martes, 5 de julio de 2011

Dulce capricho

"En el fondo, todas las mujeres son enemigas entre sí...
Rochefoucauld

...y algunos hombres también. Debe ser, porque suele resultar más apetecible aquello que es prohibido. Esto me parece un poco estúpido, porque lo más simple será fijarse en un tipo que no tiene ninguna relación, y ya, pero no. Estoy convencido de que al ser humano le encanta complicarse. Por eso, surgen los dramas. Yo no tengo nada en contra de ellos, creo que son un experiencia más dentro de todo lo que llamamos vida, y que es inevitable encontrase en uno de ellos tarde o temprano. Pero, ya me desvié del tema.

Decía que nos gusta lo prohibido. Es que se siente bien cuando pruebas eso que no debes, pero tampoco sabes si se siente rico. Te haces una idea, sí, mas no estas seguro del todo. Existe una necesidad de satisfacer esa curiosidad que nos vuelve un poco más animales de lo normal. También por ello existen infinitas perversiones sexuales, porque nos gusta estar el borde de lo permitido. A todos les gusta sentir esos nervios mezclados con ansiedad y éxtasis de encontrarse en una situación así.

Cualquier pretexto es válido para pisar el palito. Es alucinante la cantidad de excusas que pueden surgir cuando de satisfacer una curiosidad "que no deberías" se trata. Estas fluyen casi de manera inconsciente, y todas son capaces de justificar la razón del acto. No tengo ningún problema con la gente que es así. Por lo general, la suelo apoyar, pero me llega aquella que se pasa de conchuda o no tiene control de la situación. Como me dice mi viejo "Si vas a hacer las cosas bien, hazlas bien; y, si las vas a hacer mal, también hazlas bien".

Así, si te vas a meter con la hermana de tu amigo, hazla fuera de su casa. Si la quieres hacer con un chibolo, giléatelo sin demostrarle que te quieres acostar con él. Si quieres con el novio de tu pata, plantea un trío caletamente. Si te pone el dueño de la fiesta, llévatelo a la cocina a "sacar hielo".Existen infinidad de opciones para lograrlo, pero ninguna garantiza que al final saldrás satisfecho. Ese es el riesgo que corres.

Si es correcto o no, lo dejo al albedrío de cada uno. Kant diría que no tengo moral, y que soy una paria social. Freud demostraría que tengo un problema de mi infancia sin resolver que se traduce en actos socialmente no aceptados. Quizá nerón me besaría las manos, y Jesús me perdonaría con la condición de una transformación en mi estilo de vida. Cada uno ejerce libre albedrío sobre lo que considera correcto, pero, creo yo, debe tener en consideración a la tercera persona. Por eso, retomando la palabra de mi viejo, "si haces las cosas mal, hazlas bien".

4 comentarios:

  1. CUANTA RAZÓN!!! PARECIERA QUE A LOS SERES HUMANOS NOS GUSTA SUFRIR Y MUCHO

    LINDA REFLEXIÓN
    SALUDOS

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  2. En resumen, lo más importante es respetar a los demás...

    Un abrazo.

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  3. Lo malo es cuando uno que quiere hacer las cosas mal, no sabe hacerlas bien! :/

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  4. siempre me arrancas una sonrisa cuando te leo.

    saludos!

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