miércoles, 10 de noviembre de 2010

Carta a Maxtian


Querido Maxtian:

Disculpa si no te escribo seguido, pero es que quiero que te olvides de mí. No te envio la dirección, porque no quiero que me ubiques. No creas que no agradezco tu besos y la afectividad de tu familia, pero ya no puedo volver a aquel lugar. ¿Por qué? Ya no debes verme más. Tienes que olvidarte de mí, dejar mi sombra en paz. Tienes que buscar un buen hombre, sonreír más, y dejarte de cojudeces. Quizá lo último te haga llorar. Sé que eres sensible, pero esa es al verdad. Te lo digo porque te quiero. Me importas.

Sin embargo, ya no quiero compartir mi vida contigo. Necesito probar nuevos espacios. Tu cuarto es cómodo, la vista al jardín preciosa, mas encarceladora. No he salido de tu casa por ti, sino por mí. Tampoco voy atrás de un chico si te interesa saberlo. Sé que necesitas leer esto. Tratas de ocultar muchas veces tus celos, pero tu histeria los reluce de la manera más natural. No sabes mentir, pero sí actuar.

Dile a las chicas que las extraño, que son las mejores mujeres que un hombre puede desear. También, envíame un pote de mermelada de la tía Chachi, y dile al tío Andrés que junto a la letra le envío una caja de habanos, por todos los hurté alguna vez. Además, te envío a ti una caja de lapiceros nueva. Sé que los usarás.

Eres un buen chico y quiero que seas feliz, mas no a mi lado. Sal de tu casa, ríe, grita, llora, pero nunca te calles. A veces, puede ser extremadamente jodido tener que sacarte la información por cucharitas. Por lo demás, todo va bien. Creo que estás muy bien como estás. Sigue teniendo sexo. Búscate un buen amante. No me gustaría que bajes de nivel. Es un extasis tirar contigo, aunque eres muy exigente determinadas veces.

No te recomiendo que te drogues. No es bueno. Tampoco te expongas mucho al sol. Tienes la piel muy sensible, y te la puedes cagar con el paso del tiempo. Toma té en las noches, no te desveles, y no me escribas tan seguido. ¡No seas tan masoquista, carajo! Disculpa si me dirijo a ti de esa forma, pero sé que no aprenderás si lo digo con ternura. Mucho menos podría golpearte. Eso te dolería más. Además, no soportaría verte llorar tanto.

Cuídate mucho, por favor. No te maltrates tanto. No dejes que lo hagan otros. Come, aunque sea cualquier cojudes que venden en tu escuela, pero hazlo. No sé qué más decirte. Supongo que ya te he dicho todo lo que sentí que mereces saber. Disculpa si no escribo del todo bien. No lo hago tanto como tú. Sigue haciendo. Eso te libera, te hace ser más tú.

Sonríe, y protégete (de ti y los demás)
Santiago

2 comentarios:

  1. Está bien que se despida y que te desee una vida feliz, pero me parece que no lleva a nada que te recrimine esos defectos tuyos que le molestaban, ahora ya no, era antes de dejarte era cuando tenía que hablar de ellos y darte una oportunidad a rectificar, ahora ¿para qué?

    No, no me gustó esa carta de Santiago.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. peaceforever: No sé. Nunca podré comprender a algunos hombres bien.

    ResponderEliminar