martes, 29 de marzo de 2011

Ellos y yo

Mi psicóloga siempre me decía que uno escoje estar solo. Yo creo que es cierto. En mi caso, de una manera u otra, tiendo a espantar a los hombres. No, no soy brujo, tampoco tan feo como para lograr eso, pero sí soy apático. El mayor defecto que puedo poseer es el desgano; aunque, este no es gratuito, es el resultado de una serie de experiencias que me han desmotivado a tratar de enamorarme.

Alguien de mayor edad pensará que es estúpido que alguien a mi edad sienta eso, pero lo cierto es que no todos somos iguales, y la proyección de cada uno frente a un tema es distinto según los ojos que se ven. Soy así, en su mayoría de la veces, porque cuando salgo con alguien le encuentro muchos defectos. Esto debido a que soy perfeccionista. Esto es una mierda.

Siempre espero mucho de la persona con la que salgo, porque me exijo mucho, y creo que tengo el derecho de exigir a los demás tanto como a mí cuando en verdad no es así. Lo reconozco, y me duele admitir que he alejado varias personas importantes por ser de esta manera. Lo jodido de esa situación es que, ante la perdida, me frustro, y mucho, pues perder me resulta ilógico.

No soy tan espontáneo como muchos de mis amigos. No me siento mal con ello, pero sí me incomoda que los chicos que me agradan no vean otras cualidades en mí. A veces creo que me gustan puros cojudos, mas luego me doy cuenta que no. Si lo fueran, ni me habría fijado en ellos. Es parte de esa lucha conmigo y la soledad, pienso en ese momento.

Sólo espero no cagarla tanto en un futuro, y actuar en base a mi experiencia para que las cosas sigan mejor. Pensaré como una vieja de treinta años a la que se le va el tren, pero aún tengo ánimo y el cuerpo de un chico de 18. Eso es un gran plus.

2 comentarios:

  1. Yo también digo eso que dice tu psicóloga, cada uno acaba siendo lo que él mismo desea ser.

    Hablando metafóricamente, también podría ser que las heridas que han producido en ti las relaciones anteriores aún no hayan cicatrizado o que hayan cicatrizado mal y sigan doliendo.

    No me parece malo ser exigente con uno mismo, siempre que eso no dañe a la autoestima, que es lo que suele suceder. Lo que no se puede es aplicar el mismo rasero a los demás, quiero decir aplicarles el mismo nivel de exigencia, eso, además de ser injusto, te aleja de los humanos que somos todos imperfectos y cargados de defectos, y te puede situar en la búsqueda de algo que no existe.

    Un abrazo.

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  2. Peace for ever: Tienes toda la razón: no se peude juzgar con las misma vara a todos... Supongo que no soy tan tolerante como pensaba.

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