viernes, 21 de mayo de 2010

Parciales

Yo siempre trato de ser lo mejor en todo. Sin embargo, no me es fácil, pues soy demasiado perfeccionista con las cosas que hago. Por ello, cuando exigo a los demás, lo hago como si me exigiera a mí mismo. A la mayoría de personas que conozco no les gusta ni siquiera dar el 80 % de si, pero en cuanto a mí, me gusta dar el 120%, sino me pongo mal. Me estresa que la gente no se explote al máximo. Quizá, porque yo siento la necesidad imperativa de hacerlo, porque nadie me va a decir, ¿cuándo te pones las pilas?

Ahora que estoy en la puerta de mis examenes parciales veo a algunos sufriendo. Yo, que no puedo ser tan compasivo con esa gente, me río un poco dentro de mí o en su cara. ¿Será que no se saben organizar bien? No lo sé. No soy quién tampoco para juzgarlos, por eso me río. Si me piden ayuda, trato de brindársela, pero tampoco hago milagros. Unos cuantos me dicen que mis viejos deben estar orgullosisímos de mí. Les digo que no, y que todo lo que hago es de mí, para mí y por mí.

Por otro lado, hay un grupo de gente que piensa que soy un insensible, otro que soy un alcohólico y fumador compulsivo, otro que soy un nerd, y así sucesiva mente. Me molesta un poco que piensen así, pero yo no me encargo de hacerles nada malo, los exámenes lo hacen por mí. Es muy gratificante pasar con una sonría de oreja a oreja con la cabeza más alzada que de costumbre y con tu examen en la mano al costado de alguien que te criticó y jaló. Mi orgullo es más grande que mi humildad.

Tengo que salir este fin de semana para llegar bien a mis parciales, sino me encontraré muy ansioso y no podré rendir bien. Quizá no escriba seguido. Aun así, trataré.

1 comentario:

  1. Puede que sea una crueldad, pero a mi también me hace sentir bien pasar (o restregar) mis triunfos por las narices de quienes se rieron de mi...

    Lo que no me acaba de gustar es esa exigencia a los demás, a ti te puedes exigir lo que quieras, a los demás creo que no es justo hacerlo... Como no es justo tratarlos como no te gustaría que te trataran a ti.

    Un abrazo,

    Josep

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