viernes, 30 de septiembre de 2011

EmpHinchado

Hace muchos meses atrás describí que no me gustaría ser hincha, porque me llevaría a un fanatismo que opacaría mi visión. Hoy no creo que serlo esté mal del todo, pero sí ser un salvaje que agrede a otros con tal de defender lo suyo sin ninguna lógica de pensamiento. Aprovecho lo acontecido hace unos días para reflexionar sobre esto, porque no siempre lo hago, y considero que en este momento es necesario establecer ciertas pautas y diferencias.

En primer lugar, hincha como termino simple puede significar dos cosas: abyección hacia algo o alguien, o partidario entusiasta de un equipo. Desde el significado mismo,  ya existe algo mal en la palabra, pues se juega una doble significación sobre un termino en el cual se confronta el carcater positivo atribuido al entusiasmo, y el negativo del otro significado. Esto conlleva a generar a una duda sobre qué es entonces ser un hincha "de verdad". No obstante, es la sociedad la termina por atribuirle lo que quiere significar.


Llegado a este punto, hay que aclarar que la sociedad es compleja, y está llena de grupos sociales, y que cada uno de estos le otorga el sentido que quiera a la palabra con tal de velar por sus intereses. Creo yo que con el tiempo se ha formulado un cruce de significados que cierto de grupo de 'hinchas deportivos' ha asociado, y que gracias a esto es que ellos justifican su comportamiento contra todo aquel que no sea partidario de equipo a través de una afrenta sin medir las consecuencias.

Pero, lo que hay atrás es mucho más que eso; es una historia llena de amargura, recelos, racismo, cambios y choques culturales, que mucha gente desconoce, porque simplemente nadie le dio importancia, y que hoy se traduce en el  actuar bestial de aquellas personas que ocasionaron tal fallecimiento. Esa historia es la que nunca fue escrita, pero que pasó de boca en boca, y que explica, a groso modo, el surgimiento de las temidas barras bravas, la creación de ciertos 'himnos', los apodos de los miembros, etcétera.

No creo que una cancelación de partidos va modificar el panorama, así como el jugar sin espectadores. Quizá lo haga a corto plazo, pero desconfío del proceso de aprendizaje de aquellas personas. Pienso que se deben adoptar medidas teniendo en cuenta el imaginario ya formado de la mayoría de estos 'hinchas', y que se debe buscar más comprender qué es lo que ocurrió antes para que más adelante no suceda lo mismo.

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