viernes, 16 de abril de 2010

Mi princesa de fuego

Tus gritos rompen mis oídos mientras forcejeas con los paramédicos para no entrar. Te he engañado. Todo no ha sido más que una trampa para que cuando llegues ahí, te encierren. Tú luchas con tus fuerzas, lanzas tu ira al viento como quien quiere hacer oír su queja hasta el infinito. Te liberas de sus brazos. Ahora corres, tu poco cabello danza sobre tu cara agitada, pero te caes y te vuelven a atrapar. Ellos no lo quieren hacer, pero no les das otra alternativa.

Me insultas, dices que me odias, que detestas al mundo. No te puedo ayudar, pues sé que me agredirás. Ya intenté medir tu fuerza, pero no puedo luchar contra esta. Uno de ellos va a llamar al enfermero. El que entró sale con cara de satisfacción y vuelve a sostenerte. Ahora él ha salido de la puerta de emergencia y se dirige hacia la acera del frente donde te encuentras. Empiezas a llorar. Veo que te retuerces, ya que sabes que no hay marcha atrás. Él se sigue acercando e intentas safarte, mas no puedes hacerlo. Él se agacha, te dice que no te dolerá, y te inyecta lo que será tu pasaporte a aquel lugar de cual siempre intentaste huir.

Ahora te sueltan, te levantas y corres hacia mi. Sin embargo, no tienes estabilidad. Te tocas la cabeza, algo no está bien. Caes de rodilla, voy hacia ti. De pronto, terminas cayéndote entera y frágil al suelo. No sé qué hacer, te ves tan débil así. Los otros, como les dices, vienen para ponerte en la camilla. Ellos te cargan suavemente ,y te hacen entrar cual Dafne dormida a tu cárcel. Yo te veo ir, y junto a ti se van tus abrazos, tus besos, tus golpes y aquella mesa rota.

Trato de entender qué sentirás cuando despiertes. Sabes que yo he pasado similar, aunque no he llegado hasta el punto que tú llegaste. ¿Me odiarás?, ¿me volverás a hablar?, ¿me querrás recordar, siquiera? No lo sé. Tampoco sé cuando te volveré a ver. Sólo espero que cuando vuelva, te encuentres mejor. Yo te estaré esperando con tus tallarines al lo Alfredo que tanto te gustan y tu vino tinto, porque detestas cuando no acompañas las pastas con algo. Te espero, también, con tu libro a media leer, tus lentes de sol y esa sonrisa que, según tú, tan bien me asienta cuando es sincera.

4 comentarios:

  1. volví :)
    con un post corto, pero volvi.
    sigue escribiendo.

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  2. Una linda descripción aunque no quede claro quien es ni que le pasó...

    Un abrazo,

    Josep

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  3. Asu.. me haces pensar que eso le puedo pasar a mi última ex, ella tenía esquizofrenia... y bueno... yo espero que ella esté bien en la medida de sus posibilidades... la verdad.

    Un abrazo man... cuidate..! xD

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  4. Gracias por sus comentarios!:

    -nadacortez: ¡Qué gusto me da que hayas vuelto! Espero que escribas más seguido, saludos.

    -Peace-for-ever: Es alguien muy querida para mí, y ahora se encuntra mejor. Un abrazo también para ti.

    -Brian Tejada: Qué te puedo decir... A mí me tocó vivir algo parecido.

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