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lunes, 23 de enero de 2012

Noche de verano

Ayer tuve que esperar un buen tiempo, hasta que llegasen. Creo que el karma me empieza a cobrar factura por las veces que yo hice aguardar a mis amigos. Está bien, debo aprender. Sin embargo, mi parada fue muy especial. Me reencontré con Jojo por casualidad en la calle, y uso justamente ese verbo "reecontrar", porque pudimos establecer contacto. Fue genial verlo ayer, a pesar de que él andaba un poco estresado porque Javicho se demoraba en llegar.

Estábamos sentados, hablando, y me di cuenta de que en verdad lo extraño. Es mi Effy, mi amigo petoto; el hipster, artie, indie, que me acompaña. Nos pusimos al día con nosotros mismos, y luego vinieron los demás chicos. Me fui con un grupo a lola, y él con otro a luz verde. Nos debemos otro update.

Entré y era la misma mierda de siempre. Parece que Fiestas no tiene nada de creatividad para hacer algo diferente aun teniendo consejos y puteadas de otros, pero, bueno... Me encontré allí con Fer y Rafa. Empezamos la lora, y estuve con ellos tomando cerveza, hasta que un amigo me jaló para volver con mi grupo inicial. Luego de un rato, salí a fumar. En la puerta, vi al mismo sujeto que me tiraba con la mirada en el vale el año pasado; al mejor amigo de un ex-gyl, y a algunos pokemones nuevos.  

Volví a ingresar, el lugar comenzó a llenarse, hasta que abrieron el segundo piso, y un buen grupo se pasó a arriba. Entre ellos, mis amigos y yo.Yo no sé bailar latin, y ellos empezaron a joderme, mientras intentaban enseñarme a "moverme". Si alguna vez han visto a un gringo bailar salsa por primera vez, pueden tener una idea del fiasco que soy para bailar bachata, cumbia y toda esa nota... Sufría yo con mis pesadísmos pasos de baile, hasta que me acordé de Fer. Odio que siempre me pase esta cojudez.

Bajé a buscarlo, pero no lo encontré. Se había ido. Quería despedirme, pero no pude. Lo cortés no quita lo valiente, o eso intenté aplicarlo. Subí a seguir con mi tortura otra vez. No recuerdo bien por qué bajamos, pero lo hicimos. Estaba harto de bailar latin, y jalé a un amigo a la pista de electrónica cuando lo vi . ÉL bailaba guiado por los movimientos senxuales de su chico mientras las luces jugaban con las sombras de sus cuerpos. ÉL la estaba pasando increíble; yo intentaba ubicarme en la situación cuando caí en cuanta que sonaba Stronger. 

Pensé: This shit is real life. Me reí. Canté vivamente toda la canción hasta que termino. ÉL se llevó al muchacho a otro lado, y yo bailé un par más. It's my life no pudo ser más precisa en ese momento. Luego, me reuní con los míos. Estuvimos tomando un trago y riendo hasta el final. Embarqué a mis amigos, y tomé un taxi de regreso a casa. Felizmente, el conductor no era un tipo arrecho.

martes, 3 de enero de 2012

Atrás de la sonrisa

Qué complicado es poder mirar adentro de las personas. Hace unos días no paraba de reír mientras estaba con unos amigos, y; sin embargo, había algo más dentro de ellos que no podía visualizar, pero sabía estaba allí: Su  verdadero rostro. ¿Será porque los trato menos que no puedo apreciar bien lo que arrastran, o es que he perdido interés por ellos? Siempre me hago interrogantes para tratar de buscar una respuesta dentro de mí y lo que me rodea. Algunas veces, es abrumador.

Me imaginé qué haría si tuviera delante de mí a Unnamed 1 en una situación en la cual no me encuentro bien. De seguro, sonreiría, pondría mi mejor postura, y movería el brazo ágilmente para saludarlo. ¿Él se daría cuenta de lo que oculto? Y, si lo hace, ¿ me respondería con una linda sonrisa o me daría un pequeño abrazo?, ¿qué haría? Intenté responderme, y caí en cuenta es estúpido estar en ese plan. Entonces, lo mejor quizá sea simplemente estar en silencio, y sonreír, porque sí me gusta su presencia, pero no tengo muchas ganas de hablar. 

"Así que haces de tu cara una máscara.
Una máscara que esconde tu cara.
Una cara que esconde el dolor.
Un dolor que come tu corazón.
El corazón que nadie conoce."

'Bang, bang, you're dead'

Y así, vino este fragmento de la obra a mi cabeza, como un flash. ¿Es que mi inconsciente me está brindando una respuesta, o qué? ¿Acaso solo podemos mostrar con naturalidad la tristeza? No lo creo, eso sería funesto. Además, no sabríamos distinguir entre quienes se dice son hipócritas, y quienes no. 

