miércoles, 21 de diciembre de 2011

Las fuerzas y la contingencia

Siempre nos movemos. Algunas veces caemos en círculos, y otras no. Nos trasladamos de un grupo a otro continuamente, por diversos motivos. Creo que existen dos grandes razones que nos obligan  a andar. Una es la fuera exterior, que es todo aquello que está extrínseco a nosotros, de manera simple: el cosmos. La otra es la voluntad propia de querer explorar nuevos círculos, de salir del refugio donde estamos para ver qué hay más allá. Es la lucha constante entre ambas la que nos empuja hacia ciertos caminos, que pueden ser errados o no.

Algunas veces seguimos un sendero que no es el adecuado. Cuando estamos ante una situación así, podemos hacer dos cosas: avanzar, o quedarnos estancados. No considero retroceder una opción, porque no creo que las personas involucionemos. Siempre, como el tiempo, vamos hacia adelante o nos quedamos, para bien o mal.  Decía que teníamos dos rumbos en los cuales encontramos personas, envueltas en determinadas situaciones, que frenan nuestro recorrido e impulsos. Es ahí cuando debemos detenernos a pensar, analizar, ordenar y ejecutar lo planeado con tal de seguir. 

Otras veces parece que todo el trayecto fuese una serendipia. Caminamos por el mundo tropezándonos con personas, que necesitamos ver, pero que no creíamos fuese posible hacerlo. Sin embargo, allí están, al cruzar la calle, en un bus, parados en una esquina, donde sea que tengan que estar. Son esos momentos en los cuales siempre me interrogo, y trato de pensar si fueron casualidades, pero me es difícil concebir eso, puesto que estas de dan por azar, y no creo en esas cosas. Entonces, ¿yo 'jalé' a esa persona?, o ¿hubo algo que la puso allí?

Hace un par de semanas me tracé como meta volver a escribir con mayor continuidad como la hacía antes. No obstante, sabía de dos cosas que limitaban mi tarea. La primera era mi poca voluntad para llevar a cabo mi trayecto, y la segunda mi falta de motivación. Había estado tratando de encontrar una situación de donde jalar una historia, hasta que conocí  a un loco, que era escritor, que me instó a escribir. Yo no pedí que él aparezca, pero ahí estuvo, y la forma cómo le conocí me dio pie a empezar un cuento que ya estoy finalizando. ¿Qué fue eso? No estoy seguro, pero creo que estoy dando los pasos apropiados para que las cosas ocurran a mi favor, y espero así continúe.

4 comentarios:

  1. ESCRIBIR ES LO MEJOR QUE TE PUEDES PROPONER, PERO TRANQUILA PORQUE HAY BACHES DEJÁ QUE FLUYA
    MUY LINDO Y VERDADERO TU TEXTO

    FELICES FIESTAS

    SALUDOS

    ResponderEliminar
  2. Me gustó la idea central de ese texto, el mundo interacciona con nosotros y nosotros podemos reaccionar o no... Sea casualidad o no un día alguien nos dice algo que nos llega y nos hace reaccionar, mientras que hemos estado sin escuchar a muchos otros que también nos dijeron cosas... Así es la vida.

    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  3. Escribir es seducir: Gracias guapa!

    Peace for ever: A veces, como hoy, creo que ya llegó esa persona que me haga reaccionar....

    Jajajajajaja, ay anónimo.... No te puedo dar el email así no más, pero me puedes escribir a maxmaradiegue@gmail.com. Ten por seguro que leeré tu mensaje y me contactaré contigo.

    ResponderEliminar