" no los libera del mundo, por ciacaso. Es más, el lunes mismo estarán de vuelta en sus salones de la pucp o la ulima y leerán un ejemplar de Nietzsche que les costó 57 s/. en Crisol.

Dicho todo esto, no sé qué chucha hacer este viernes. Quizá vaya a la gorda, todo sonriente a saludar y no ser tan paria como siempre. Tal vez, espero, ruego (quiero creer que sucederá) encontrarme con algún conocido con quien pueda conversar algo, para no sentir que boté mi plata al tacho, y así no regresarme pensando en el taxi: ¿por qué mierda fui y rechacé la comodidad de mi cama?

domingo, 8 de abril de 2012

Antes de seguir...

De acá a un tiempo varios conocidos y amigos han empezado a trabajar, o llevar a cabo ciertos proyectos personales. Me da mucho gusto por ellos, pero también me preocupa que hasta ahora yo no haya hecho nada. Quizá, creo, me he concentrado tanto mi mundo y existencia, que he dejado de lado la praxis. Esto me aterra un poco, porque no me gustaría convertirme en una maquina idealizadora incapaz de llevar algo a cabo. Sin embargo, siento también que aún tengo varias cosas por aprender.

Usualmente, me veo envuelto en una serie de disyuntivas. Por un lado, quiero llevar a cabo ciertos planes, como viajar, mejorar el blog e incrementar mi utilería para pintar mis acuarelas. Pero, por el otro, debo conseguir dinero trabajando de algo. No tengo un hermano Theo, como Vincent, que me apoye incondicionalmente, sino las cosas resultarían más simples. Tampoco puedo dejar descuidados mis estudios, porque me gusta ir a a universidad a aprender. Esto sumado al hecho de que a veces veo HUEVADAS que hacen ciertos conocidos, que ganan plata, a causa de la estupidez de otros, que me parece fatal, pero astuto, me da mucho para pensar sobre si seguir ahora o esperar.

Cruzan mi mente, de pronto, esos títulos que tantos chicos se ponen con el fin de mostrarse "especializados" en ciertos topics, cuando tienen casi nada de experiencia. Por ejemplo, ahora último varios wannabes que creen que porque tienen sus cuentas en Pinterest, Flavors, Tumblr, o porque son "Tweetstars", son capos usando las redes sociales. Tener 1500 o 2000 seguidores con 300 trolls  y no sé cuántos bots no convierte a uno en Community Manager. Lo mismo pasa con los Stylist. Ahora cualquier huevón que tenga un blog de moda, o haga su ropa "independiente", se jura fashionista, pero ni siquiera es invitado a eventos o pasarelas, sino que jala todo de internet. Lo mismo pasa con los nuevos "Directores de Arte", "Relacionistas Públicos" por citar algunos casos.

Resulta exasperante ver cuánto tipejo se ha hecho "popular", solo por pisotear a otros, o porque hizo cosas que gustaron un primer momento, pero luego no. Pero, más extraño es ver a la gente ignorante que le sigue. Me llega altamente a la punta del glande que varios "comunicadores", "diseñadores", etc., se aprovechen de la idiotez de varios para vender, o sobresalir, aunque luego acaben como flops. Por eso, quiero avanzar bien, de a pocos, pero seguro y sin hacer cojudeces.

Tengo algunos retos que debo enfrentar, mas debo continuar.  De alguna manera, quiero sentirme más vivo; hacer lo que quiero bien, aunque no gane dinero; sentirme tranquilo cuando mire atrás de mí.

martes, 13 de marzo de 2012

Carta a un torpe que dejó de ser amigo

A ti:

¿Cómo te va? Espero que estés pensando sobre las ultimas decisiones que has tomado, y sobre las personas que has conocido hace poco. Me apena ver cómo aquella gente que creyó en ti ahora se aleja, entre los cuales estoy yo. La verdad, me siento más decepcionado, que triste. Ya no eres el chico colegial que me mintió sobre su sexualidad, y al cual intenté conocer más, porque me parecía atractivo. No, ahora eres un cojudo que se deja llevar por una cara operada y unos billetes con el simple fin de pasarla bien. Qué patético te ves desde mi sitio.