Pero, ¿no estaría yo mintiendo sobre mis propios sentimientos frente a Unamed 1 al mostrarme así?, ¿no caería en ser algo que me parece malo?, ¿qué me diría Kant? Seguramente, que estoy obrando según mi buena voluntad, y que a pesar de que no pueda actuar de manera buena, aún guardo algo de moral.  Entonces, me siento bien. Además, no es que yo pretenda engañarle, sino demostrarle que a pesar de los mil y un rollos emocionales que pueda tener, aún voy a seguir predispuesto a regalarle cuantas sonrisas desee hacerlo.


martes, 27 de diciembre de 2011

No eres tú, o el mundo, soy yo. IV

Sí, otra vez. Parece que no me aburre ponerme feeling. Soy como aquella canción de Shakira en la que dice que llora una vez al mes, o algo así. Ayer tuve una crisis. Mientras intentaba conversar con un tipo que me parece guapo, me di cuenta de lo estúpido que me pongo frente a alguien que me atrae. El problema no es ser estúpido, sino no saber cómo manejarlo. Es extraño decir esto, porque usualmente se me ocurren temas de conversación o vías para seguir con una charla fluida, pero con él no. Me intimida.

Quizá sea su experiencia. Le puedo echar la culpa a su edad, y a aquel mito que impregnaron en mi cabeza que dice que los años no pasan por las puras. Y, claro que no, él sigue manteniéndose guapo y más inteligente. Creo que no se auto-define sexy. No lo es. Solo guapo. El otro chico con el que salía sí era sexy, pero no tenía tema de conversación. Este último, en cambio, sí, pero conmigo parece que no. Es una cagada. Cuando intento hablarle, solo atino a preguntarle sobre su día, lo que hizo, y a lanzar un comentario sobre el clima, o lo que comí.

Claro, por algo tengo que empezar, pero no sé. El pobre diablo enamorado, un amigo mío, me dijo que sea más conchudo, menos moscamuerta. Es un reverendo concha. Él ni siquiera le habla al tipo que le agrada, pero ahora él tiene novio... Bueno. Otro amigo me sugirió que me lanzara semi-arrecho con él. "Todos los hombres piensan con el pene", Max. Juro que ahí sí la dude. Es decir, no voy a negar que yo lo hago varias veces, pero cuando estoy solo, no delante del chico que me gusta. Me moriría de vergüenza decirle: Pucha, ¿hace calor, no?, ¿y si nos bañamos?

Por si fuera poco, hay otro huevón que también me parece guapo. No. No soy un pendejo, y lo admito, quizá él lea este post y se pregunte quién carajo es cuando la respuesta para mí resulte obvia, pero bueno. Ya empecé a hablar tonterías. Por supuesto que la respuesta la tengo yo, pero ya, ok. Daré una pista. El segundo tiene el cabello oscuro, y no es tan alto. Fin.

Con él las cosas van 'bien'. Hemos hablado poco, y 'hemos quedado' en vernos luego de fiestas. (Ahora ya debes saber quién es) Me cae bien, pero me jode no poder hablarle mucho. Tampoco busco acercarme tanto. Soy un imbécil, pero un imbécil bueno. Él no me intimida, pero no quiero que me cague. Entonces, me lleno de orgullo, y me digo: No, que él te hable. Sin embargo, acabo no haciéndome caso, y le envío un mensaje para decirle que lo vi, que qué tal la fiesta, etc.

Soy un idiota, un poco antipático, pero también tengo mis cosas buenas. Sé hacer masajes (, aunque quizá eso no se interprete tan bien); sé cocinar un rico lomo saltado, y otros platos; sé redactar bonitas cartas cuando me siento motivado; tengo tema de conversación, y otras cosas más que no quiero decir para no sentirme tan prostituto.  Si tú o tú leen esto, háganmelo saber. Alegrará un poco más mi día.


viernes, 21 de octubre de 2011

Wonderwall

No fui yo quien lo salvo de hundirse. Me hubiese gustado hacerlo, eso sí.

Empezamos a salir casi por accidente. Me había agregado hacía cierto tiempo al msn, y nos habíamos visto una vez sin que yo fuese capaz de reconocerlo. No hablábamos, ya que él nunca se conectaba, pero aquella noche de noviembre lo hizo, y justo estaba yo para sacarle una sonrisa. Me atraía su aire misterioso, y el hecho que nunca había oído nada de él. Poco a poco la nebulosa que lo envolvía se esfumó, pude conocerlo bien.

