miércoles, 16 de diciembre de 2015

The answer is...

I don't know.

No sé qué hacer. Aún intento encontrar algo, pero no sé qué. Tengo algunas ideas. Palabras abruptas que salen del teclado mientras digito. Cosas sin sentido, una sonrisa a la nada y un aplauso estridente a la nada. Así estoy yo. Delante de todos esperando decir algo. Quizá una tontería como "trabajo firme y confianza en uno mismo", pero no. No lo sé.

Es muy absurdo. Pienso mi pobre trabajo de investigación. Perdón, artículo científico. Sí, eso era. O debía ser. Como sea, solo quería conocer percepciones y extraer algunas conclusiones, pero debía plantearme una hipótesis, y tener un tema. Claro, qué iba a investigar si no tenía un tema.  Tenía que tener un tema, y no tenía nada, para variar. Cuando tienes el foco ambidiestro, te jodes, porque no sabes a dónde ir.

Tenía interés, pero no me iba a llevar a ningún lado. Cómo explicar algo que no puedo, o que no conozco. No entiendo. Yo hubiera sido feliz con un estudio descriptivo básico de percepciones sin ese afán de pretender demostrar algo, que no me interesa demostrar. Pero, así no funcionan las cosas. No...

Y sigo sin saber ahora qué hacer y he cambiado mi historia de vida más veces que las que he tenido sexo este año, y nada. Ya sé que no me dejo entender, ¡pero eso qué importa! ¿Acaso no dejarse entender no es una forma de dejarse entender? No entiendo, ni pretendo entender lo que quiere que entienda el resto. Por eso no pasa nada, ni si quiera llegan mis mensajes.

Es como volver sobre esa pregunta de ¿y no te interesa la comunicación corporativa? y encontrarte extraviado sobre ti y simplemente decir no, mientras tus entrevistadores no saben qué más decir y tú tampoco, porque tu cara de extrañeza ya lo dijo todo. Así.

Extraño entre extraños en una última etapa de entrevistas para una compañía petrolera con un par de viejos con los que disfrutas conversar, aunque no comparten nada en común, hasta que despiertas y chocas con tu camisa y no te entiendes. De hecho, no entiendes cómo has llegado hasta allí, pero igual te sigues riendo y hablando conchudamente como si fueran tus tíos mientras ellos te sonríen. Así de extraño.

Sigo sin saber algo, saltando, en fin. Quizá nunca entienda lo que se supone que debo entender que aún no sé qué es, y termine entre platos y frituras. No lo sé. Les juro que no lo sé.




No hay comentarios:

Publicar un comentario