Hace tiempo dejé de cuestionarme por qué nuestra amistad se fue al tacho, pues descubrí que la razón de todo era tu manía por hacerte creer a ti mismo algo que no eras. Te engañaste, les mentiste y ahora estás jodido. Quizá ahora todo pinte genial, pero tus errores ya están. No pudiste perdonarme aquella vez que fuiste a mi cumpleaños y, claro, cómo ibas a hacerlo si ni siquiera lo habías hecho contigo. Me gané odio, enojo, no solo tuyo, sino también de otros. Me equivoqué alguna vez, pero no fui tan marica como tú para negar lo hecho, y pretender que nada había pasado.

La gente no es cojuda, sabe, se informa. Si tú no dices la verdad, busca la manera de conseguirla. ¿Cómo saben que mientes? Es obvio, tu mismo engaño ha creado toda una red de mentiras que ponen en duda hasta tu aliento. Hace años pretendí ocultarme ante los demás como una víctima, que sí lo era en parte, pero solo me llevó a un camino más cruel. Equivocarse no está mal, pero tú no admites errores si no te convienen. Por eso, pides perdón cuando estás encasillado, cuando la has cagado, cuando la amistad corre peligro.

Hoy conversaba con aquel que te quiso mucho, pero al que no trataste bien después de todo. En tu defensa, puedes decir que yo no he participado del asunto como para comentar, pero te puedo decir que no es necesario ser un erudito para ver que la fregaste como ya lo habías hecho anteriormente. Encima, te metiste con una puta, y no cualquiera, un arribista. Y, es que eres tan conchudo, que te importa poco el qué dirán cuando nadie te ve, pero ante los demás usas tu máscara de caleta. Un asco, pues. Qué horrible saber que te usas para aprovecharte de los demás.

Esa fue la razón por la que no te llamé, por la que no te envié un mensaje para salir "a divertirnos" como los viejos tiempos. Sabía de todo el rollo que estaba armándose, y no me quise envolver. Me siento más cercano de comprender a tus ex novios que a ti, y jamás pensé decir esto, pero es así. Solo espero que te sepas levantar luego de tu choque. Por ahora, quiero seguir sin ti. Es lo mejor.

Chau

sábado, 3 de marzo de 2012

Noche de La gorda

Ayer fui a aquel antro de nuevo. Mejor dicho, al nuevo local con la misma gente del antro antiguo. Hacía más de 3 meses que no iba, y casi nada había cambiado: las mismas personas, las mismos grupos, la misma música, los mismos tragos, el mismo ambiente incómodo en el cual no socializar es una condena. 

Pensé en verme ayer con un amigo para salir, tomaríamos unas cervezas y luego a bailar. La esquina de Vivanda de Pardo sería nuestro punto de encuentro. Llegué puntual, pero no vi a nadie, hasta que reconocí a una hipster con un tipo gordito qruzando la pista. Eran Nino y Al. Nos saludamos. Iban acompañados de una cerveza cada uno, felices, tontos, picados al fin y al cabo. Intercambiamos un par de palabras y dimos una vuelta. Llamé a mi amigo, pero no pudo venir, porque "se le presentó un inconveniente". Estoy harto de esas mentiras, así que no dije nada y colgué. Estaba oficialmente sin planes, pero tenía la compañía de mis dos amigos.

Caminamos un poco más, y entramos a Vivanda por un pack de cervezas. Fuimos a hipstercueva, conversamos, quedamos en ir al nuevo lugar, tomamos, fumamos. Me encantó que todas las puertas del pasadizo del noveno piso sean rojas con las paredes blancas. Le otorgan mucha eroticidad al espacio. Supuse que tirar ahí debe ser excelente. Le he propuesto a Nino que un día de estos me preste su oficina para hacer travesuras. Ella ha accedido con gran facilidad. Será cuestión de ver cómo y cuándo es.

