sábado, 24 de septiembre de 2011

El chico contra-moderno

Llevo noches pensando que debo cambiar el mundo desde mi circunstancia, y que debo ser un guía para mi generación. Esto puede sonar el colmo del egocentrismo, pero lo creo así, porque diversas situaciones y hechos  me hacen creer que lo soy. Hasta aquí, dos puntos, ¿cómo llegó ese pensamiento a mi cabeza?,  y (lo que muchos se preguntarán), ¿quién diantres debo cambiar?

Tengo muchas ideas en mi mente, algunas más revolucionarías que otras. Supongo que está bien pensar así. Estoy creciendo, pienso, luego trato de cranear cómo podría llevar a cabo mis planes; sin embargo, cuando quiero dar ese paso, siento que algo me falta, y eso básicamente es motivación. No me siento tan motivado a realizar las transformaciones que me gustaría a nivel generacional, quizá, porque me dejo influir bastante por el pensamiento pesimista de una de mis mejores amigas que me dice que la revolución ha muerto.

Cuando la escucho decir eso, me aterra, pues si tomamos como base de que una de las primordiales característas de la juventud es ser revolucionario, entonces, ¿de qué juventud estamos hablando?, ¿de una pasiva frente a los cambios? Quiero creer que no todos son así, y que sí existen personas que son consientes sobre lo que acontece alrededor y que también tienen ánimos de cambios culturales, que buscan un nombre en toda la llamada historia no solo por los actos que acontecieron sus años de jóvenes, sino por ellos mismos. Pero, ¿dónde están?

Nunca ha sido de mi interés, ni creo que lo sea en un futuro próximo pertenecer a uno de esos grupos de cambios, pues siento que todos son muy pasivos en su accionar, lo cual me exaspera. Además, ninguno de ellos tiene dentro de sus objetivos lo que estoy buscando, que es un cambio cultural, un respeto generacional, y una posición en la historia.

Busco un cambio cultural, porque cuando hablo con varios chicos de mi edad, todos son muy tecnicistas y practicantes de un individualismo irresponsable. Ninguno, aparentemente, busca un mejor nivel de vida, sino un bienestar económico. Con esto, no quiero divorciar a uno de otro, sino remarcar el sentido de que son pocos los que buscan trascender en algo más allá que el bienestar material otorgado por el dinero. Existe, pues, pocas ganas de ir más allá, pero esto no es originario de mi generación, sino es parte del proceso de post-modernización, que tan satanizado ha sido calificado por 'modernistas' de la década de los años 70.

Falta exigir un respeto hacia las generaciones pasadas que nos hacen ver como una generación de limitado pensamiento abstracto, y de carencia de opinión argumentativa frente a cualquier aspecto. Fuck Derrida, y su estúpida frase que dice que lo único que podemos pedir es algo de verdad, dudando intrínsecamente de la capacidad de lucha por la verdad que poseemos frente a un mundo lleno de mentiras,  que él tan monstruoso lo ve. 

Por último, la posición en la historia devendrá de esos cambios culturales llevados a la acción para así dejar de ser una generación perdida. Para ello, se necesita desarrollar nuevas idiosincrasias, así como encontrar puntos de unión entre todos lo individuos. Sé que no es un proyecto sencillo, pero como mínimo pretendo instaurar una nueva orden de pensamiento que sea muestra de esa voz disconforme para las generaciones posteriores.


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