El tipo no tenía un cuerpazo como lo había tenido I, ni estaba regio como lo está ahora, pero era lindo. Me gustaba el hecho que siempre me hacía reír. Yo le sonría todo el rato como estúpido,  rápidamente me llené de ilusiones: primer error. Sabía que él no atravesaba un buen momento, ya que por momentos le entraban crisis emocionales, producto de una fuerte angustia al recordar a su ex. Le consolaba opacando aquella sombra que lo perseguía, pero nunca busqué del todo un espacio en su mente. Nos vimos pocas veces. Diría que las suficientes como darme esperanzas de que las cosas cambiarían.

Me cegué, como cualquiera que busca el amor a toda costa. Sí, busqué el amor en el peor lugar, e hice caso omiso a los consejos de mis amigos que me advirtieron que él aún estaba muy lastimado. Seguí avanzando con cautela, creyendo que las cosas sí cambiarían, que él sería capaz de sobrellevar esa situación, que él vería mi esfuerzo, que todo saldría bien al final. Pero, las cosas no sucedieron así. El año acabó con un libro japonés, una sonrisa falsa, muchos cigarros, y una gran nube gris sobre mi cabeza.

Me sentí estúpido, traicionado por lo que había hecho. Lloré varias noches. Felizmente, las mañanas eran alegres gracias a Andia y Aladin. Ellos me salvaron de toda la mierda que me envolvió todo el verano. Como era lógico, él siguió con su vida.  Pasó un tiempo para que pueda perdonarse y verdaderamente vivir. Por mi parte, mantuve contacto con él. No fue sino hasta 6 meses después de aquel nefasto 31 de diciembre que pude estar en paz conmigo mismo y ser capaz de hablarle sin resquebrajarme un poco.

Falta poco para cumplirse 2 años desde aquella vez que salimos. Podría decir que me alejé de él, pero no resultó así. Ahora es un buen amigo mío, y está con alguien con quien comparte su felicidad. Llegar al punto donde me encuentro con él no ha sido sencillo. Sin embargo, me siento orgulloso de darme la oportunidad de seguir a su lado, y haber avanzado como persona que soy.

¡Feliz cumpleaños, guapo! Me hubiese encantado estar  bailando y cantando contigo hoy día. Espero que la pases genial. Te dedicaría una canción de Rehhot, Oasis o Keane, pero prefiero una más personal. ¡Nos vemos pronto! 


martes, 6 de septiembre de 2011

Aviso comunitario


Yo también quiero un Carl Fredricksen. Quiero un chico que esté dispuesto a vivir una aventura en los cielos, aunque tenga varias adversidades en el camino, que sea independiente, fiel a sus principios, que le guste estar echado en el pasto y tenga ánimos de luchar por eso que él cree. No pido que me lleva a Cataratas del paraíso. Tampoco exijo que sea vendedor de sonrisas, pero sí que quiera ir siempre hacia arriba y más allá.

Es que, saben, estoy cansado de besar batracios y sapos. Todos son babosos, y algunos hasta venenosos. Hay que moverse con mucha cautela con esos animalitos. Es complicado. Yo he descartado la teoría según la cual hay que esperar para que el príncipe encantador llegue como le ocurrió a BlancaNieves, porque son puras tonterías, sino Cenicienta no se hubiera casado con el príncipe del palacio, ni Skreck se hubiera quedado con Fiona, ni la Sirenita se hubiese hecho hija del cielo.

Ok, lo sé, la Sirenita no tuvo un final feliz, pero fue en busca del amor, quizá de una manera muy romántica, pero lo hizo. La luchó. Al final, se sacrificó (y aquí es cuando discrepo con esta muchachita) y fue elevada al cielo por hadas. El mensaje del cuento: Quizá parezca tu final "aquí", pero es tu comienzo más allá. Quedarse inmóvil nunca es una opción. Siempre hay que ir más allá, y yo no pienso quedarme en la cima de una torre como Rapunzel.


ps: Me importa un comino si crees que soy un iluso, o crees que nunca conoceré a uno, "hombre maduro".

lunes, 5 de septiembre de 2011

Preguntas en la oscuridad

Corre en la oscuridad, sin sentido, de manera que no lo puedan alcanzar. Corre, pero un golpe en la nuca hace que se caiga. Empieza a llorar, pero no de dolor. Intenta levantarse, pero uno le golpea la pantorrilla, cae al suelo. Entonces, siente la primera patada en el estómago, se queda sin aire. Empieza a toser, mientras le siguen pateando. Ahora escupe sangre, su cerebro se calienta. Se retuerce por algunas convulsiones. No puede reaccionar, y ellos le siguen pateando. Entonces, uno ve una botella de 3 litros y tiene una gran idea: hay que clavársela por el culo.

