miércoles, 11 de noviembre de 2015

Volver

Ha pasado exactamente un año desde que recibí aquel resultado. Sigo sintiéndome Jenny al final de An Educaction. Quizá algo más Hedwig. Me atrae la idea de verme en todos. Supongo que todos tenemos espejos en algún lado.

Aún sigo viviendo en casa de mis padres. Tengo más colores para pintar mi agenda. Escribo líneas sin sentido. Mientras me leo, redescubro lo que me dijeron ayer sobre mi Plan de Investigación: que mi redacción no me deja entender. Claro que no.

Salto de idea en frase y luego vuelvo a la idea para soltarla en otra línea y así sucesivamente. Intento buscar alguna explicación en mi herencia familiar, pero no la encentro. Es complicado. frases incompletas. Mis amigos siempre me lo advierten. No creo darme cuenta. Lo más probable es que las complete en mi cabeza o al decirlas.

No estoy seguro de qué hablar y sin embargo hablo de varias cosas, y, sin embargo, todo guarda un armonioso sentido. Intento relacionar esto con la escrito. Tienes la cabeza muy desordenada, Max. Puede que sí, que ese huevón tenga razón.

Pienso en su trasero. No puedo con tu hipersexualidad. ¿Qué puedo hacer? Solo imagino. Me voy por las tangentes. Es mi vía de escape, mi zona segura. La zona de confort. Eso suena más bonito. Hay que tener una poca de gracia para redactar, y ganas. Sobre todo, ganas. Para todo. Yo le tenía ganas, pero él las perdió. Mi intuición me indica que es el resultado lo que le genera esa barrera. Se lo pierde.

Casi como un relámpago, viene un anuncio divino. Estoy aprendiendo a aceptar esta cuestión, que algunas veces puede tornarse problemática. Lo de irse y volver. Eso. Resulta curioso cuando te tomas un tiempo para ti y te das cuenta que nunca paras de aprender de ti mismo.

Como sea, aún mantengo el blog, y tengo un teclado nuevo. Volveré (por enésima vez).

No hay comentarios:

Publicar un comentario