Quizá creas verlo en una rubia de la calle de las pizzas, o en aquella esquina de Porta, pero no. No es amor, es carne.
Carne. Enter The Void. Qué tal películon, ¿no? A veces me esfuerzo por divagar más. Así no me siento tan aprisionado entre mis palabras.
Carne. Lo áptico. Tocar con los ojos. ¡Aj, dengue! Es gracioso el sinsentido de las cosas, me gusta. No me esfuerzo por escribir párrafos coherentes, pero si guardan sentido bien. Tampoco es que sea el Godard de los blogguers.
La amiga tiene razón, pero el maricón no entiende. Pobre chico. Bueno, yo estaba igual. Una vez estaba sentado en la esquina cuando un hombre en sus treintas me preguntó dónde divertirse mientras me sexcuestraba con la mirada. Dignamente, le indiqué un posible lugar sin siquiera ponerme de pie. Él me sugirió que vaya con una sonrisa. Yo bajé la mirada sonrojado.
Cara de ángel. Solo me faltaba un polo rojo.
The Normal Heart. No me la puedo perder. La primera vez que la vi en el teatro, me devolvió el alma, y las ganas de luchar. La historia te mueve absolutamente todo. Quizá porque me vi allí. Quizá porque ellos me reconocieron también... Tenemos que verla.
Debo arreglar mi CV. Qué complicado me resulta buscar trabajo. No sé bien a quién acudir para pedir ayuda. Es el diseño, sí, el diseño... No, el otro. Lo extraño un poco. Manhattan. Se fue a La Plata, y ahora no sé donde está. Luego, te fuiste a Buenos Aires... Cuando regresaba llorando solo a mi casa en el taxi, el taxista me dijo: tranquilo, no se ha ido a Europa. Como si fuese fácil poder abrazarte cuando lo necesite.
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