No puede ver bien, pues tiene los ojos hinchado, pero 3 de ellos ya se han encargado de ponerlo boca arriba y rasgarle los pantalones. Uno le coje los brazos, dos ambas piernas, y otro se arrodilla para introducirle la botella. Los gritos de dolor no se hacen esperar, pero no hay más que silencio. Ya entró la puntita, dice uno. Se excitan con su rostro sufrido. Él grita, y quiere safarse de ahí. Entonces, le golpean la cabeza. Ahora está a la mitad. No entra más. La sangre es abundante. En un acto de desesperación, el arrodillado se pone de pie, y patea la parte trasera . Listo, ya ingreso todo. Él inconsciente no se mueve, ha pasado un rato desde que ha dejado de poner resistencia. Finalmente, se van.

Hola, ¿dónde estás? Sé que ya no estás aquí. Me pregunto cómo te sentirás. Espero que mejor. Nadie quiere morir de esa forma. Lo sé. La ciudad está muy insegura últimamente, lo debes saber bien. ¿Por qué caminaste en la oscuridad?, ¿por qué no te fuiste a la casa de un amigo?, ¿qué hacías allí esa noche?, ¿Por qué nadie se acerco?, ¿por qué la gente está loca?, ¿por qué no gritaste más fuerte? Me pregunto tantas cosas, y estás tan lejos, o eso creo.

Intento buscar respuestas a cosas que no las tengo, y me acongojo al saber que no estás. Nadie merece morir de así. Sí, te lo repito, porque me parece atroz. Tengo la imagen tuya clavada en mi cerebro, y la de tu hermana llorando. No sé qué me dio más pena, si ver tu cuerpo destrozado o a tu hermana desesperada. Yacías irreconocible en piso. Parecía una de esas muertes de película con la diferencia de que yo era un personaje más, y tú el cadáver.

Mientras te veía, pensaba, esto solo me puede ocurrir a mí. ¿Qué cosa le podría decir a tu hermana?, ¿que iba meter a la cárcel a unos criminales anónimos? No tengo los recursos para hacerlo. Además, ambos sabemos que todo se paga tarde o temprano, pero no así. Nunca así. Me siento tan afortunado de poder respirar, comer, y vivir un día más, y me pregunto, ¿por qué te tenía que tocar así? ¿El destino? ¿Una serie de razones programadas?

No entiendo. Quizá no quiero comprender, porque me resulta ilógico que ahora estés muerto, y yo aquí, tratando de explicar el mar de pensamientos que ronda mi mente. ¿dónde estarás? ¿Seguirás corriendo, gritando (o tratando de hacerte oír)? Son muchas preguntas, y tarde o temprano me las darás. Por ahora, es momento de seguir.

martes, 29 de marzo de 2011

Ellos y yo

Mi psicóloga siempre me decía que uno escoje estar solo. Yo creo que es cierto. En mi caso, de una manera u otra, tiendo a espantar a los hombres. No, no soy brujo, tampoco tan feo como para lograr eso, pero sí soy apático. El mayor defecto que puedo poseer es el desgano; aunque, este no es gratuito, es el resultado de una serie de experiencias que me han desmotivado a tratar de enamorarme.

Alguien de mayor edad pensará que es estúpido que alguien a mi edad sienta eso, pero lo cierto es que no todos somos iguales, y la proyección de cada uno frente a un tema es distinto según los ojos que se ven. Soy así, en su mayoría de la veces, porque cuando salgo con alguien le encuentro muchos defectos. Esto debido a que soy perfeccionista. Esto es una mierda.

Siempre espero mucho de la persona con la que salgo, porque me exijo mucho, y creo que tengo el derecho de exigir a los demás tanto como a mí cuando en verdad no es así. Lo reconozco, y me duele admitir que he alejado varias personas importantes por ser de esta manera. Lo jodido de esa situación es que, ante la perdida, me frustro, y mucho, pues perder me resulta ilógico.

No soy tan espontáneo como muchos de mis amigos. No me siento mal con ello, pero sí me incomoda que los chicos que me agradan no vean otras cualidades en mí. A veces creo que me gustan puros cojudos, mas luego me doy cuenta que no. Si lo fueran, ni me habría fijado en ellos. Es parte de esa lucha conmigo y la soledad, pienso en ese momento.

Sólo espero no cagarla tanto en un futuro, y actuar en base a mi experiencia para que las cosas sigan mejor. Pensaré como una vieja de treinta años a la que se le va el tren, pero aún tengo ánimo y el cuerpo de un chico de 18. Eso es un gran plus.