viernes, 21 de octubre de 2011

Wonderwall

No fui yo quien lo salvo de hundirse. Me hubiese gustado hacerlo, eso sí.

Empezamos a salir casi por accidente. Me había agregado hacía cierto tiempo al msn, y nos habíamos visto una vez sin que yo fuese capaz de reconocerlo. No hablábamos, ya que él nunca se conectaba, pero aquella noche de noviembre lo hizo, y justo estaba yo para sacarle una sonrisa. Me atraía su aire misterioso, y el hecho que nunca había oído nada de él. Poco a poco la nebulosa que lo envolvía se esfumó, pude conocerlo bien.

El tipo no tenía un cuerpazo como lo había tenido I, ni estaba regio como lo está ahora, pero era lindo. Me gustaba el hecho que siempre me hacía reír. Yo le sonría todo el rato como estúpido,  rápidamente me llené de ilusiones: primer error. Sabía que él no atravesaba un buen momento, ya que por momentos le entraban crisis emocionales, producto de una fuerte angustia al recordar a su ex. Le consolaba opacando aquella sombra que lo perseguía, pero nunca busqué del todo un espacio en su mente. Nos vimos pocas veces. Diría que las suficientes como darme esperanzas de que las cosas cambiarían.

Me cegué, como cualquiera que busca el amor a toda costa. Sí, busqué el amor en el peor lugar, e hice caso omiso a los consejos de mis amigos que me advirtieron que él aún estaba muy lastimado. Seguí avanzando con cautela, creyendo que las cosas sí cambiarían, que él sería capaz de sobrellevar esa situación, que él vería mi esfuerzo, que todo saldría bien al final. Pero, las cosas no sucedieron así. El año acabó con un libro japonés, una sonrisa falsa, muchos cigarros, y una gran nube gris sobre mi cabeza.

Me sentí estúpido, traicionado por lo que había hecho. Lloré varias noches. Felizmente, las mañanas eran alegres gracias a Andia y Aladin. Ellos me salvaron de toda la mierda que me envolvió todo el verano. Como era lógico, él siguió con su vida.  Pasó un tiempo para que pueda perdonarse y verdaderamente vivir. Por mi parte, mantuve contacto con él. No fue sino hasta 6 meses después de aquel nefasto 31 de diciembre que pude estar en paz conmigo mismo y ser capaz de hablarle sin resquebrajarme un poco.

Falta poco para cumplirse 2 años desde aquella vez que salimos. Podría decir que me alejé de él, pero no resultó así. Ahora es un buen amigo mío, y está con alguien con quien comparte su felicidad. Llegar al punto donde me encuentro con él no ha sido sencillo. Sin embargo, me siento orgulloso de darme la oportunidad de seguir a su lado, y haber avanzado como persona que soy.

¡Feliz cumpleaños, guapo! Me hubiese encantado estar  bailando y cantando contigo hoy día. Espero que la pases genial. Te dedicaría una canción de Rehhot, Oasis o Keane, pero prefiero una más personal. ¡Nos vemos pronto! 


2 comentarios:

  1. gracias :+) casi van 2 años no 3 pero aunque eres pussy eres una gran persona me alegra haberte conocido :)

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