Faltando 20 minutos, marchamos al dichoso nuevo lugar. Entramos, estaba muerto. Daba más pena que una fiesta temática en lola, los cigarros se habían acabado. Jodidos. Decidimos caminar hasta el grifo Pecsa del Ejercito pasando el segundo óvalo. Como Nino estaba ebrio, y yo y Al necesitábamos nicotina, el trayecto resultó no tan largo. Nos reímos el tiempo que duró, hasta que regresamos. Fumábamos en silencio, hasta que vino Ignacio con su novio y su grupo de amigos.

Juro que traté de ser amable e integrarme. En serio, hice todo lo posible por tratar de soltar algo más un hola, pero no lo conseguí. No podía. De nuevo, me invadió ese asco, esa repulsión hacia la gente que tiene la asquerosa manía de cerrarse. Era más que suficiente para mí. Lo peor de todo, es que tuve que esperar como imbécil en silencio a un tipo x para que Al se digne a entrar con todos. Allí me percaté que sería una larga noche.

El local se empezaba a llenar de hombres, abrazos, besos, risas, más asco. Me puse a reflexionar sobre por qué me daba tanta náusea estar en aquel sitio. Hace aproximadamente un año cuando fui  la pasé bien, pero ahora todo era distinto. Las personas habían cambiado, pero muy ligeramente, entonces, ¿había cambiado yo? Reflexionaba sobre esto, y la falta de motivaciones para lanzarme a mantener contacto visual con un chico o para integrarme en un grupo, hasta que me di cuenta de que Nino no estaba a mi lado, tampoco Al.

Le intenté preguntar a Ignacio dónde estaban, pero él yacía ocupado saludando a sus conocidos. Me fui al baño a lavarme la cara, a ver si así me despertaba de tal pesadilla, pero nada. En cambio, una amiga cansada y demacrada me recibió en la puerta. Ella ya no podía, yo tampoco. Mucha mierda por un día. Me marché cansado, con la herida que me ardía, pensativo, decepcionado, ligeramente triste y más estúpido de lo normal. Me propuse no volver a ir, pero quién sabe cómo será el próximo viernes.

jueves, 1 de marzo de 2012

Una pausa

Hace unos días estaba un poco deprimido, porque no encontraba aquello que me hacía simpático.   Aún busco eso. Divagaba en mis pensamientos cuándo fue aquella vez que me miré en el espejo y me di cuenta que era diferente, que había cambiado, que había dejado la ternura por algo más. Buscaba un periodo en el tiempo, y quizá fue cuando cumplí 19, no estoy seguro. Estaba sumergido en plena angustia hasta que un viejo amigo se me acercó a hablarme. Le comenté sobre mi problema, sobre los caminos que tomamos, y caí en cuenta que parecía  irreconocible. 

Años atrás me hubiera bastado más de un par de minutos para expeler, casi involuntariamente, algo de coquetería. Ahora ya no ocurría eso. Mientras hablábamos, veía que él guardaba en sus memorias la imagen que otros tantos chicos aún conservan de mí: la de un flaco dulce, con cabello ondulado y largo, suave,  y ojos grandes. Él me recuerda así, pero ya no soy así. Le expliqué cómo me miraba, pero que aún no me reconocía del todo. Yo sé que le jodió admitir que el tiempo pasa. En verdad, creo que le molestó más verme así. Empezamos a hablar del rumbo que cada uno siguió.

Él conoció un tipo de mi edad. -Mírese cómo utilizo la palabra tipo, y no persona, porque me siento en posición de guardar distancia de ese sujeto-. Se lo tiró un muy buen par de veces; le abrió su pequeño corazón, pero el muchacho desapareció, casi se podría decir que se esfumó. Aun así, él lo recuerda con tristeza y sonrisa las veces que sintió su piel y afecto. Yo, en cambio, salí con varios chicos con ganas de experimentar ser amado, pero ninguno de ellos tenía ganas de querer. Acabé cagado dos veces, y decidí enclaustrarme por sanidad espiritual. Callamos.

