martes, 1 de febrero de 2011

La pasiva malinterpretada

Hacía mucho que Carlos no salía. Estaba emocionado. Esa noche se vería con sus novios y algunos amigos después de mucho tiempo. Tomó una ducha, cogió su mejor pussypolo, unos shorts, sandalias, y se fue a W sintiéndose el chico más sexy del mundo. En el carro, se miraba de tanto en tanto las piernas. Por momentos, creía que se le veía muy perra, pero no importaba. A veces menos es mejor.


Entró con la cabeza alzada, y una mirada más seria de lo normal. En una esquina del lobby, lo esperaban Thiago y Esteban con otros. Corrió hacia ellos, y los saludó con un fuerte abrazo, luego hizo lo mismo con Nandito y Joaquín. Casi inmediatamente, se pusieron a hablar sobre el cumpleañero, Matías. Este era un chico no tan agraciado, medio ingenuo y tan gay o más que los demás, que había decidido dar un tono en W. ¿Qué clase de persona hace uno en un lugar para buscar puntos?, se preguntaban todos.



Como se les secó la lengua de tanto raje, decidieron comprarse unas jarras de cerveza. Estaban tomando cuando Nandito escuchó un ruido. Era su celular. Tenía una llamada, pero venía de un número desconocido; sin embargo, la contestó. ¿Dónde está Matías!, fueron las palabras de aquella voz grave y molesta que todos escucharon. En ese instante, él salió corriendo del grupo, dejándolos con la curiosidad de saber quién era.





Mientras discutían sobre quién podría ser, el chico volvió con una expresión en su rostro que denotaba mucha ansiedad y éxtasis. Es su viejo, les dijo, el webon se ha equivocado y les ha dado mi cel. Los presentes se quedaron soprendidos. Esteban se hallaba a punto de arrancarle el celular, pero como Thiago ya sabía lo que iba a ocurrir, se fue junto con Carlos y Joaquín a bailar. En la pista, los murmullos aumentaban más, los efectos del alcohol se comenzaban a sentir, y alguna que otra mano comprobaba el material del short. Todo iba bien.



Carlitos nunca había bailado tan pussymente delante de sus novios, ni lo había disfrutado tanto. Algunos roces no siempre son casuales, y esa noche lo corroboró más de una vez. Como se sentía cansado, se fue al baño a lavarse la cara. Atrás de él, Nandito le decía al señor que no localizaba a Matías por ningún lugar, y más allá un chico gordo escuchaba toda la conversación hasta que terminó de hablar. ¿Qué mierda haces hablando por el celular con su papa?, dijo el mudo.



Todos en el baño voltearon, la cara del chico se puso pálida, y Carlos lo jaló a un lado. Desaparece antes que se arme el chongo de la vida, le susurró al oido, y se hizo humo.





-¡Tú sabes algo!- espetó el grueso. ¡Sabes que sus viejos lo van a cagar!



-¿Qué chucha hablas, webon! A mí no me metas en sus roches- le respondió el divino, y se fue con los suyos.




Thiago y él pidieron una jarra más, y decidieron que era hora de irse con Esteban y Joaquín. No obstante, este último se quedaría a acompañar a Nandito en caso ocurra lo peor. Cuando salían, lady traca hacía un escándalo mostrándose como la víctima de una supuesta llamada a sus viejos para joderle la noche. Sus quejidos no lo iban a salvar cuando regrese a casa. En el taxi de regreso, Carlos divisaba cómo las nubes se volvían más celestes y el sol se hacía notar más. Sabía que tenía que volver temprano, pero ya no importaba.

2 comentarios:

  1. Discúlpame, pero debo confesar que muy bien no entendí tu historia, por un lado se me escapan expresiones como eso que sus viejos lo van a cagar por otro me parece que no supe captar cual es el problema de Nandito i esa llamada sobre Matías. Lo siento.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Peace for ever: Lo curioso de esta historia es que, luego de varios posts, usé jergas de mi regió. Quizá por eso resultó imcomprensible.

    ps: Sus viejos lo vana cagar/ Sus padres le van a castigar de una manera horrible

    ResponderEliminar