Estábamos en silencio cuando lo rompí para comentarle sobre ciertas cosas muy mías, y a dónde había llegado a parar con los hombres. Él se asombró un poco, me dijo que era un estúpido, que ya no tenía amantes porque no quería, que todo era cuestión de actitud. ¡Actitud, Qué pichulada es esa? Le insulté un poco, sonrío. Para ser pasivo, tienes un carácter... El me aguantó, y me dijo que sí, que todo se basaba en eso, que por último actuase mi interés y dejase de lado mis problemas mentales antes de acostarme con un hombre para así simplificarme la vida. El problema es que me gusta lo difícil, lo trillado, lo imposible, aunque me haga mal.

Me dijo algo que vengo oyendo desde hace un par de meses por varias bocas, que mis problemas mentales espantan a los hombres, a pesar de lo atractivo que quizá llegue a ser.  He llegado a creer que tal vez sí es cierto, que mis dudas, mis pajazasos mentales, aterran, pero es que no puedo controlar mis demonios así no más. Se me escapan por los poros. La gente cree que es fácil para mí salir con un tipo sonreír; lanzar un comentario astuto; sonreír más, y llevar una conversación inteligente a una más morbosa, pero es complicado. Hace tiempo decidí no ser estúpido. 

No tenía más que decir, nos miramos un largo rato. Es difícil para mí aceptarme luego de todo lo que ha pasado. Como si eso me bastara, la operación... La piel es más fresca y sensible que antes, pero con el tiempo pasará. Extraño intercambiar palabras por besos, helados por sudor o sexo por tardes. Debo explorarme más. Aprender más de mí. Como le dije a un amigo, estoy viviendo una segunda pubertad  un poco más jodida que la anterior. Lo bueno de todo esto es que tengo herramientas para salir bien librado.

A aquel amigo, ex amante, le despedí con un beso en la mejilla. Sé que no le gustan las mariconadas, pero a mí me deja, porque soy yo. Ojalá lo vea en un par de meses. Se extravía igual que otros tantos, pero regresan. Cuando llega la tarde, vuelven. En cuanto a mí, quiero jugar un poco cuando esté más recuperado.

lunes, 23 de enero de 2012

Noche de verano

Ayer tuve que esperar un buen tiempo, hasta que llegasen. Creo que el karma me empieza a cobrar factura por las veces que yo hice aguardar a mis amigos. Está bien, debo aprender. Sin embargo, mi parada fue muy especial. Me reencontré con Jojo por casualidad en la calle, y uso justamente ese verbo "reecontrar", porque pudimos establecer contacto. Fue genial verlo ayer, a pesar de que él andaba un poco estresado porque Javicho se demoraba en llegar.

Estábamos sentados, hablando, y me di cuenta de que en verdad lo extraño. Es mi Effy, mi amigo petoto; el hipster, artie, indie, que me acompaña. Nos pusimos al día con nosotros mismos, y luego vinieron los demás chicos. Me fui con un grupo a lola, y él con otro a luz verde. Nos debemos otro update.

Entré y era la misma mierda de siempre. Parece que Fiestas no tiene nada de creatividad para hacer algo diferente aun teniendo consejos y puteadas de otros, pero, bueno... Me encontré allí con Fer y Rafa. Empezamos la lora, y estuve con ellos tomando cerveza, hasta que un amigo me jaló para volver con mi grupo inicial. Luego de un rato, salí a fumar. En la puerta, vi al mismo sujeto que me tiraba con la mirada en el vale el año pasado; al mejor amigo de un ex-gyl, y a algunos pokemones nuevos.  

Volví a ingresar, el lugar comenzó a llenarse, hasta que abrieron el segundo piso, y un buen grupo se pasó a arriba. Entre ellos, mis amigos y yo.Yo no sé bailar latin, y ellos empezaron a joderme, mientras intentaban enseñarme a "moverme". Si alguna vez han visto a un gringo bailar salsa por primera vez, pueden tener una idea del fiasco que soy para bailar bachata, cumbia y toda esa nota... Sufría yo con mis pesadísmos pasos de baile, hasta que me acordé de Fer. Odio que siempre me pase esta cojudez.

Bajé a buscarlo, pero no lo encontré. Se había ido. Quería despedirme, pero no pude. Lo cortés no quita lo valiente, o eso intenté aplicarlo. Subí a seguir con mi tortura otra vez. No recuerdo bien por qué bajamos, pero lo hicimos. Estaba harto de bailar latin, y jalé a un amigo a la pista de electrónica cuando lo vi . ÉL bailaba guiado por los movimientos senxuales de su chico mientras las luces jugaban con las sombras de sus cuerpos. ÉL la estaba pasando increíble; yo intentaba ubicarme en la situación cuando caí en cuanta que sonaba Stronger. 

Pensé: This shit is real life. Me reí. Canté vivamente toda la canción hasta que termino. ÉL se llevó al muchacho a otro lado, y yo bailé un par más. It's my life no pudo ser más precisa en ese momento. Luego, me reuní con los míos. Estuvimos tomando un trago y riendo hasta el final. Embarqué a mis amigos, y tomé un taxi de regreso a casa. Felizmente, el conductor no era un tipo arrecho.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Matadero



Para variar, llegué tarde. De aquí a un tiempo parece que mi cuerpo se hubiera amoldado a la enfermedad de la impuntualidad.  Decidí, ya que no encontré a nadie, ir a comprar puchos a Metro. La cola era inmensa: típico de Miraflores en la noche. Esperé un rato, compré y me fui directo a barranco. No sabía si los vería  allí, pero no perdía nada yendo.

Me encontré con Loreto, Rodrogo, Laceado, Jojo y Almendra, nuestra happy amiga. Todo estaba tranquilo, hasta que la gente empezó a venir. De pronto, apareció la perra acompañada de punto #1. Nos saludamos con abrazo y besito, como íntimos que somos, y pronto volvimos a lanzarnos flores. De rato en rato aparecía con una nueva noticia. Había visto por ahí a su ex acompañado de sus amigos. Me hizo saber que allí estaba 6942386 veces, pero poco le importó para satisfacer sus necesidades caninas.

Laceado no solo estaba un poco aburrido, porque no pasaban Britney, sino también liciado. El costurero no paraba de hablarme, pero como mi atención es disipada no podía prestarle atención todo el rato, lo cual hizo que dejara de hablarme y se vaya con Jojo. Rodrogo, por su lado, gorreaba cerveza a más no poder. Yo me movía por todo el local viendo algo interesante o un suceso importante, pero todo parecía normal. Jojo desaparecía y venía cada vez más ebrio. Algunas veces me sonreía y me quería decir algo, pero se quedaba mudo y se iba.

Me llegó al pincho todo, y compré una cerveza. Empecé  tomarla, hasta que entró la ex-gordita escolar e inmediatamente desaparecí con Rodrogo. Sorry, pero hay figuras que mis ojos no toleran, y mi risa tampoco. Estábamos rajando cuando vi al pobre diablo enamorado de pie en una esquina con la chica de cerquillos de colores. Él me miraba con cara de mosca muerta, porque quería acercárcele a Rodro, pero no hacía nada. Ay, chico, tiene que ser más lanza. Después de que nuestras lenguas se gasten, volvimos con el grupo.

El punto #1 ya se había ido, y era turno del #2 . Estaba de morado, obvio, como un flete. No nos dirigió la palabra , por suerte. Jojo estaba ebrio, y emocionado. El chico que le había echo ojitos hace rato estaba solo en una esquina. Ni lento, ni perezoso se lanzó a la aventura. Admito que las siguientes imágenes que tengo registradas en mi cerebro son muy fuertes como para describirlas, por lo que pondré solo palabras para que se hagan ideas: Agarre, Abrazos, Hombros, Suciedad, Arrastre, Baño, Sofá, Caos. Un verdadero matadero, ¿o debería decir 'Social Suicide'?.

La perra acabó mezclándose con el otro pasivo formando un panetón de pura pasa. Yo no podía creerlo. Loreto y Laceado se habían ido luego del roche, y Rodrogo seguía tonenado con Almendra 'en memoria del caído'. No podía más. Mis ojos estaban cansados, y luego de todo lo que vi y oí decidí que era más que suficiente por una noche. Así que me despedí, tomé un taxi y me fui directo a casa. Fue una noche divertida. En el camino, agradecí que no me tocase un taxista arrecho. Milagro de navidad, dicen.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Back to 2010

Un comentario antes del próximo devenir

Ayer, mientras caminaba con él descubrí que todo está por cambiar. Sí, todo se va a ir a la mierda una vez más. No es su culpa. Tampoco la mía. Es el rumbo de las cosas. Él siempre ha buscado estar con aquellos que guardan una relación más o menos estable, y ahorita todo se esta resquebrajando. Sí, puedo ser un fatalista jodido sobre mi situación actual dentro mi círculo de amigos, pero las columnas ya están rajadas, y no hay ningún albañil dispuesto a restaurarlas. Además, yo creo en los augurios de Enrico. Es cierto que a veces habla huevadas, pero su voz tiene algo que me resulta convincente, y eso me basta.

Solo me faltan 2 cosas para que sea 2010. La primera es un chico que me guste, pero un culo. Que sea de aquellos por los que he llorado meses, y por los que he jurado odiar a algunos de los chicos con los que se han tenido algún tipo de encuentro íntimo. Lo segundo es conocer nuevos amigos. No puedo estar deprimido todo el tiempo, o acabaré maltratándome con pensamientos absurdos sobre una realidad que no existe. Necesito de nuevos amigos que me hagan volver en mí, porque, valga la curiosidad, ando muchas veces volando.

No estoy seguro si pueda soportar todo lo que se avecina. Por si fuera poco, él piensa viajar a Argentina, y mi nana ya no estará más conmigo. ¡Maldita sea! Todos mis seres queridos se largan, y me dejan a merced de Lima y su triste invierno. Me llena de felicidad que viajen para cumplir sus sueños, pero se me parten las esperanzas al imaginarme el día... Lloraré mucho si así ha de cumplirse. Soy sensible, y tragarme las lagrimas es ahogarme en mí.

Enrico nos vaticinó ayer que él y mis amigos nos íbamos a seguir viendo, pero en círculos más pequeños. Le declaró un verano blanco, y a mí uno rosado. Luego naranja para él, y amarillo para mí. Père du jour, ô soleil, ô mon pére! ¡Todo lo que nos espera en este 2012! Mi papá, que es otro  vidente,  piensa que el año que se viene será uno de transformaciones en el cual ocurrirán sucesos alucinantes que nos harán cambiar. Bueno, el suceso ya tocó los pies de mi papá y los de familia, en verdad: mi hermana mayor viajará a Barcelona a cursar una maestría. ¿La veré en un año, dos? No lo sé. Siento que va a pasar un tiempo hasta que los cinco nos podamos reunir...

No pienso en otra cosa que no sea Castor et Pollux. Sí, esa obra de Rameau. La muerte es tan importante algunas veces para avanzar con una historia. La siento presente entre nosotros, y no me da miedo caminar a su lado, sino saber qué hay más allá cuando me suelte la mano y deba marchar por mí mismo, y ellos también. 

La gran transformación

No sé cuándo llegue, pero estoy seguro que me daré cuenta que la estoy viviendo. Quiero sentirme en paz cuando me toque. Espero haber completado 2 o 3 cuentos más para ese entonces, y haber empezado un par de proyectos más. Falta poco para darle la mano, y avanzar. Ya veremos qué pasa cuando me suelte.


domingo, 23 de octubre de 2011

Ajustando la inocencia

Cuando me pidieron escribir este post, nunca pensé que fuera a tomarme tanto tiempo redactar una parte de mi vida que pensaba ya había quedado en el pasado.

Regresar siete años en el tiempo y recordar a quien fue el primer amor de mi vida no es una tarea sencilla. Conocí a R cuando tenía catorce años y él veintiséis. Sí, nos llevábamos doce años de diferencia y aún hoy me pregunto cómo hice para estar tres años de mi vida con una persona que en cualquier momento decidiría sentar raíces mientras que yo ni siquiera había comenzado a vivir.

Hoy recuerdo esa experiencia con mucho cariño y nostalgia pues nuestra relación dejó una gran huella en mi vida por todo lo que sucedió debido a su existencia. Por esas cosas de la vida, antes de conocerlo, me había contactado con L, un chico de dieciocho años que resultó siendo su ex. Por un motivo que jamás entendí (o, por lo menos, no recuerdo haberlo hecho), R y L no se llevaban bien, por lo que el segundo decidió advertirme sobre el primero y sus intenciones conmigo.

Según L, lo único que R buscaba en mí era el sexo. Yo aún no había mantenido relaciones con nadie y eso era lo que más le emocionaba a mi entonces enamorado. Debido a que R siempre había sido respetoso conmigo y nunca habíamos hecho más de lo que yo quería (hicimos cosas, sí, pero nunca me penetró porque sabía que aún no me sentía listo), no creí ni una palabra de lo que L me decía por MSN.

Lo que nunca me imaginé, es que mi mamá descubriría esa conversación y, entonces, mi mundo sufriría uno de los cataclismos más devastadores que he conocido. Debí pedirle a R que se alejara de mí y mis padres perdieron toda confianza en mí. Sesiones con una psicóloga, largas conversaciones y amenazas de mis padres también acompañaron esa etapa de mi vida. Tenía mucho miedo, era un niño y estaba solo.

Pero lo peor, recién llegaría después, cuando pude volver a contactar con R y éste me dijo que seguiríamos siendo enamorados porque me quería. Yo aún no cumplía los quince y luego de tan terrible experiencia, solo confiaba en él. Y aunque juntaba cada sol de mi propina para poder llamarlo de un teléfono público (nunca de mi celular o de mi casa, por temor a que nos encontraran) y cada martes lo esperaba sentado junto a la puerta de mi hogar, él nunca más llamó y, lógicamente, nunca llegó a buscarme.

En ese momento, yo no lo entendí. Ahora, a los veintiún años, sé que lo hizo porque tenía miedo de ser descubierto, lo que nunca me quedará claro es por qué no terminó conmigo, por qué tuvo que esperar casi tres años a que yo le dijera que lo nuestro no iba más.

Aunque en esa época no lo pensaba, ahora sé que lo más probable es que él estuviera con otras personas mientras yo esperaba, tan solo, una llamada. Es extraño saber que no le guardo ningún resentimiento y que si tuviera la oportunidad de volver a vivir esa experiencia, la aceptaría gustoso.

Quizás no tuve una relación normal, quizás ni siquiera una adolescencia como otros chicos de mi edad. Pero debo admitir que aquella turbulenta situación me ayudó a crecer mucho y aprendí que era más fuerte de lo que me había imaginado jamás. Lamentablemente, las cosas no se dieron como me hubiera gustado y durante tres años me sentí culpable porque creía que no podía cumplir con mi rol. Ahora sé, que yo no era el único que estaba equivocado.

El post fue escrito por un amigo mío al que le tocó vivir una relación con alguien mayor. Sé que no ha sido una tarea simple, pero me da gusto que la haya podido finalizar. Gracias por compartir esta experiencia, Steffano.